Desde la perspectiva de Carlos Walter al Gobierno le conviene que al frente del ministerio esté alguien que no tenga conocimientos técnicos de salud, para de esa manera poder legitimar la misión médica cubana como organismo rector del área asistencial
Por: Laura Weffer Cifuentes// EL NACIONAL.
En julio del año pasado, cuando Carlos Rotondaro tuvo su primera reunión con la prensa después de haber sido designado ministro de Salud, al mismo tiempo que continuaba como presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, se le preguntó si no eran demasiadas responsabilidades para una sola persona. Su respuesta fue: "El hombre es del tamaño de los retos que se le presenten".
El reto, sin embargo, pareció sobrepasarlo, a juzgar por el anuncio que hizo el presidente Hugo Chávez el miércoles en la noche, cuando dijo que el teniente coronel había presentado su renuncia por razones de salud, aunque seguiría al frente del IVSS cargo que ocupa desde mayo de 2007.
Ese cambio se conocía extraoficialmente desde enero. El nuevo ministro, Luis Reyes Reyes, había visitado las dependencias del despacho de Salud en varias ocasiones. Si bien es cierto que el ex gobernador del estado Lara funge como vicepresidente del área social, también lo es que su presencia en el ministerio causó suspicacias. Además, al cuadro se añade la salida de Ramón Carrizález de la vicepresidencia ejecutiva. Rotondaro y él fueron compañeros en la Academia Militar.
"La decisión de designar otro militar a la cabeza del Ministerio de Salud resulta coherente con la política del Presidente de colocar en el cargo a personas de su confianza y sin grado alguno de formación o experiencia en ese campo. Reyes Reyes es el tercer militar que ocupa esa posición. El perfil de los dos ministros anteriores, Jesús Mantilla y Rotondaro es el mismo que el del nuevo ministro", afirmó Carlos Walter, presidente del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela.
Desde su perspectiva, al Gobierno le conviene que al frente del ministerio esté alguien que no tenga conocimientos técnicos de salud, para de esa manera poder legitimar la misión médica cubana como organismo rector del área asistencial.
"Contrapartes nacionales débiles son el caldo de cultivo donde nadó como pez en el agua el colega Aldo Muñoz, y nada ahora Joaquín García Salaverría, ambos ex viceministros de Salud de Cuba", señaló.
Subrayó que desde 2003 el ejercicio real del poder en el área de la salud en Venezuela ha estado en manos de cubanos. "Por esta razón, los militares Mantilla, Rotondaro y ahora Reyes Reyes, independientemente de su voluntad, no han tenido y no tendrá el último de los nombrados otra opción de ser los jarrones chinos del decorado del despacho del ministro de Salud".
José Félix Oletta, de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, añade a ese cuadro el elemento económico. De su análisis se desprende que el interés del Gobierno cubano en tener incidencia en el sector salud está relacionado con el monto de divisas provenientes de los negocios binacionales.
"Esto puede considerarse como muy importante para el tamaño de la economía cubana y explica una buena parte del crecimiento registrado en la isla en 2007 de 7,5 % y de 5,7% en 2008", señaló. Agregó que Venezuela se convirtió en la principal fuente de divisas para ese país.
Profesionales calificados. El presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, considera el hecho como "Más de lo peor".
Para él, la designación de Reyes Reyes es un negocio entre militares. "Ellos son neófitos en salud; sin embargo, el presidente Chávez los mantiene en esos cargos".
Opinó que cualquier profesional que trabaje en el sector, incluyendo médicos, enfermeras, nutricionistas, odontólogos o bioanalistas podría desempeñarse mejor al frente del despacho que los últimos tres ministros "porque conocen la materia, incluso muchos tienen cursos de gerencia médica o salud pública. Saben de la equidad y la justicia en salud".
Fuente: EL NACIONAL