Imagen: Captura de foto, REFERENCIAL, por cortesia de Maduradas LOS PUEBLOS Y ALGUNOS MILITARES RETIRADOS. Por: Sammy Landaeta Millán.
Se afirma que cada pueblo, tiene el Gobierno que se merece, cuando este es malo. Hoy vemos con tristeza que en el ideal que soñamos para nuestro país, no contemplamos un revés tan grande como la debacle social, política, militar y petrolera que atraviesa la patria. El pueblo venezolano lejos de merecerse la tragedia que sufre (inédita del proceso robolucionario) se mantiene en pie de lucha ante el acecho de la imposición de un modelo ideológico, amparado en los fusiles de la Fuerza Armada Nacional, que Hugo Chávez Frías argumenta poseer, bajo su comando y control, para implantar el Socialismo, el Comunismo o el Bandolerismo Venezolano de Izquierda. ¿Qué hacen los militares retirados?
Los militares retirados damos fe que en las antiguas Fuerzas Armadas de Venezuela, nos enseñaron a cumplir con la misión asignada, para asegurar la Soberanía Nacional. Juramos defender la patria y sus instituciones hasta perder la vida si fuese necesario, y nos inculcaron que deberíamos combatir el enemigo a cabalidad, para preservar la integridad de la Nación. Defendíamos el sistema democrático, que daba prioridad a nuestras creencias y nuestra historia, y rechazábamos categóricamente, la importación de ideologías y la incorporación de valores diferentes a las que nos habían orientado, nuestros padres.
El valor fundamental de los militares retirados ante su pueblo, está en la observancia y conservación de las diferentes políticas militares, que representan una oposición ferrea ante la destrucción de las Fuerzas Armadas para sustituirlas por “milicias revolucionarias.” Mediante ese fin Ceressoleano, Castro, Chavista, se ha tergiversado el cumplimiento de la misión, esencia de la actividad militar, donde vemos con rabia, tristeza y estupor, la inherencia política de “nacionales cubanos” en toda la administración publica, en la actividad civil y militar del país, con la anuencia de la FAN y su indigno comandante en jefe, donde predominan los intereses políticos sobre la esencia de lo estrictamente militar.
Para la defensa de “lo militar” siempre los ideales trascendieron los cuarteles, las escuelas y lo institutos; de allí surgieron diversos organizaciones apolíticas que defienden la institucionalidad, desde la honrosa situación de retiro. No obstante, dentro y fuera de ellas, diferentes personas hemos lanzado la voz de protesta, contra los desmanes de Hugo Chavez Frías en la FAN, utilizándola como soporte político para su pretendida revolución bolivariana. Aunque antiguamente, los militares éramos apolíticos, obedientes y no deliberantes, nos enervaba la sangre conocer mediante nuestros estudios, que miembros de otros gobiernos, tenían responsabilidades en la muerte de efectivos castrenses, por su participación en una lucha armada por imponer un sistema con bases Leninistas, Marxistas o simplemente, Comunistas.
Después de haberse ejecutado la política de pacificación con aquellos que fueron activistas de la Guerrilla Venezolana, la mayoría de nuestros compañeros y subalternos murmuraban las disposiciones superiores que ordenaban asistir a los auditórium de los Batallones, Bases Aéreas, Escuelas de Formación y Escuelas Superiores para oír en conferencia a antiguos subversivos que poco después como Ministros ó Diputados, ofrecían sus experiencias y motivaciones para lanzarse a un lucha armada, por demás estéril. Muchos nos mostrábamos rebeldes para oír las disertaciones de algunos “guerrilleros pacificados”
Hoy los militares en retiro podríamos contribuir con el país en muchos aspectos, pero además de vernos como interventores, por la imagen que ha dado el proceso locuaz, nos enfrentamos a un nuevo enemigo, la cercanía de las elecciones presidenciales. Este evento, divide y subdivide cualquier ente que se haya avocado a mantener el honor, la prestancia, la distinción, la vocación, la dignidad y la institucionalidad militar. Se necesita de militares retirados pero que no hablen de “lo político.” De allí que la nueva política, pretenda socavar las bases de ciertas organizaciones que agrupan militares en retiro, para conducirlos hacia una opción electoral del candidato Teodoro Petkoff, un otrora líder guerrillero, que según las apreciaciones de algunos. Representa la única esperanza para salir de Chávez. ¡Eso no se lo creen ni ellos mismos, porque el oportunismo prevalece!
No es prudente que los políticos traten de subyugar las ideas y opiniones de los militares en retiro, porque mediante sus estudios y experiencia, algún conocimiento tienen. Ya una vez Hugo Chávez, Arias Cárdenas y otros tantos, que irrumpieron sobre el sistema democrático, se les fueron de las manos a la dirigencia política y tristemente ahora vemos las nefastas consecuencias. Los militares retirados conocían a los golpistas y lo políticos no, pero hicieron caso omiso a las recomendaciones y allí están los resultados. Tampoco es plausible que ciertos militares de alta graduación traten de inducir a los demás como si estuvieran bajo su comando, para satisfacer sus intereses particulares. Estos, proponen como opción acertada, sufragar por Teodoro Petkoff y recomiendan bajar el tono con el grosero, que nos ataca desde el trono de Miraflores. ¡Que falaces y acomodaticios!
