El director de la emisora dice que desde 2002 esperan la renovación de la concesión
"Cuando algunas emisoras callan, a RCR le da ganas de hablar"
El gerente de la División Radio del Grupo 1BC señala que la estación ha sufrido, como otros medios de comunicación, de la discriminación de la inversión publicitaria gubernamental. Sin embargo, afirma que no se dejan amedrentar por presiones: "Más vale morir de pie que vivir de rodillas. Esa es nuestra posición" Desde hace dos semanas, la programación de Radio Caracas Radio 750 AM ha experimentado cambios como la incorporación de espacios de opinión dura en la parrilla de programación como Aló, Ciudadano, que conduce Leopoldo Castillo. La decisión gerencial trajo consigo la reducción de contenidos dedicados netamente a la difusión de noticias.
El director general de la emisora, Jaime Nestares, expresó que el cambio de formato, mas no de línea editorial, obedece a la tendencia mundial de darle paso a la información opinada en vez de contrastada: "En los últimos 18 años, RCR se dedicó a la información y su contraste. Se entiende por eso que se producía un hecho y el reportero tomaba nota del qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Si había más de una situación o persona implicada, se buscaba el otro lado de la noticia. Pero desde hace 3 años hemos visto que las personas, gracias al avance de las nuevas tecnologías, conocen prontamente el hecho noticioso y lo que buscan es conocer qué piensan los prescriptores de opinión sobre un acontecimiento dado. Hacia allá es que estamos estructurando la radio".
--La mayoría de las emisoras venezolanas, por el contrario, descartan de sus grillas los programas de opinión para darle paso a espacios de contenidos ligeros, como musicales o de entretenimiento. ¿Por qué RCR decide hacer esta apuesta ahora, en el momento particular que vive la radiodifusión en el país? --Toda empresa asume riesgos. Es evidente que en Venezuela la libertad de expresión está involucionando, porque nos gobierna un conjunto de hombres que en su propia formación filosófica y espiritual no tiene a la libertad como elemento básico sobre el cual asentar un programa. Se trata de un gobierno diseñado por un militar y ejecutado en su mayoría por militares. Por tanto, por filosofía general, en su naturaleza la libertad es un concepto restringido. En ese entorno de persecución, en el que hemos visto cómo cerraron RCTV, cómo le robaron sus equipos de transmisión, cómo cerraron 34 emisoras de radio, cómo volvieron a cerrar RCTV cuando se transmitía por cable, es evidente que existe una atmósfera y un olor a miedo. Allí surge la autocensura. Es en ese campo en el que los pioneros y los emprendedores de RCR han decidido actuar, defendiendo los espacios y las parcelas que les correspondan. Cuando algunas emisoras callan, a RCR le dan ganas de hablar. Vienen tiempos difíciles. Más vale morir de pie que vivir de rodillas. Esa es nuestra posición.
--¿En RCR hay autocensura? --En el peor de los momentos, cuando fue el primer cierre de RCTV, le abrimos espacio a El Observador y también a La Entrevista de Miguel Ángel Rodríguez. Nos trajimos a Berenice Gómez, La Bicha. En estos momentos en los que otros medios de comunicación podrían estar dejando pasar el peligro, el mensaje es muy claro: en RCR hay una oportunidad para quien quiera decir y hablar. Creo que fuimos los primeros en ofrecer la rejilla de RCR para que los oyentes escucharan a Leopoldo Castillo cuando cerraron CNB 102.3 FM. Nos hemos permitido contratar a Nitu Pérez Osuna, tenemos espacios como Golpe a Golpe con Roberto Giusti y Fausto Masó, Para que te Defiendas con Mónica Fernández, La Linterna con Diego Batista Urbaneja, Plomo Parejo con Iván Ballesteros, El Radar de los Barrios con Jesús Torrealba. Eso, desde el punto de vista de una programación que va justamente a darle al oyente elementos de juicio para que se forme su opinión, es una apuesta absolutamente clara y contundente a favor de la libertad de expresión.
Son espacios abiertos a todas las corrientes de pensamiento del país.
--Muchas personas piensan que el programa Aló, Ciuda- dano fue uno de los motivos principales por los que el Gobierno cerró CNB. ¿Qué riesgos asume RCR al traerlo nuevamente a las ondas hertzianas? --No es distinto al riesgo que se corre por tener a Iván Ballesteros, Jesús Torrealba, Roberto Giusti, Fausto Masó, Miguel Ángel Rodríguez o Berenice Gómez. No somos unos inconscientes. Por eso hay algunos que nos siguen acompañando y otros que no, hay quienes ante el temor prefieren irse.
