Si todos votamos podemos lograrlo, en Dios y en eso creo…!
Muchas
son las opiniones y artículos emitidos a través de los medios de
comunicación social, por especialistas en diversas disciplinas, que
hacen vida pública en este país, en relación con las próximas elecciones
parlamentarias. Algunos están de acuerdo con que todos los ciudadanos
deben ejercer su derecho al voto y otros de manera tajante manifiestan
que de ser así, le estaríamos facilitando el camino al régimen para que
obtenga de nuevo el dominio absoluto de la Asamblea Nacional. En pocas
palabras, estaríamos contribuyendo con la legitimidad de origen de un
parlamento altamente cuestionado y con un mayor afianzamiento en el
poder por parte de quien nos desgobierna.
Los
argumentos esgrimidos por quienes no están de acuerdo con el sufragio,
son harto conocidos por la mayoría de los venezolanos. Un Consejo
Nacional Electoral completamente genuflexo y con una estructura viciada,
que responde a los intereses de una parcialidad política, responsable
de convertir el referéndum presidencial del año 2004 en un plebiscito y
responsable del fraude continuado en los siguientes procesos
eleccionarios. La Ley Orgánica de Procesos Electorales aprobada por la
mayoría de los diputados rojos para su beneficio, nos coloca en una
situación de minusvalía. El ventajismo oficial con la utilización de
todos los medios y recursos del Estado para la ejecución de sus
campañas. Un “Plan República” dirigido por comandantes militares, muchos
de ellos inscritos en el PSUV y ejecutado por reservistas y milicianos,
que en conjunto forman parte del brazo armado de la “revolución”.
Gavilla de motorizados, estructurados y equipados para tratar de
implantar el terror, principalmente en la etapa final del evento
electoral. Irregularidades en todo el curso del proceso, sin que el CNE
se pronuncie al respecto, sencillamente porque les favorece.
Todo
lo aquí expuesto lo hemos vivido, no son cuentos de caminos; son
situaciones que aún tienen plena vigencia y por consiguiente, es fácil
también entender a quienes presentan serias dudas sobre el sistema y en
consecuencia han decidido no seguir la ruta del sufragio.
Entonces ¿Qué vamos a hacer?.
En
principio, no podemos evitar que el próximo 26S se realicen las
elecciones parlamentarias, eso ya está programado. Convencidos de que la
abstención sólo favorece al régimen, proponemos que todos los
ciudadanos inscritos en el registro respectivo, vayan a votar, en forma
masiva y contundente, para lo cual debemos convertirnos en un factor
multiplicador y de motivación. Debemos asumir definitivamente que el
problema que estamos viviendo nos afecta a todos por igual y por lo
tanto tenemos la obligación de afrontarlo estrictamente bajo el
principio de la corresponsabilidad, con todas las consecuencias que este
acto genere. Tenemos que organizarnos para la vigilancia y control de
los centros de votación y extremar el estado de alerta para tratar de
que no se cometan hechos irregulares y asimismo brindar todo el apoyo a
nuestros aspirantes a diputados.
Esta
actuación de nuestro gran pueblo movilizado, es lo que denominamos la
operación “Fuenteovejuna”…todos a una señor…!. No nos referimos por si
acaso a quitarle la vida a nadie, ni a demoler, ni a aniquilar, ni
aplastar, ni a freír cabezas que son expresiones utilizadas por la gente
del régimen. Me refiero en sentido figurado a la acción conjunta de un
pueblo enardecido que con justa razón se prepara para el reclamo y la
defensa de sus derechos que han sido violentados a través de perversas
prácticas propiciadas y llevadas a efecto por el Consejo Nacional
Electoral, bajo la batuta de aquel que quiere perpetuarse en el poder.
Otra
fuente de inspiración es este hombre universal, conocido como el
Mahatma Gandhi, quien contribuyó significativamente con la independencia
de su patria, basado en los principios de la no violencia, la
resistencia pacífica y la desobediencia civil.
A
esto, por convicción debemos llegar, amparados en lo que establece
nuestra Carta Magna en el artículo 350 y por si fuera poco en el
artículo 333, que nos proporciona un mecanismo legítimo de desobediencia
civil que contempla la resistencia a un régimen usurpador e
inconstitucional.
No
es votar por votar, es ejercer ese derecho y hacerlo valer cueste lo
que cueste. Aquí veremos de que material están hechos los que aspiran a
ser diputados y el resto de los ciudadanos que se presentan como líderes
en este país, aquí veremos de que estamos hechos todos sin excepción.
Sin
26S y redundamos en esto, no hay 2012 ni más nada que no sea tristeza y
desolación. En un supuesto negado de que nuevamente se apoderen de eso
que llaman Asamblea Nacional, el resto lo conocen ustedes, leyes y más
leyes a la justa medida del sátrapa, para que finalmente sean
modificados los artículos 2º y 6º de la Constitución y nos terminen de
transformar en un estado castro-chavista-comunista, lo cual por ser
inviable, retrógrado y repugnante debemos evitar a toda costa.
No
nos queda otro camino, de nosotros depende y si cumplimos con los
preceptos ya citados, podemos lograrlo. Piensen que con una actitud
positiva, firme y dispuesta a la legítima defensa, pudimos derrotarlos
en la consulta del año 2007, cuando el alumno del comunista cubano se
sentía más fuerte que ahora. En estos momentos, la desesperación le
brota por los poros, esa bestia está herida y nos corresponde rematarla,
políticamente hablando. Podemos hacerlo. En Dios y en eso creo.
Edgar Bolívar R.
Gral. De División (GN-r)
Septiembre, 15/2010
FUENTE: edgarbolivarblogspot.com