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ANTONIO GUEVARA
"Mantengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios" Simon Bolivar
0424 - 9189020
Conversación a bordo del Avión King 200 ejecutivo, asignado para el Comandante General del Ejercito. Vuelo desde Maiquetia hasta Porlamar Mayo 1.985
El tema central de la conversación era el próximo director de la Academia Militar de Venezuela; había que reemplazar al General de Brigada (Ej.) Carlos Julio Peñaloza Zambrano el próximo año y no había algún general de Brigada del Ejercito en el panorama inmediato que calzara los puntos, ocupando el numero uno en el orden de merito que pudiese reemplazarlo. Lo que es peor, no se había previsto el relevo de Orozco Graterol, con alguien que conociera de la estrategia notable, del plan de la excelencia, de la política de la calidad en el numero 1 que ya venia desarrollándose en el perfil del egresado de la Academia Militar de Venezuela, desde el año 1.981. El Plan Andrés Bello original había sido modificado por otro con el mismo nombre, a 10 años de plazo.
En el año 1.991 el nuevo Plan Andrés Bello debería empezar a dar sus frutos. Como decía el General Olavarría, el nuevo oficial debía ser un profesional de las armas con una capacidad, una actitud ética y una aptitud. Los conocimientos, fundamentalmente, los que les pueden permitir el desarrollo eficiente dentro de la organización militar, y eso es, conocer la historia, la geografía, las relaciones internacionales, por una parte, el derecho constitucional, economía, eso es una parte, después tiene la parte científica, donde está la matemática, la geografía, la física, la química, la electrónica, y después están las ciencias humanas, porque la materia prima del Oficial es el soldado, el hombre, y tiene que conocerlo. Luego estaba la psicología, la sociología, el lenguaje, la pedagogía; en la parte ética estaban los valores: El honor, la honestidad, la justicia, la lealtad fundamentales en ese concepto de la formación del Oficial. En síntesis, el profesional egresado de la Academia Militar de Venezuela debía ser un líder integral, alguien capaz de poder influir en hombres y mujeres y hacerse seguir para enfrentar las contingencias derivadas de la organización militar.
Fue el momento en que "los troperos" observaron con ignorancia académica y sorpresa institucional, una cancha no ortodoxa que se construyó en exclusividad para los cadetes de la Academia Militar de Venezuela detrás del instituto en los terrenos contiguos a la antigua Cancha de Polo, diagonal a donde hoy funciona la Escuela de Educación Física y Deportes; la Cancha de Liderazgo. Unas instalaciones donde se le exigía al cadete a enfrentarse a un proceso de toma de decisiones con presión y a asumir las responsabilidades propias del liderazgo. Eso fue complementado con los famosos seminarios de liderazgo que se dictaron en todas las guarniciones militares donde hubiera unidades del Ejercito, precisamente durante la gestión al frente del Comando General del Ejercito, del General de División José Antonio Olavarria.
Precisamente esa era la decisión a la que se enfrentaba el nuevo Comandante General del Ejército. La designación del nuevo Director de la Academia Militar de Venezuela. Carlos Rodolfo Santiago Ramírez que era quien seguía en la promoción del año 1.962 y ya tenía misiones claramente definidas; Juan Antonio Torres Serrano (El Neco), también de 1.962 ya estaba proyectado como Presidente de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM); Pedro Remigio Rangel Rojas no tenía visión política y era un infante acartonado y afectado con aires de divo devaluado; Oscar Esdraas González Beltrán de la Promoción Juan José Flores del año 1.964 no tenía el perfil integral del líder del futuro. Con las promociones "chucutas" del año 1.65 (Diego Ibarra y Francisco Esteban Gómez) no se contaba y había que preparase hasta el año en que Moises Orozco Graterol ascendiera a General de Brigada.
Mientras eso ocurria, Orozco Graterol desde el Comando del Cuerpo de Cadetes primero y luego la sub dirección, iría allanando el camino para asumir la dirección. En el ínterin él asumiría los roles de preparar los numero uno de la Academia Militar de Venezuela; pero había que designar un director figurín, con postura de petimetre, modales de lechuguino y cerebro completamente civil.
La sucesión en el Ejército no se presentaba favorable para la causa, ninguno de los candidatos en el plano inmediato garantizaba la línea de continuidad de las políticas del Numero Uno en la Academia Militar y luego en el ejercicio de la carrera. Ya se había tenido reportes del los encontronazos del nuevo oficial egresado bajo la égida del nuevo Plan Andrés Bello con la vieja oficialidad; incluso con las siete promociones del Plan original.
