Vinicio Guerrero Méndez
Palabras que asesinan, palabras que envenenan, destruyen
la ilusión de los ilusos que creen a los hombres aturdidos. Parásitos de Casta
sin vergüenza, son políticos que engañan a su pueblo.
(Extracto de azpeitia por Aníbal Jorge
Isciorra).
El presente articulo lo mandé a
publicar en el año 2008, quizás como una advertencia a lo que se nos presenta
hoy. Por este motivo lo reenvío para considerar su valía.
La urraca, llamada pica-pica, picaza o
marica, es un ave parecida al arrendajo y pertenece a la familia de los
córvidos. Este buitre rara vez caza y mata, prefiere robar la presa ajena y
ocultar todo lo que roba. El típico parasitismo social, blandiendo una gran
habilidad estratégica del gobierno siempre vigilante, para sacar réditos y
ventajas de lo ajeno, desposeyendo a los incautos, para usufructuar sus logros
sin ningún miramiento. Esta forma de parasitismo, es común entre ciertos
pájaros, particularmente en la urraca, habida cuenta de que esta especie, roba
los nidos de otras aves, incluyendo los de las perdices, toma sus huevos, les
ataca y se devora los polluelos que salen de la madriguera. Este padrón de
conducta semejante a la urraca lo encontramos en ciertos gobernantes, lo cual
nos previene y alerta sobre los peligros y el riesgo que se corre cuando se
trabaja frente a especies predadoras, lo que nos advierte que no sólo basta
trabajar sino estar prevenidos, para no dejarse quitar el nido. Así como estos
pájaros roban nidos, hay gobernantes que rondan los nidos, las tierras, las
ideas que otros han construido, para apoderarse
y tomar por asalto lo que los otros han conseguido por esfuerzo propio,
para luego colocarle un hermoso y tierno
corazoncito rojo.
Este animal es un depredador con
figura de indefenso pajarito. La
Urraca emite un sonido peculiar: un chac-chac-chac-chac
sonoro y rápido y constante, semejante a los aplausos de las focas amaestradas
para tal efecto, las cuales, criadas desde polluelos, se muestran muy dóciles
con su amo, pero resultan molestas por su tendencia a robar objetos brillantes,
como gafas, llaves y joyas, igual que los depredadores humanos, que también
usan la tendencia de que lo mal habido, lo esconden o lo transfieren a otros
nidos, aprovechando todas las oportunidades que se le presentan, sobre todo
cuando el orden y la justicia acosan a estos depredadores. Al igual que muchos
gobernantes que predicen magnicidios estas aves también poseen esa habilidad:
Cuando se ven perdidas, hacen ver que les quieren hacer un pajaricidio y de una
manera hábil e inteligente, cuando le disparan y no la matan, cae en picada
para aparentar que esta herida o muerta y llegando al suelo, realiza una
maniobra rápida de escape para introducirse en zonas boscosas a fin de que no
la encuentren. Aunque sabemos que es más fácil quitar que trabajar, esta es sin
duda una conducta ruin y reñida con el más elemental principio de esa ética que
ellos intentan profesar pero que no conocen y en el caso específico de la
expropiación de un bien, muchos gobernantes para imitar a la urraca, no dicen
chac chac, sino hurra- hurra- hurra… exprópiese.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO
MENDEZ
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus
opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. (Art.19
de la
Declaración Universal de Derechos Humanos)