--¿Se refiere a anunciantes o a anclas de la emisora? -- Nosotros manejamos nuestro escritorio con una libertad muy amplia. Quien no se sienta cómodo, se puede ir.
Por suerte, en el trabajo hay más gente que nos acompaña que aquellos que deciden irse.
Pero respeto que la gente tenga temor. En la radio somos 78 personas, y en el último mes y medio ha habido una rotación de 7 personas.
--¿Ustedes decidieron salir de ellos o esas personas pusieron sus cargos a la orden? --En la radio hay una necesidad constante de gente. De hecho, empieza un programa nuevo, De Todo un Poco, que es producto de un grupo de periodistas que fueron formados como pasantes en la emisora. No puedes dejar abandonada la información. Lo que pasa es que la apuesta es muy fuerte. Si alguien se quiere ir, no tengo inconveniente. Cuando me hablas de los anunciantes, pasa igual. Hay temor. Hay presiones. Acabamos de ver cómo se presionó a la empresa Palo de Agua en el caso de la obra Jesucristo superestrella. Los anunciantes les dijeron que no podían publicitar el espectáculo en medios con tendencia opositora al Gobierno. Los felicito por no haberse doblegado.
Hemos sufrido como sufren otros medios de comunicación la discriminación de la inversión publicitaria gubernamental. Teníamos como clientes a Cantv, a Movilnet, a la Electricidad de Caracas, al Banco de Venezuela, y ya no están con nosotros. Adivina por qué. Y podemos seguir con un listado que puede ser más incómodo de señalar, pero evidentemente existe. Hay otros, sin embargo, que hacen su trabajo mercadotécnicamente. Ven en RCR una oportunidad para llegarle a un público objetivo que necesitan para sus planes de comunicación y pautan sin tener en cuenta ningún tipo de sesgo religioso, político, ideológico, económico o personal.
--¿Alguna vez, con la pérdida de anunciantes importantes, RCR sintió que la rentabilidad de la empresa estaba en juego? --No, RCR es un medio independiente. Podrá tener mejores o peores años, pero perder anunciantes no te pone en peligro. Quiero recordarte que durante el paro petrolero nos quedamos sin pauta alguna y en esta empresa no se despidió a nadie.
--Diosdado Cabello ha dicho que anunciará el cierre de otras emisoras. ¿RCR cree estar en ese grupo? --RCR, al igual que otras radios, que otros medios de comunicación, está en la lista del Gobierno. Estar allí es normal. Tiene sus precedentes en la lista de los nazis, en las listas de Stalin. Cuando Luis Tascón inventó su lista a muchos ciudadanos se les negó el pasaporte, el derecho al trabajo, a las becas. Si eso se lo hacen a un ciudadano, qué no le harán a un medio de comunicación con todo el poder que tienen. Por ejemplo, la Ley Resorte. Si la estiran, es para sus amigos; si la encojen, es para sus enemigos. No solamente es eso, sino un cúmulo de leyes. Uno lo que hace es adaptarse. El problema es cuando dictan normas y leyes específicas para eliminar al que no es amigo. Lo triste es que otros se den a la tarea de auparlas y apoyarlas.
--¿Cuál es la situación de RCR con su concesión? --En 2002 RCR entregó todos los documentos necesarios para la transformación del título y todavía no nos han dado respuesta.
--¿Qué implicación podría tener eso? --Nada, porque incluso teniendo el título te lo pueden revocar por cualquier decisión administrativa que tomen. De acuerdo con la ley, hemos hecho todo lo que nos indican. ¿Por qué la administración dejó de cumplir con su obligación de transformar los títulos? Pensé por un tiempo que era plena incapacidad, pero ahora creo que no lo hacen es porque en cualquier momento pueden llamarte y decir que no te lo otorgan. Ese es el clima de inseguridad jurídica que vivimos más de 400 emisoras de radio en el país y no sé cuántas televisoras. Pregúntate al revés: ¿quién sí lo tiene en la mano? Todos los amigos del Gobierno. Emisoras de radio y canales de televisión. Verbigracia, Venevisión y Televen