El Numero Uno era considerado demasiado crítico, exageradamente contestario y sobremanera indisciplinado. Eso había que mantenerlo y consolidarlo para poder obtener resultados en el mediano plazo, de acuerdo a las metas establecidas. Para ello había que establecer una base intermedia entre coroneles, teniente coroneles, mayores, capitanes, tenientes ganados para la causa; independientemente de quien asumiera el cargo de Comandante General del Ejercito; mientras los cuadros intermedios hicieran la tarea del liderazgo, ampliaran la base para ampliar la calidad y la excelencia en el producto final y estimularan la maquinaria con los seminarios de liderazgo a nivel nacional, el perfil de egreso y la llegada estaba garantizada.
Huevos con tocineta, pan tostado, mermelada de guayaba, jugo de naranja recién exprimido, café con leche o negro, según el gusto del pasajero, fue el desayuno servido a bordo del avión King 200, ejecutivo, con autonomía de seis horas de vuelo, de asignación oficial al Comandante General del Ejercito, cuando la aeronave se estabilizó y se apagaron los avisos luminosos de amarrarse el cinturón y las limitaciones de fumar, el avión agarró velocidad de crucero y cogió rumbo fijo hacia Porlamar. El avión se estabilizó y abrió camino para la conversación. Se distendieron las posiciones normales antes del despegue.
El Mayor Luís Zambrano Vargas salió de la cabina del piloto con sus largos bigotes de mostacho, con una amplia sonrisa y tratando de mostrarse amable le informó al general Olavarria el tiempo de vuelo, la altitud y las condiciones del tiempo; dio algunas instrucciones al Mecánico el Sargento Técnico King y se dedicó de lleno a sus responsabilidades de cabina durante el resto del vuelo en compañía del Capitán Tomas Contreras Villalobos, copiloto.
.-Honestamente no tengo a nadie en el horizonte que me pueda reemplazar, mi general. Le decía el general Peñaloza al general Olavarria.
.-No tengo un nombre a la mano en las promociones del 63, 64, 65 que puedan cumplir la misión. Le enfatizaba Peñaloza.
.-¿Y Rangel Rojas? ¿Tú confías en él? ¿Por qué no lo consideras? Le ripostó el general Olavarria.
.-No tiene nada en la cabeza. Es muy formal y no ve más allá de sus ambiciones personales de ser Comandante General del Ejército y luego Ministro. Le falta burdel político. De política sabe únicamente lo que oyó cuando fue edecán del presidente. Es un hombre bueno para estar detrás, pero para enfrentar no sirve.
.-¡Acuérdate que tu estas allí porque quieres ser Comandante General y luego Ministro, también! Eso no lo descalifica.
.-Si mi general, pero la diferencia entre él y yo o el resto del grupo, es la maniobra. Ese tipo de cosas que no están el librito.
.-Ok, Carlos Julio, entonces ¿a quien? ¿Cuál es el candidato? La Academia Militar es la fuente de la creación del nuevo oficial, del numero uno como ciudadano y como militar, hay que designar a alguien y hacerle la cama con el Presidente de la Republica y el Alto Mando Militar para que le oficialicen la designación; alguien que garantice la pauta que ha venido cumpliéndose.
.-De todas maneras, mi general, a estas alturas, el director no importa, porque en los niveles de la estructura del instituto y con los diseños curriculares y los pensa, lo que garantiza el producto que se ha venido graduando son los engranajes intermedios. El director va a ser en este momento un continuador de la línea estratégica. Hay que designar a alguien que sea lo suficientemente gris como para que no estorbe y lo suficientemente inteligente como para que colabore.
.-Esta bien, entiendo que quieres venderme un nombre y yo te lo voy a refutar. ¿Es eso correcto? Le enfatizó alzando un poco la voz el general Olavarria, algo inusual en él.
.-Eso es correcto, mi general, creo que el hombre indicado para relevarme, dada la coyuntura, es el General de Brigada Hernán José Vasquez Peña. Le deslizó sutilmente la propuesta Peñaloza.
.-¿Te volviste loco? ¿La Muñeca? Esa propuesta no me cuadra. Ya sabes que no me gusta, pero justifícamelo.
.-Ok mi general. Estoy consciente que Vásquez Peña no tiene el perfil para ser director de la Academia Militar de Venezuela en este momento. Es fatuo, petulante y jactancioso. No sabe donde estará parado y se dedicará en exclusividad a la vida social. Lo veremos más en las páginas de sociales de los periódicos que en las fotos de los periodos de campo o las canchas de instrucción. Puede estar usted seguro que se dedicará en prioridad a las actividades extramuros de la Academia que a su responsabilidad interna de director. Mientras eso sea así, el Coronel Orozco Graterol hará todo el trabajo, inicialmente como Comandante del Cuerpo de Cadetes y luego como Sub Director; cuando llegue el momento, Orozco Graterol asume la dirección de la Academia y los insumos, el proceso y el producto que esperamos de nuestro Renny Ottolina, nuestro numero uno en la organización, estará garantizado.