Hemos expresado hasta la saciedad que la salida de Chávez en Venezuela no es pacifica, institucional, ni mucho menos electoral y las bases para las acciones de la Sociedad Civil, están dadas en la Constitución Nacional. Debemos estar preparados para afrontar una desobediencia civil generalizada que por supuesto causara violencia, destrucción, llanto, dolor y muerte, por demás inevitable. El Marxismo, el Leninismo, el Comunismo o el Socialismo del Siglo XXI no entregará el “objetivo Venezuela,” por otra vía que no signifique la confrontación armada civil o militar, nacional o internacional. ¡Pensemos!
La historia de los sediciosos en Venezuela es muy larga. Tomaron el control del Estado por intermedio de la presidencia de la republica y luego de otros eventos, en actitud revanchista, los tenemos bajo la tutela, dirección, conducción y administración operacional del usurpador de la presidencia de la República Hugo Chávez Frías. Ahora, otros izquierdistas piensan que hay que sacarlos. Hay que derrotarlos. Hay que restarle votos de la izquierda pura o simplemente, hay que arrancarle la banda presidencial, como argumenta un pre candidato. Ante esa disyuntiva se visualizan tres vías posibles: Mantenerse en la izquierda, conseguir una tercera vía o volver a la derecha, que les aterra, les parece utópico y frustrante. ¿Cuál será para ellos, la más fácil?
En nuestro concepto mantenerse en la izquierda. Pero los más grandes males de la Nación los ha causado la política de implantación de ideologías de izquierda (la Guerrilla y el desgobierno de Chávez.) Eso parece que se les olvidó a ciertos militares en retiro, que hoy se inclinan que para salir de Chávez, hay que unirse a la izquierda democrática que aupa la candidatura de Teodoro Petkoff. Que nos disculpen, pero otros profesionales en retiro, autóctonos, militares de convicción y de corazón, aunque visualicemos que no habrán elecciones, nos inclinamos en decir que la opción de sufragar por Teodoro, es continuar montado sobre en el mismo Socialismo que aspira consolidar Hugo Chávez bajo el falso argumento que “ninguna revolución se ha devuelto.” ¿Cuál Revolución?
Petkoff, es responsable de acciones armadas que luego consideró “una muchachada,” pero los muertos de la FAN, quedaron. Cuando tuvo oportunidad de adelantar investigaciones desde el alto gobierno en que participó, no lo hizo. Ahora persigue un objetivo presidencial donde en pro de mantener la hegemonía izquierdista cualquier argumento es valido. Maneja la tesis de las dos izquierdas. Una avasallante, atropelladora, totalizante, autocrática, roja, militarista. Indigenista y dictatorial. La otra, democrática, progresista, neo socialista, pro capitalista, rosada o Light. ¿Cuento chino? Los venezolanos no se arriesgarán a sufragar por un candidato que provenga de la izquierda.
Es insólito ver que profesionales militares que lloraron la perdida de sus soldados, oficiales y suboficiales se inclinen en aupar un “teodorismo militar,” incongruente con la esencia de la asociación institucional, que agrupa a profesionales en la honrosa situación de retiro, sabiendo que la democracia tiene sus cabos sueltos. La Venezuela actual exige que una vez que salgamos de la pesadilla de Chávez tenemos que investigar no solo las muertes del fiscal Danilo Anderson y del general Tomas Moncanut, entre otras victimas del proceso. También hay que volver sobre los pasos de las muertes del profesor Alberto Lovera y tantos otros en el ámbito civil y militar de la Nación.
Los actuales revolucionarios exigen la investigación de los casos que inciden en el sector partidario del desgobierno y obvian el otro. Los derechos humanos son imputables a ambos sectores, el verdadero tratamiento que debe dársele, no es el del borrón, manipulación u olvido con se ha tratado, por razones de ideologías, gobiernos o partidos políticos. ¡Hay que investigar e identificar para aplicar justicia a los responsables!
Conocemos que los pueblos han gestado los cambios institucionales en toda la historia y que la democracia se basa en el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Ante el acercamiento de Teodoro y algunos militares retirados, neo izquierdistas, sea propicia la oportunidad para que intercambien información y experiencias de la época guerrillera, a fin poder indagar:
¿Cuál fue la suerte del ciudadano: Felipe Malaver, interceptado por tropas del Ejercito Venezolano y desaparecido en la época de la Subversión Venezolana?
En este momento aciago de la Patria, se hace necesario actuar con certeza, para lograr la salida correcta. Si algunos militares retirados no dan fe de su desprendimiento ante la difícil situación que vive nuestro país, sufren la amnesia de los pueblos y seguirán actuando como los niños.
Cita: “Los pueblos son como los niños, que luego tiran aquello porque han llorado”.
Simón Bolívar.
Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán.
Caracas, 09 de Junio de 2006.