DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA
RESPONSABILIDAD DE
TODOS LOS VENEZOLANOS
Más
que recordar y referirnos a los sacrificios de nuestros antepasados aborígenes,
razón de ser de nuestra existencia, vivencia y vigencia como venezolanos y como nación, debemos destacar y referirnos a
nuestros actuales indígenas, quienes por nuestra propia irresponsabilidad, irresponsabilidad
de hermanos venezolanos, todavía hoy, 12 de octubre de 2019, día de su
conmemoración, se sacrifican y resisten, con otros medios pero con la misma
finalidad de hace más de 500 años.
También
por ello, no es menester, por extemporáneo, responsabilizar a los pueblos españoles, portugueses,
italianos, franceses, ingleses u holandeses, de las infracondiciones humanas en
las que decenas de miles de indígenas venezolanos se resisten y luchan por sobrevivir en varias regiones del
territorio nacional, no sólo en su propio hábitat, sino incluyendo calles,
plazas, puentes, y pasillos en centros comerciales en muchas ciudades de
Venezuela, en donde a diario los podemos ver y parodiar a Andrés Eloy Blanco, “andan
desnudos cientos de angelitos indios que pasan los días comiendo mango por los barriales del suelo”,
imitando a los angelitos indios en calles, puentes, quebradas y barrios.
Nuestra
responsabilidad nos obliga y, en especial a los gobernantes de turno, a
materializar lo que, con gran sentido humanístico establece la Constitución,
para preservar y garantizar a los indígenas venezolanos los derechos allí
establecidos. Derechos que les garanticen su desarrollo personal integral pero
que no los obliguen a su confinamiento en un espacio geográfico el cual,
simulando a una “pecera” o un “museo
de cera”, sólo sirva de distracción a los turistas extranjeros y
criollos para que en sus viajes se tomen fotografías junto a los indígenas del
siglo XXI, y mostrar, en su retorno,
como vivían nuestros aborígenes en el siglo XV.
Esta
es la verdadera RESISTENCIA INDÍGENA
que hoy, estamos obligados a reconocer y
apoyar: su resistencia a seguir marginalmente sobreviviendo con las migajas que
en cada período vacacional reciben de agrupaciones religiosas o laicas, quienes
afortunadamente sienten la necesidad de ayudarlos y apoyarlos cumpliendo con la
responsabilidad social que le obliga su conciencia de seres humanos, de seres
venezolanos, o el billete que algunos casi obligados, depositan en el envase de
cartón que nos presenta una indígena con un niño colgado del pecho en los semáforos de muchas ciudades. Le
estamos “entregando peces”, cuando al
Estado le corresponde “enseñarlos a
pescar”.
Preservar
su cultura, usos, costumbres, religión, organización e idiomas no es
confinarlos y obligarlos a seguir viviendo como lo fueron hace quinientos
años. Por el contrario, a nuestros
indígenas hay que brindarles la misma oportunidad, que hemos tenido gran parte
de la población venezolana, para integrarlos con los demás indígenas andinos,
llaneros, orientales, centrales y occidentales y luego, facilitarles aprender y
conocer otras culturas, otros idiomas y otros modos de vivir que les permitan
superar, por si mismos, sus propias limitaciones y disfrutar de las bondades
del desarrollo científico y tecnológico y no las que piensen y decidan otros por ellos; además,
nos lo recuerda Andrés Eloy Blanco de su intervención
en el Congreso, el 11 de julio de 1947, al decir que: “…. Lo cierto es, ciudadanos
Diputados, que en Venezuela no sólo hay necesidades. Yo creo que hay que ir más
lejos: hay que crear necesidades. Es necesario que el venezolano, el más pobre,
el más desventurado de nuestros compatriotas - pienso en nuestros indígenas - no tenga simplemente con que llenar una
necesidad, sino que tenga esa necesidad: porque lo más trágico es que un hombre
no tenga zapatos que ponerse, sino que no haya sentido nunca la necesidad de
tener zapatos. Hay que crear en el
hombre la necesidad de dejar el chinchorro por la cama; hay que crear en el
hombre la necesidad de dejar la alpargata por el zapato; hay que crear en el
hombre la necesidad de dejar el simple buche de agua por el cepillo de
dientes. Es necesario que el hombre no
se acostumbre a vivir conforme bajo un rancho en piernas, a la intemperie y sin
los elementos necesarios contra la plaga, es necesario crear en él el estado de
rebeldía fisiológica que le hace asumir la propia defensa de su vida”
Hoy nuestros indígenas muestran su resistencia, no
ya a los conquistadores sino ante un Estado, su propio Estado, poderoso y
dadivoso, que en el papel escribe los derechos más apetecibles pero que en la
práctica les niega lo que a otros indígenas en otros países a menudo les ofrece
y, los nuestros, obligados a seguir
viviendo casi igual que 500 años atrás.
