CUANDO LO QUE SE DICE IMPORTA
En procura de su supervivencia, el chavismo pretendió establecer un dialogo con la
oposición, para así enfriar la calle y las acciones de la Asamblea Nacional para declarar la
responsabilidad política del Presidente de la Republica en la crisis que hoy atormenta a
Venezuela. Muy lamentablemente para ellos, la jugada les salió tan mal que hubiese sido
mejor no haberlo propuesto. Y les sale mal no porque el dialogo fuese una mala opción,
sino que sus representantes, comenzando por Maduro, tienen un especial gusto por
vociferar consignas guerreristas sin tomar en cuenta las consecuencias políticas, a nivel
nacional e internacional, que ellas pueden generar.
Las absurdas declaraciones de una Canciller como Deisy Rodríguez, en las cuales afirma que
la liberación por parte del gobierno de cinco opositores detenidos se debe al dialogo, es una
afirmación de lo que desde hace 17 años se repite incesantemente: el Poder Judicial y el
Poder Ejecutivo en Venezuela están unidos por una relación de subordinación en la cual el
segundo es quien manda. Luego, Maduro se explaya en una perorata la cual trae una
conclusión aberrante, al menos democráticamente, en la cual le advierte a la oposición que
“…La revolución es irreversible... Ni con votos ni con balas, ni por las buenas ni por las malas,
entrará más nunca la burguesía a Miraflores…”, además de indicar que “…Debe aprender la
derecha a dejarse gobernar democráticamente por la revolución bajo las reglas de juego de
la Constitución…” Estas expresiones, las cuales no dudo fueron buscadas ex profeso por la
oposición, demuestran ante la comunidad internacional, la escasa calidad democrática del
gobierno venezolano, dejándolo de hecho en una posición por la cual cualquier país del
mundo podría tildarlo de dictadura.
Discernir si la oposición no debió sentarse a dialogar con el gobierno, en detrimento del
momento político favorable que el inicio del movimiento de calle le estaba brindando, es
en sí mismo una entelequia, por cuanto quien esta perdiendo el juego politico a esta altura
es el gobierno ya que los planes y las exigencias de la oposición apenas sufrieron una
paralización parcial en sus actividades, ello en procura de cumplir una acción pedida por un
actor ajeno al conflicto como el Vaticano, cuyo incumplimiento la hubiese dejado muy mal
vista ante la comunidad internacional y en especial ante aquellos países que aun creen en
las intenciones democráticas de un gobierno que ha hecho de todo para demostrar que no
lo es. Serán las exigencias de respeto a la institucionalidad del TSJ y CNE, la incorporación
de los Diputados del estado Amazonas y la subsiguiente posibilidad de elegir a los nuevos
rectores del CNE en diciembre, lo que debe marcar las discusiones y los acuerdos a los que
haya lugar, sin claudicar en ninguno de esos puntos, álgidos por demás y claves en las
acciones que la oposición pretende tomar a futuro.
Sera titánico el esfuerzo por lograr lo que se quiere, tanto de un lado como del otro, pero
especialmente para la oposición por cuanto debe explotar el éxito de una forma tal que
pueda lograr por un parte posicionarse políticamente y sea quien dicte la pauta en lo que
hoy casi la totalidad del país pide: un relevo de gobierno; por otra y a pesar de que suene
extraño, debe poder permitir que el chavismo subsista como ideología política ya que
indudablemente sus seguidores están vivos, al igual que sucedió con los de los partidos
políticos Acción Democrática y Copei en el pasado y por ultimo evitar elegir a los “héroes”,
quienes solo dicen y hacen lo que el pueblo con escasa o ninguna cultura política quiere,
gobernando en detrimento de lo que debe ser un país.
Omar José Salazar Aguado
@omar532
omar532@gmail.com
IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de la Internet Pública