Resistencia Tricolor
Fernando
Ochoa Antich.
La valentía, el arrojo y la dignidad
demostrados, durante los últimos 45 días, por nuestros jóvenes, al flamear el
tricolor nacional y enfrentar la criminal arremetida de los todopoderosos
cuerpos de seguridad del Estado en su lucha por la libertad y la democracia, me
hacen sentir inmensamente orgulloso del pueblo venezolano. La acciones realizadas,
con inmensa sevicia, por la Guardia Nacional, la Policía Nacional y las bandas
mercenarias armadas al servicio de la nomenclatura gubernamental para atacar
las manifestaciones, absolutamente pacíficas, convocadas por la Mesa de la
Unidad Democrática en contra del régimen madurista, son sólo comparables a las
criminales medidas ejecutadas por los cuerpos represivos de las más crueles
dictaduras de la historia. Su objetivo no ha sido resguardar el orden público,
sino impedir, por medio del terror, la expresión de una sociedad, que lo único
que pide es que se retome el hilo constitucional y se le permita expresarse a través
de las urnas electorales. Las consecuencias son más que dolorosas: 42 jóvenes
asesinados y un número no determinado de heridos. Y como si todo eso fuera
poco, se ha recurrido también a la tortura de muchos detenidos. Los caídos y
demás victimas de tanta crueldad, son mártires
que han ofrendado sus vidas y su bienestar personal y familiar para impedir que
en Venezuela se imponga, de manera definitiva, una dictadura totalitaria de
corte marxista, mediante subterfugios electorales, como la fraudulenta Asamblea
Nacional Constituyente estamental, que aspiran convocar. A toda esta barbarie,
se ha opuesto tenazmente la acción libertaria de la Resistencia Tricolor.
En medio del dolor que producen las
noticias sobre las víctimas de esta brutal represión, he tenido que escuchar
numerosas declaraciones del mayor general Néstor Reverol Torres, ministro del
Interior, Justicia y Paz, quien, sin sonrojarse, miente a los venezolanos al
afirmar que los responsables de los
asesinatos y los heridos son los miembros de la Mesa de la Unidad y la “derecha
fascista”, acusando directamente, y sin presentar prueba alguna, al diputado
Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional. El general Reverol debería
tener presente que los venezolanos conocen perfectamente bien que el único
responsable de la tragedia que vive Venezuela, incluyendo este lamentable
número de víctimas, es el señor Nicolás Maduro. Sus desmedidas ambiciones
personales lo han conducido a violar flagrantemente el orden constitucional y a
reprimir cobardemente al pueblo venezolano. Eso sí, general Reverol, usted debería
también tener presente que la justicia, al juzgar a Nicolás Maduro como
responsable de esos asesinatos, no olvidará que usted, el general Vladimir
Padrino López, ministro de la Defensa, y el Alto Mando Militar, permitieron que
esos hechos ocurrieran. Así mismo, deberán asumir su responsabilidad por haber
comprometido el honor y el prestigio de la Fuerza Armada Nacional sometiéndola
al escarnio público.
Los hechos de violencia se originan, y
usted, general Reverol, lo sabe perfectamente bien, por la tozudez de Nicolás
Maduro y de su camarilla en cercenar toda posibilidad por parte de la gran
mayoría de los venezolanos de expresar pacíficamente sus reclamos. Son
precisamente la Guardia Nacional, la Policía Nacional Bolivariana y las bandas
armadas al servicio de la dictadura, quienes provocan los hechos de violencia
en contra de los manifestantes y la propiedad privada. Usted y todos los
responsables de esta situación conocen perfectamente bien la inmensa cantidad
de documentación audiovisual que demuestra la falsedad de sus acusaciones. Si lo que
afirmo es falso, entonces explique general Reverol; ¿cómo es posible que las
bandas armadas puedan circular en costosas motos por las calles de Caracas,
blandiendo y disparando armas de fuego, sin que sean detenidos por ninguna
autoridad civil o militar? ¿Por qué razón no hay ni siquiera un detenido
ni una acusación formal de un solo miembro
de esas bandas por porte ilegal de armas de guerra? ¿Cómo pueden ocurrir
delitos contra la propiedad, sin que aparezca un solo representante de la fuerza
pública para impedirlo? ¿Qué medidas ejemplarizantes se han tomado contra
miembros de la fuerza pública observados en acciones de saqueos?
Es verdad que la situación del estado
Táchira es de inmensa gravedad. El pueblo tachirense ha sido reprimido ferozmente
por la Guardia Nacional sin lograr restablecer el orden público. En San
Cristóbal, las calles están casi desiertas, centenares de comercios permanecen
cerrados y el transporte público se encuentra restringido. En Sabaneta, durante
la noche del martes, se reportaron decenas de saqueos de comercios y la
presencia en las calles de 80
motorizados armados vinculados a la dictadura. Ante tan compleja
situación, el general Padrino anunció el envío de 2000 Guardias Nacionales y
600 efectivos de la unidad de operaciones especiales del Ejército como parte de
la “segunda fase” del Plan Zamora. Esa
acción puede traer consecuencias aun más dolorosas. ¿Qué pasaría si esa
situación, como parece puede ocurrir, se generalizara en todo el país? ¿Hasta dónde piensan llegar con tanta e
injustificada represión? ¿No sería mucho menos costoso para Venezuela y para la
Fuerza Armada Nacional que el ministro de la Defensa y el Alto Mando Militar le
solicitaran al presidente Maduro retirar la inconstitucional convocatoria a la
Asamblea Nacional Constituyente estamental y presentar, en contrapartida, un cronograma electoral para las elecciones
regionales, municipales y presidenciales, acompañado, al mismo tiempo, de la
liberación de los presos políticos, el reconocimiento de la Asamblea Nacional y
el establecimiento del canal humanitario que tanto necesita nuestro pueblo? No
hacerlo, comprometerá la paz de Venezuela y justificará la valiente e incansable Resistencia Tricolor.
Caracas, 21 de mayo de 2017.
fochoaantich@gmail.com.