LUDMILA VINOGRADOFF / CORRESPONSAL EN CARACAS
Día 21/07/2010
Ordena al canciller venezolano, Nicolás Maduro, que «revise con un equipo de expertos el Concordato que tiene el Estado venezolano con el Vaticano, lo cual le da aquí un privilegio sobre las otras iglesias»
El presidente Hugo Chávez tiene a la iglesia venezolana y a sus obispos entre ceja y ceja. Es tan obsesiva su confrontación que ha puesto al cardenal de Caracas, Jorge Urosa Savino, en el centro de sus ataques y amenaza con revisar el tratado diplomático que mantiene Venezuela con el Vaticano, que data de 1964, para eliminar los supuestos «privilegios» del clero católico.
En Venezuela, donde la mayoría de la población es católica y en un alto porcentaje practicante, el mandatario bolivariano ha vuelto a enfilar sus ataques contra la iglesia, en pleno inicio de la campaña electoral y a solo dos meses de los comicios legislativos previstos para el 26 de septiembre. Sólo cuatro días después de amenazar con romper relaciones con la vecina Colombia, por las acusaciones de Álvaro Uribe de que Venezuela acoge en su suelo a mandos y elementos de las guerrillas de las FARC y el ELN, Chávez amenaza también con revisar, paso previo a su denuncia, el Concordato de 1964.
Un estado «marxista»
El cardenal caraqueño, Urosa, ha expresado en los últimos días su preocupación porque Venezuela está avanzando hacia «un estado socialista de corte marxista-comunista», y ha afirmado que «lo que el presidente pretende es saltarse la Constitución». Hasta aquí, es solo un episodio más en la tormentosa relación que mantiene Chávez con la iglesia venezolana , desde su fallido golpe de estado de 1992 hasta la actualidad, pasando por la reforma de la Carta Magna en 1999. Pero el líder bolivariano parece haberse enfurecido en esta ocasión más de la cuenta.
Tras calificar de «troglodita e indigno» al cardenal Urosa, y afirmar que «la sangre va a llegar al río», Hugo Chávez ha ordenado a su canciller, Nicolás Maduro, que «revise con un equipo de expertos el Concordato que tiene el Estado venezolano con el Vaticano, lo cual le da aquí un privilegio sobre las otras iglesias».
«Bájense de esa nube, cavernícolas», ha bramado el mandatario, que de niño fue monaguillo aunque parece haberlo olvidado, al dirigirse a los obispos, a quienes acusa de estar «aliados con los opositores» y conspirando en un presunto golpe. Pero asegura que «nosotros los vamos a barrer el 26 de septiembre» en los comicios legislativos. Al mencionar a la oposición, Chávez dijo que «vienen con todo y con todos los dineros que les da el Departamento de Estado de los EE.UU., la mentira, la campaña de miedo, el terrorismo... Si volvieran a gobernar en Venezuela aquí habría una guerra».
Alusión al Papa
También se refirió al Papa Benedicto XVI, reconociéndole su condición de jefe de Estado, pero asegurando que «no es ningún embajador de Cristo en la tierra como ellos dicen, por el amor de Dios». Añadió respecto al cardenal Urosa que «es cien veces peor que aquél (el fallecido cardenal Ignacio Velasco)... Este es de la extrema derecha fascista, del Opus Dei, y del Opus no sé qué... Es un oligarca». Y, en una pirueta plenamente chavista, retó al cardenal a «quitarse la sotana» y medirse con él.
En su último comunicado, una nota durísima, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) expresó este lunes su preocupación por el «clima de violencia y corrupción que reina en muchas esferas de la vida del país», añadiendo que «la polarización ideológico-política de diversos actores no contribuye a la creación de un ambiente favorable» para las legislativas. La CEV, que tiene una alta credibilidad según las encuestas, sostiene que «el pueblo desea vivir en democracia, en estado de derecho, con participación real de todos, en un clima de justicia social y libertad. Así lo decidió en el referendo del 2 de diciembre de 2007. Por eso es absolutamente inaceptable la imposición de un Estado socialista que se inspira en el régimen comunista cubano y se ha venido concretando a través de leyes y hechos que desconocen la voluntad popular y la Constitución».
Invitación a la Cámara
Después de calificar de «estúpido» al cardenal Urosa, Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional, le invitó a acudir a la Cámara para «que explique por qué las leyes socialistas aprobadas son marxistas». Pero Urosa se ha negado asistir al Parlamento porque no le encuentra sentido a esa comparecencia «ni hay condiciones para un diálogo respetuoso... No quiero seguir con esta polémica, lo que me interesa es que Venezuela sea un pueblo libre y democrático», dijo el cardenal.
En enero pasado, Chávez se declaró oficialmente «marxista», aunque ahora, por intereses electorales, trata de desmentir sus planes totalitarios amparándose en el término «socialismo». Incluso la Declaración de Principios del Partido Socialista Unido de Venezuela —PSUV—, fundado por Chávez y aprobado en abril pasado, dice claramente que es una formación política «anticapitalista, antiimperialista y marxista».