Venezuela: la protesta
silenciosa del 20M
José Vicente Carrasquero A.
En Venezuela, cruelmente sometida a una malévola
dictadura, se llevó a cabo una puesta en escena que pretendió hacerse pasar por
un proceso electoral típico de países democráticos. Los medios de comunicación
sometidos a la censura clásica de este tipo de regímenes, no fueron capaces de
reflejar lo que realmente estaba pasando en un país que fue testigo de la más
importante protesta silenciosa de toda su historia.
A pesar de contar con la peor
infraestructura de internet del hemisferio occidental, los venezolano pudieron
reflejar a través de las redes sociales que no estaban solos en esta protesta.
Miles de vídeos, fotografías y audios circulaban por las redes sociales dando
cuenta de centros de votación vacíos durante toda la jornada a lo largo y ancho
de país.
Los venezolanos no se sintieron solos en
su protesta, a través de las redes sociales que han suplido a los medios
tradicionales en la tarea de transmitir información podían desde sus casas ver
que un alto volumen de ciudadanos se había plegado de una forma u otra a los
distintos llamados a no participar en un proceso que estuvo viciado desde su
propia convocatoria.
Hacia el mediodía comenzaron a rodar los
audios mediantes los cuales miembros de la maquinaria del partido de gobierno
daban cuenta de la baja participación y llamaban a otros partidarios a ir a
buscar a los votantes en sus casas y traerlos a los centros de votación. El
chantaje, la amenaza con retirarle el beneficio de la miserable bolsa de comida
que el gobierno vende como supuesta ayuda a la población fue el principal
mecanismo de coacción.
Otros venezolanos fueron a votar por los
ofrecimientos de dinero en efectivo y acceso a otros favores de la dictadura
solo por el hecho de participar en el proceso que simuló unas elecciones
presidenciales. Los puntos rojos, unos aparatos del partido de gobierno para
censar a los favorecidos se instalaron muy cerca de los centros de votación a
pesar de que la ley prohíbe expresamente el proselitismo el día de los comicios
y, más grave aún, a pesar de que acordaron con los otros aspirantes
presidenciales no instalar estos dispositivos.
La maquinaria del partido de gobierno
sufrió en sí misma los embates de la protesta silenciosa. Muchos puntos rojos
no contaban con el personal necesario para operar a pesar de las recompensas
económicas ofrecidas. Buena parte de los encargados de llevar gente a votar no
asistió tampoco. Lo que reflejaban los vídeos y las imágenes se prolongó a lo
largo del día. Centros de votación sin asistencia de electores.
Empresas especializadas como Meganálisis
calcularon la no participación en esta farsa electoral en más del 80 porciento.
En otras palabras, solo 1 de cada cinco venezolanos participó en el proceso ilegalmente
convocado por una írrita e ilegitima asamblea nacional constituyente.
Como era de esperarse en una dictadura en
la que la opinión del pueblo vale nada, un corrompido Consejo Nacional
Electoral presentó unas cifras que a todas luces no coinciden con la realidad
que millones de venezolanos y miles de extranjeros que seguían el proceso desde
otros países pudieron apreciar. Las rectoras miembros del partido de gobierno
inflaron la cifra de participación a un 48 porciento y dieron unos resultados que
favorecían ampliamente a un presidente al que todas las encuestas le señalan
niveles de rechazo de 80 porciento, por cierto cifra que coincide con la no
participación señalada por organizaciones independientes.
El parapeto puesto en escena este 20 de
Mayo contó con la vergonzosa participación de personalidades internacionales
que se autodenominaban observadores cuando en realidad la ley venezolana creada
por esta clase política los denomina acompañantes y les limita sus ámbitos de
acción a eso, a ser meros acompañantes. Una especie de escorts vip que viajan
cómodamente y son agasajados por los miembros del partido de gobierno.
Destaca entre estos escorts el ex
presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero quien fue
escrachado en un colegio de una zona de clase media cercana a la embajada de
España y a la casa del embajador de ese país. En el vídeo que le dio la vuelta
al mundo una señora de la tercera edad preguntaba hasta cuándo nos jode
Zapatero. En su huída, escoltas trotando al lado del vehículo que lo
transportaba recordaron las imágenes de la llegada de Kim Jong-un a la reunión
con su homólogo de Corea del Sur. Lamentable que un ex presidente de gobierno
de España se preste para ser validador de lo que en realidad fue el más grosero
fraude electoral que conoce la historia venezolana.
