¡EL COMANDANTE
ETERNO!
Enrique Prieto Silva
Domingo, 20 de octubre de
2019
La antimilitaridad constitucional surgida cuando el teniente
coronel Chávez, en mala hora fue votado en 1998 como presidente de la república,
es de anotarlo en la historia de Venezuela, con reflejo mundial, como el
surgimiento de lo que hoy vemos en algunos países de América Latina, que
trajinan con el no deber ser de la política real, donde se ataca al gobierno que
no es leal a la pérfida doctrina del “socialismo del siglo XXI” impuesta por
este personaje que surgió desde 1992 para confundir la historia de Venezuela y
de América.
Hemos dicho, que lo torcido del militarismo chavista nos
deja sin ánimo de pensar, para vergüenza de pocos, que se apesadumbran y
pierden la confianza en la ciencia, en la doctrina y hasta en la verdad, todo a
causa del “toerismo” militarista que tanto hemos mencionado y que nos desespera,
al referir, que luego de la profesionalización de la carrera militar, ésta
perdió el sentido de la razón y la ciencia que le dio origen, cuando los
militares intelectuales solo se preocuparon por la categoría universitaria de
la profesión, para equipararla con las demás carreras universitarias, sin el distingo
de fuerza y el fundamento que le dio la denominación de profesionales de la
ciencia y el arte militar.
Esto lo repetimos, porque a nuestro entender, nada es
más perverso hoy, cuando los venezolanos comienzan a creer en un cambio
político en el país y persiste la desventura de líderes militares subyugados
por la perfidia de quien creyeron la baraúnda que impuso Chávez, creyéndose el
gran mesías que vino para la redención de esa Venezuela con el llamado “árbol
de las tres raíces”, que según sus adláteres había perdido la brújula política
y requería de una “revolución pacífica pero con armas”, como lo explicitó y
tomó tanto cuerpo, que cerca del 70% de los venezolanos se unieron a sus
andanzas.
Insistiremos en
nuestros mensajes al general Vladimir Padrino, quien es el autor de algo tan
grotesco como insurgir como máximo líder de la campaña pro Chávez,
considerándosele autor de la “cátedra Hugo Chávez”, a cuyo contenido se le pone
tanta relevancia, con honores de superhombre como el de “comandante eterno”; y
junto a él, a quienes surgen como sus seguidores o sucesores este estercolero
mando en que han transformado la alta jerarquía militar, porque creemos en que
el hombre como humano más que como hombre, capitaliza el
proverbio de que “errar es de humano y rectificar de sabio”.
Pensamos, que toda mente por más veloz que sea, no es
capaz de generar ideas fuera de contexto, que no entren en su capacidad de rectificación,
bien sea por su beneficio personal instantáneo, como el pensar que sus actos
heroicos o fatales constituyen la mejor o peor herencia de su descendencia, o
el grabado en su libro de hechos de la patria, para aquellos que han pensado en
que “la patria es primero”, y más aún, cuando se han autocalificado como
herederos de los libertadores.
No se puede engrandecer al estúpido ni al mediocre, que
viendo su “postura”, no sea capaz de recogerla para evitar la hediondez que
deja a su paso.