.-No se, no me gusta la idea de Vásquez Peña. No hay nada más obstaculizante que un bruto con iniciativa.
.-Vásquez Peña no es bruto, mi general. Es un hombre que sabe lo que quiere. Su orientación en este momento de su trayectoria profesional es la cámara, los flashes, las paginas sociales, encajar en la sociedad y en el jet set. Ese va a organizar perfecto la elección de la reina de la Academia Militar y las fiestas de los cadetes. No se va a meter con los contenidos, los pensa y los diseños curriculares y le va a dejar el trabajo del Plan Andrés Bello a Orozco Graterol. ¡Vamos a hacer el ensayo, mi general!
.-Coincido contigo en lo que dices de Vásquez Peña y de la estructura, pero aún mantengo mis dudas. Dicho esto el general Olavarria se entregó a sus cavilaciones internas
Las luces de amarrarse los cinturón se encendieron nuevamente y el silencio de la cabina del avión ejecutivo cubrió todo el trayecto entre el aterrizaje de la aeronave y la salida hacía el hotel en Porlamar.
Coronel (Ej-Ven) Antonio Guevara Fernández/RINDIENDO CUENTAS
Pertenezco al grupo mayoritario de militares retirados que vive de la pensión. Es decir, soy parte del grupo de venezolanos que hace malabarismos para sobrevivir al actual estado de cosas y que hace, de llegar a fin de mes con una bolsa de Harina Pan en la despensa, una combinación de magia, Cancha de Sobrevivencia y Evasión y Escape.
Les confieso que hasta hace un año, mi pensión de Coronel me llegaba más allá del mes siguiente. Hoy después del quince de cada mes, el proceso de ecónomo al que apelo para hacer magia y estirar el abastecimiento Clase I hasta el final, es algo que va más allá de David Copperfield. ¡David…retírate!
Ahora entiendo porque Hugo Chávez ha promocionado en la Revolución Bolivariana los circos. El Mago es la vedette en este circo del Socialismo del Siglo XXI donde la taumaturgia es el arte más importante del régimen para hacer desaparecer los rubros más importantes de la cesta básica, pero también para que quienes mantenemos familia los estiremos, hasta más o menos sobrevivir al final del mes.
El problema de la pensión para vivir en condiciones modestas en la honrosa situación de retiro, como se apela coloquialmente a la condición de inopia del retirado; forma parte de la historia feliz de la institución armada. Es obvio que también, esta crónica no llegará a los oídos de otro grupo, minoritario pero con peso especifico en eso de formar opinión y atenuar las arrecheras de la mayoría. Me refiero al grupo de generales y almirantes, parte de viejos altos mandos militares y bajos escrúpulos, para quienes el problema de las pensiones de los militares retirados forma parte de una letanía contigua al ladrido de los perros a la luna. Simplemente son pendejadas.
Esto lo escribo con la convicción de que parte o el todo de lo que está ocurriendo en la actual coyuntura política del país, forma parte del proxenetismo institucional de muchos de los militares en situación de actividad que forman parte de eso que llaman la nomenclatura de la Revolución Roja Rojita y ese anacronismo del Siglo XXI. Pero también hay una gran cuota de responsabilidad de alcahuetería histórica de ese grupo de generales y almirantes, parte de altos mandos militares de la década del 80, de los 90 y ni hablar del principio del milenio.
En materia de pensionados cohabitan muchos grupos. Esta un grupo que usa la pensión de retiro para pagar las propinas en los lujosos restaurantes de La Castellana y Las Mercedes. En ese grupo están quienes groseramente hicieron fortuna con los negociados corruptos de las viejas Fuerzas Armadas Nacionales (FF.AA.NN) y son los autores intelectuales de la creación de ese monstruo político que se llama Hugo Chávez y su claque del 4 de febrero de 1.992. Con esos personajes no hay que contar.
En ningún momento, el tema de las pensiones de los militares retirados, va a ser el atractivo para las conversaciones de estos profesionales de las armas sin almas. Nunca van a estar en reuniones con esta agenda, porque sencillamente su pensión va a parar a los valet parking de Lee Hamilton Steak House, los meseros de El Vizio o el Maitre de Urrutia después de disfrutar un Bacalao a la Vizcaína, regado por un Merlot y con cierre de un Cohiba certeramente guillotinado. La pensión de estos funestos personajes es para los caramelos, como decían en mi pueblo.
¿Hace falta decir nombres? ¿Es necesario hacer un retrato hablado?
¡Muchos de quienes toman café en la Panadería del Ipsfa los conocen de pe a pa en sus expedientes de corrupción¡
Luego está el vasto y amplio grupo de quienes viven de la pensión. El grupo que empieza a meter la tarjeta de debito en los cajeros electrónicos a partir del 25 de cada mes, para pedir saldo y suspirar cuando el régimen "ordena" depositar la pensión como una concesión graciosa, cuando es un pleno derecho, luego de haber entregado 30 años de servicio a la patria.
