Desde los tiempos del quinientos, aquellos que atestiguan la entrada de la Imagen de la Inmaculada en el valle de la Margarita, nuestra excelsa patrona fue apreciada universalmente con la gracia de la Virgen de El Valle del Espíritu Santo; luego vinieron numerosas advocaciones, entre las cuales, para el caso que nos ocupa, resalta una, cuyo contenido indubitable, sacraliza su carácter sagrado, la de la Patrona de Oriente, razón suficiente para que nadie pretenda, en Tierra Firme, empinarse por sobre su significado e intentar reemplazar su nombre por el de Vallita.
El término Vallita es frágil, adolece de muchas incongruencias que, en su conjunto, demuestra el enorme disparate que cometen quienes han venido utilizando - desde hace varios años- esa designación con la deliberada intención de arrogarse esa denominación, en espera de que, con los años, la feligresía margariteña y cochense continúe venerando la Virgen del Valle del Espíritu Santo y ellos a Vallita. Por esa razón, creo que ese propósito ha sido pensado, organizado y ejecutado. No creo que esta blasfemia haya sido fruto del amor por la Virgen. ¿Cuál es la pertinencia en abrir una
división entre la feligresía de Tierra Firme y la de la insularidad neoespartana si tomamos en cuenta que la Patrona de los Marineros tiene jurisdicción cristiana y cultural más allá del oriente del país?.
Aquellas incongruencias son religiosas, lingüísticas, culturales y eclesiásticas: 1) La Virgen es un ser incorpóreo, atemporal, sin espacio; es un acto de fe; ella pertenece al Reino de Dios, no al mundo de los mortales; en cambio, Vallita es laica, una mujer de carne y hueso, devota de la Virgen, pero no es la Virgen; 2) Vallita es un diminutivo que no tiene la fuerza mística suficiente para reemplazar la denominación de la Virgen del Valle. Este término, ciertamente, deriva de la Advocación de la Virgen del Valle del Espíritu Santo, de allí que sea impropio su utilización en esa pretendida mutación. Si Vallita deriva de la Virgen del Valle es ilógico su empleo en esa necia sustitución.
Podría argumentarse que la palabra Vallita posee connotaciones afectivas, cariñosas, tiernas, siendo esta la razón causante de su empleo; sin embargo, esa aseveración resulta un tanto aviesa, ya que, desde siglos, nuestra gente tiene en su léxico la frase "mi virgencita" para denotar esos estados del alma; 3) Pretender borrar de nuestra cultura venezolana la denominación Virgen del Valle del Espíritu Santo para cambiarla por la de Vallita ¿Es una herejía o una idiotez?; 4) Las autoridades eclesiásticas de la iglesia de Nuestra Señora del Valle -creo yo- no han autorizado ese desatino, que en nada contribuye con el respeto de la fe cristiana.
Las autoridades eclesiásticas, con el impulso del pueblo religioso, deben detener esa deplorable e innecesaria situación. Si eso continúa, con el devenir de los años, la otrora Imagen de la Inmaculada dejará de ser la Patrona del Oriente venezolano para quedar ataviada sólo por el mar de nuestra insularidad.
NOTA:
Hector Granado, Profesor Universitario y Dr en Lingüística, recientemente fallecido, coincide con las opiniones de Linguistas, nacidos en Margarita y graduados en España, cuna del idioma, sobre el aberrante nombre de Vallita endilgado a Nuestra Señora de El Valle del Espíritu Santo....no somos puritanos, los que aqui nacimos, exigimos respeto para con nuestra Purísima.
FUENTE: Artículo tomado del perfil de Domingo carrasquero Ordaz en Facebook /
IMAGEN SUPERIOR: Fotografía de @fotodanielmarin publicada en EL DIARIO /
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