Los resultados no se hicieron esperar, los
gobiernos de Panamá, Chile, Argentina y Estados Unidos anunciaron que no reconocerían los resultados de estas
elecciones. Pudieron ellos ser testigos de unos centros de votación vacíos que
llevan a pensar en unos resultados ficticios que se acomodan a las necesidades
de auto legitimación del dictador y sus secuaces.
Un detalle que no debemos dejar pasar bajo
la mesa es la intervención de la presidente actuante de la írrita asamblea
nacional constituyente ordenando que los centros de votación permanecieran
abiertos mientras hubiese personas en cola. Este hecho llama la atención en dos
sentidos, el primero en que esta señora se abrogó la autoridad electoral quizá
por aquello de representar un írrito poder
supraconstitucional que, curiosamente se somete a los deseos del dictador y
porque los centros electorales seguían vacíos como el resto del día. Es bien
sabido que es en estos momentos cuando el corrupto partido de gobierno comienza
a introducir votos apropiándose de la identidad de las personas. Circula en las
redes un vídeo de una Venezolana que desde Córdoba, Argentina denuncia que
usaron su voto.
La pregunta que flota en el ambiente es:
¿qué viene ahora? Lo cierto es que los venezolanos están contando con una
acción más contundente de la comunidad internacional. La crisis humanitaria que
se vive en Venezuela es de dimensiones colosales y quizás el mejor indicador
para tener una idea de su magnitud es el éxodo constante de venezolanos a
través de las fronteras con Colombia y Brasil. Mujeres huyen de Venezuela para
parir en otros países para así salvar sus vidas y la de sus hijos por nacer.
Otros se van para ver si pueden hacer algo de dinero para enviarle a sus familiares
que se quedan.
La realidad interna es la de un país en el
que se reporta una caída importante del peso corporal, un aumento insólito de
enfermedades endémicas previamente erradicadas como la malaria y la
tuberculosis, una merma casi absoluta del poder adquisitivo con una inflación
que ha aniquilado el salario de los venezolanos, un deterioro de la
infraestructura que ha reducido el acceso al agua corriente y que hace que los
venezolanos sufran cortes frecuente y prolongados del servicio eléctrico. Todo esto
sin mencionar el accionar indiscriminado de un hampa que cobra más de 30 mil
vidas al año por asesinatos que ni
siquiera son investigados.
Un pueblo en fase de supervivencia tiene
poca capacidad para organizarse en la lucha política. Ese es el juego de la
dictadura.
Sin una acción decidida de la comunidad
internacional, será muy difícil que el pueblo venezolano se pueda quitar esta
rémora de encima. Los Estados Unidos y el Grupo de Lima han mostrado un gran
compromiso y han venido tomando medidas contra los capitostes del régimen. Por
su parte, la Unión Europea ha sido, en mi opinión, bastante pacata en sus
acciones contra el régimen de Maduro. El mismo reino de España, que demuestra
una clara intencionalidad de ayudar, no ha tomado medidas contundentes. ¿Es todavía
Zapatero el delegado de Rajoy para el asunto venezolano?
En todo caso, el 20 de Mayo ha terminado
por desnudar a Maduro en su ausencia de apoyo popular, en su falta de decoro al
momento de violar todos los principios y valores de la democracia. Para los
venezolanos y muchos gobierno del planeta eso quedó claro. Llegó la hora de
tomar medidas conjuntas para restablecer la democracia en Venezuela.
El
domingo fue un día de silencio. De un silencio que atormentó a quienes
cometieron el fraude, que ridiculizó a los que vinieron del extranjero a
refrendar los resultados. Este domingo se rompió la espiral del silencio y
quedó en evidencia que los delincuentes en el poder no tienen pueblo, si acaso,
unos cuantos rehenes de las dádivas que otorgan con el mayor y corrupto
desparpajo.