Las pastillas sin Susana…
Por: Alexander Cambero
21 Junio, 2016
Los aciagos días que vivimos nos trajeron el lamentable deceso de nuestra primera reina internacional de la belleza Susana Duijm. Un 2accidente cerebro vascular la apartó de la vida terrena, aunque su ejemplo de tenacidad siempre quedará en la memoria de un pueblo que la hizo suya. Desde hace muchos años se había instalado en Margarita. La hermosa ciudad situada en la tierna mirada azul del Caribe, conquistó su afiebrado corazón. Fue un romance entre la eterna reina y el paraíso neoespartano; con su gente noble refugiada bajo un cielo esplendoroso, que se traza en el rostro de un mar que disfrutaba Susana Duijm. Lamentablemente el drama que sufre Venezuela no es ajeno a las celebridades. Aseguran que su episodio crítico fue producto de no poder encontrar sus medicamentos para controlar la presión arterial, debido a ello su cuadro se complicó con un ACV del cual no pudo librarse de manera satisfactoria. Fueron infructuosas las visitas a farmacias buscando el récipe. Siete días sin tener el debido tratamiento hicieron mella en la emblemática mujer de setenta y nueve años. La muerte se cruzó contando con la anuencia de una crisis humanitaria nacional sin antecedentes. Una de las peores realidades del naufragio que vivimos.
El drama de las medicinas en Venezuela es una catástrofe. No existen fármacos suficientes para enfermedades crónicas que por su naturaleza necesitan prioridad. Y más que producto de la dramática crisis económica y social se multiplican las patologías. Nuestros hospitales sin dotación son cada día un sitio en donde los venezolanos mueren de mengua. Son incontables los casos de ciudadanos que expiran por una situación de hambruna general. Un país enfermo que no encuentra salidas, el régimen se yergue como un vengador que exhibe la espada amenazante de su propia incapacidad. En estos tiempos una de los renglones en donde la cosecha crece son los cadáveres en las morgues. Ya no son exclusivamente los asesinatos que nos dan el récord mundial en esta área. Ahora también aumenta significativamente aquellos que fallecen por falta de medicinas ¿Cuantos Oliver Sánchez tienen que morir? El niño tuvo que salir a protestar para solicitarle al gobierno nacional su tratamiento para el cáncer. Días después el deceso del inocente ante el silencio patibulario del régimen. Un sistema de salud en ruinas e infinitamente corrupto y mediocre como sus jerarcas gubernamentales genera estas desgracias. ¿Cuantas venezolanas como Susana Duijm, morirán por no conseguir sus tratamientos? Es una calamidad tan grande como negar un obviar un cordón humanitario que pueda paliar en algo la situación. Son muchas las organizaciones humanitarias del mundo que desean colaborar con los venezolanos, no se trata de una guerra contra el gobierno. Es simplemente tomar cartas en un asunto que nos han podido resolver, mientras el régimen escurre el bulto, el pueblo sigue cayendo por un abismo en donde una nación se reduce al mínimo.
Un sistema que se hace llamar legitimador de los desposeídos no debe aplicar una receta de aniquilamiento que va en desmedro sobre todo de los sectores desposeídos.
Que el inmenso mar neoespartano siga acariciando el recuerdo de una elegante dama que escribió en el alma de la belleza internacional. En 1955 el mundo la escogió como su reina, desde aquella pasarela en el aristocrático Londres una despampanante morena nacional se robó los corazones. Hoy la tierra recibe su mirada dulce. Susana Duijm seguirá dibujada en las estrellas que se asoman en el horizonte margariteño…
FUENTE: Noticiero Digital
IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de Paraiso de Reinas