Este grupo tiene una división. Quienes adoptan una actitud pasiva e indiferente, cubierta por el temor de que una expresión de inconformidad pueda ser tomada por el régimen para suspenderle la pensión y son una mayoría circunstancial. Estos toman la autopista de los reclamos oficiales que van a morir a las gavetas de los burócratas tipo Maguila El Gorila, ese personaje del lamesuelismo criollo que colocó sus abultadas posaderas en el Minpopo de Defensa y que salió del mismo con un gran patadón revolucionario en el mismo lugar por exceso de adulancia, una simpar genuflexión y un record de corrupción que saldrá a la luz pública cuando él mismo decida portarse mal políticamente en contra del gobierno.
Este grupo lo enterrarán en urna blanca, si sigue insistiendo con sus ingenuidades de solucionar el problema socioeconómico de los militares retirados por la vía institucional e introduciendo recursos ante el sistema de justicia al servicio del régimen. Esa vía ya fue agotada.
Luego está el grupo de quienes estiman que ya es el momento de apelar a otros mecanismos de presión para exigir el cumplimiento de nuestros derechos, impunemente conculcados por la arbitrariedad el régimen, y la pasividad y lenidad de los organismos responsables de la defensa. Yo estoy en ese grupo y me importa un carajo lo que haga el gobierno con mi pensión (Vivo de ella).
A propósito, me consta que dentro de este grupo hay cordiales amigos rojos rojitos, amigos del proceso revolucionario y en situación de retiro; animados para integrarse a protestar por la reivindicación de sus pensiones. El hambre no hace distinción entre chavistas y escuálidos.
El concepto que hay que manejar en torno a este tema, es que el gobierno tiene de permanente pagapeo a los militares retirados, cuando quiere enviarle un mensaje a los compañeros de armas que están en situación de actividad.
Los militares retirados son el mejor espejo de los militares en situación de actividad. Si se quiere tener una encuesta con bajo margen de error, de la correlación de fuerzas internas en la institución armada; hágala entre los retirados. Allí tendrá la opinión sobre la politización de la institución, sobre el liderazgo militar, sobre la participación de los militares en otros sectores de la administración pública, sobre el equipamiento, sobre la organización; las reservas y las milicias, los comisarios políticos dentro de los componentes, la vinculación del gobierno con las FARC y el narcotráfico, la apología de la guerra y las relaciones con regímenes forajidos, las alianzas con el terrorismo internacional, el apresto operacional y la corrupción interna.
Ese porcentaje que, sin temor a equivocarme, debe estar en el orden del 85% en contra todos los temas indicados anteriormente y un 15% a favor del régimen y del chavismo militante, dice bastante de lo que ocurre aguas adentro de la corporación castrense.
Los militares retirados son la bisagra entre la Fuerza Armada Nacional (FAN) en situación de actividad y el resto de la Sociedad Civil. Siempre habrá un nexo entre los retirados y los activos, a pesar de los esfuerzos del régimen por cortarlo.
De allí derivan todas las decisiones administrativas para perjudicar el estatus socioeconómico de los militares retirados, de su régimen de pensiones y su honrosa condición, que ha pasado a ser horrorosa.
En consecuencia, decisiones políticas deben ser enfrentadas con mecanismos políticos, con acciones políticas y mecanismos de presión constitucionalmente establecidos en el texto fundamental. Allí es donde me gustaría ver a generales, almirantes y viejos jefes militares, encabezando la protesta y levantando las banderas de los reclamos.
Hay dos viejos jefes militares que siempre he admirado por su consecuencia con sus arquetipos personales y la permanente solidaridad con las enseñanzas de la vieja Escuela Militar en eso de hacer "hombres dignos y útiles a la Patria". El General de División Martin García Villasmil y el General de Brigada Héctor Bencomo Barrios, estoy completamente seguro vivieron de su pensión de manera honorable hasta sus últimos días, todavía recuerdo los viejos carros donde se desplazaban y la modestia de sus atuendos, con la humildad profesional y la riqueza intelectual de sus legados.
¡Vamos a ver quién da el primer paso para cruzar la línea de partida (LP) en esto de exigir nuestros derechos adquiridos y llevar nuevamente al militar retirado a eso de "honrosa situación".
Continuar discutiendo, si somos jubilados, retirados o pensionados no va a solucionar el problema fundamental de la situación socioeconómica de los militares que entregaron parte de su vida a la institución y a la patria.
Así como dentro de los militares retirados son mayoría los Martin García Villasmil y Héctor Bencomo Barrios; yo no creo que dentro de los militares activos sean mayoría los Rangel Briceño.
Mientras tanto, el hambre continúa con su marcha de aproximación…a paso de vencedores.