Esta
si es la RESISTENCIA INDÍGENA que los impulsa a emigrar dentro de su propio
país en búsqueda de lo que se les niega y que sí disfrutamos sus hermanos
venezolanos y millones venidos de otras tierras.
Los
indígenas venezolanos deben tener la prioridad de recibir lo que se entrega a
otras naciones o, por lo menos de compartirla, en fertilizantes para mejorar la
calidad de sus suelos, tractores para aligerar la siembra, financiamiento para
adquirir insumos, apoyo para la recolección, vías y el transporte para sacar la cosecha y mercados
para la venta; electricidad para aparatos electrodomésticos, agua potable
para cocinar y Centros de Salud para la prevención y atención de enfermedades
primarias. Indudablemente todo no se
puede hacer a la vez ni en poco tiempo, pero como diría nuestro Libertador, ¿500
años no bastan?. En los últimos
50 años mucho es lo que se ha podido comenzar
La
urgente lucha a favor de la racional resistencia indígena debe tener como
objetivo fundamental que el indígena venezolano, conservando su identidad
étnica y regional, sienta que su patria es mucho más grande que la región donde
habita: que su hermanos, con los cuales quiere vivir en igualdad de condiciones,
somos más de treinta millones y, que al igual que ellos aún teniendo
identidades regionales diferentes, somos la sumatoria que, con orgullo, nos
hace decir: somos todos venezolanos. Integración
que impulse al Yanomami a ofrecer su vida por la defensa del Golfo de
Venezuela, a pesar de la distancia y desconocimiento, porque siente que ése
golfo también es suyo, y al Wayú a luchar por la protección del ambiente ante
los depredadores y saqueadores de nuestras riquezas en el Estado Amazonas,
porque también siente que es territorio y riqueza de su patria grande.
Quiero
terminar, emulando nuevamente a Andrés Eloy Blanco, tomando de una prosa suya
referida originalmente a un llanero y aplicarla, con la misma razón a un
indígena venezolano. Cito: “Fue una mañana amazónica donde yo encontré
aquel yanomami que viajaba conmigo, todo desabrigado, y que, en una madrugada
en plena selva, cuando yo lo desperté para seguir viaje, lo encontré con el
pecho desnudo bajo el aire de la mañana y le pregunté si tenía frío, y me
contestó el yanomami: ¿Y yo, qué voy a hacer con frío si no tengo cobija? Haciendo
un símil, se me ocurre que, al preguntarle a muchos indígenas, en todas las
regiones, si tienen identidad nacional, Dios no quiera que, dolorosamente, contestaran: “y yo, que voy a hacer con Identidad Nacional, si no tengo Patria”.
El
sentido de denominar “Día de la Resistencia
Indígena ”, al 12 de octubre, no debe ser para conmemorar el
doloroso pasado histórico de nuestros
indígenas, sino más bien, para acompañarlos, en su conciencia y acción, para
resistirse a seguir siendo expuestos como muñecos en vitrinas de exhibición, y,
lograr que en poco tiempo puedan gritar como lo hace un andino, un llanero, un
central, un oriental o un zuliano, “SOY INDÍGENA, ORGULLOSO DE SER VENEZOLANO”.
Por
todo lo anterior, considero como obligación patriótica, ciudadana y cristiana,
exigir que se cumplan los postulados de nuestra vigente Constitución a favor de
nuestros indígenas y las de todos los venezolanos, para lograr que cada uno de
nosotros continuemos echando las bases y trabajar unidos, para colocar a nuestra Patria,
Venezuela, en el alto sitial que como pueblo libertario nos corresponde y
evitar que, dentro de 20 a
30 años, otro venezolano, a lo mejor un representante indígena en otro 12 de
Octubre, escriba o pronuncie unas
palabras para referirse al “DÍA
DE LA INDIGENCIA NACIONAL”
Daniel Chalbaud Lange.
Valencia, octubre de 2019
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía de Tenemos Noticias