Niño afgano famoso por "camiseta" de plástico de Messi, teme a los talibanes: "Sálvenme"
POR NOTICIA DE AGENCIA
La apuesta de Los Urabeños por Venezuela podría estar fallando
COLOMBIA / 2 SEP 2021 POR JUAN DIEGO POSADA
Los Urabeños, uno de los grupos de narcotráfico dominantes en Colombia, aparentemente están intensificando sus operaciones a lo largo de la frontera entre Colombia y Venezuela, una táctica que probablemente fomentará más violencia en una región ya de por sí peligrosa.
Si bien el grupo, también conocido como el Clan del Golfo, han tenido desde hace mucho tiempo una amplia presencia en toda Colombia, aparentemente han aumentado las operaciones a través de la frontera.
Desde enero, Los Urabeños habrían establecido una alianza con Los Rastrojos, que controlan una parte de las drogas, armas y personas que se mueven a lo largo de trochas o senderos remotos no controlados que cruzan la frontera. Esta asociación parece apuntar a evitar el avance inexorable del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la frontera. Sin embargo, también le dio a Los Urabeños un punto de apoyo dentro de Venezuela para refugiarse y esconderse de las operaciones colombianas contra ellos.
VEA TAMBIÉN: Perfil de Los Urabeños
Esto puede ser contraproducente. La violencia se ha disparado a lo largo de los senderos fronterizos y alrededor de la ciudad colombiana de Cúcuta debido a los enfrentamientos entre el ELN y Urabeños. Según medios locales, el 30 de agosto Los Urabeños habrían asesinado a tres hombres en Puerto León, la masacre número 68 en 2021 en Colombia.
Pero su respaldo venezolano no les ha permitido escapar de las consecuencias. Las fuerzas colombianas han seguido atacando al grupo con operaciones militares consistentes, como lo habían hecho en los últimos años. Ahora, están específicamente persiguiendo a miembros del grupo tratando de controlar los senderos transfronterizos. En julio, el Ejército y la Policía de Colombia capturaron a cinco miembros de Los Urabeños en la zona fronteriza. En el operativo, varios miembros más del grupo habrían sido asesinados, según informó Caracol Radio.
De acuerdo con las autoridades, el grupo estaría involucrado en el asesinado de una lideresa de la región y tráfico de armas en la frontera. En abril, cuatro miembros más de Los Urabeños habían sido capturados, después de varias denuncias por extorsión en una localidad cercana a la frontera con Venezuela, reportó La Opinión.
Análisis de InSight Crime
La presencia de Los Urabeños en la frontera no es nueva, su intento de aumentar su control de las economías criminales allí a lo largo de 2021 fue una posibilidad remota.
Mientras que el modelo de franquicias del grupo le permite expandirse mediante el reclutamiento de pandillas más pequeñas en sus filas rápidamente, la frontera entre Venezuela y Colombia es sin duda el nicho criminal más disputado en América Latina.
VEA TAMBIÉN: Nueva alianza criminal combate al ELN en la frontera Colombia-Venezuela
Desde el 2018, con la expansión del ELN en Venezuela, Los Urabeños han visto reducida su participación en la escena criminal del lado venezolano y la frontera. Mientras el régimen de Nicolás Maduro se ha encargado de saludar a grupos criminales de Colombia como el ELN y ciertos elementos de las ex - FARC Mafia, la bienvenida no ha sido tan cálida para otros grupos como los Urabeños y e Los Rastrojos.
El control de las trochas entre ambos países deja innumerables ganancias para estos grupos, pero lograrlo no es tan fácil como decirlo. Los Rastrojos son aliados experimentados en esta área, pero el grupo también ha estado tratando de sobrevivir, luchando contra las fuerzas del gobierno venezolano, el ELN y partes de la ex - FARC Mafia. Si esta alianza puede darle dividendos en el futuro a los Urabeños sigue siendo una pregunta que no tiene una respuesta certera.
FUENTE: InSight Crime / https://es.insightcrime.org/noticias/apuesta-urabenos-venezuela-podria-fallando/
LA GUERRA PÉRFIDA
La guerra que el castrismo libra supuestamente contra "el imperialismo" en realidad ha sido siempre contra los cubanos, de manera que maliciosamente presenta a los opositores como si fueran agentes de una potencia extranjera en lugar de legítimos adversarios del régimen.
De allí la costumbre establecida por Castro de llamarlos "mercenarios", práctica en la que insisten obsesivamente sus sucesores para los que el argumento supremo consiste en señalar que alguien "recibió dinero" para librarse de todo razonamiento.
Con este punto de partida, desarrolló un aparato militar y de inteligencia que proviniendo de un país tan pequeño insólitamente despliega por todo el mundo. La guerra, que siempre se pensó como una situación temporal, un tránsito que conduce al estado de paz; ahora se concibe como guerra permanente, perpetua, sin fin y desprovista de límites formales.
Se abandonan los principios generales de las costumbres y el derecho de guerra, primero y principal, la distinción entre combatientes y no combatientes; el que los ataques solo puedan dirigirse directamente contra objetivos militares, no contra civiles; la prohibición de medios bárbaros, como el uso de instrumentos de lucha que causen daños y sufrimientos superfluos, en el sentido de no ser inevitables o inútiles para el logro de los objetivos.
Por ejemplo, la prohibición de armas químicas y bacteriológicas, lo que China Comunista transgrede abiertamente; los venenos y las armas envenenadas, en lo que Rusia muestra una indiscutible experticia; los gases tóxicos y afines, pero Cuba produce toxinas paralizantes desde los años 80 en centros de ingeniería genética y biotecnología.
Finalmente, se olvida el repudio de medios pérfidos, esto es, aquellos que sean contrarios al "honor militar", suponiendo que eso exista y sea lo que sea que se entienda por ello, supone que la guerra, como toda contienda, debe hacerse con "un mínimo de lealtad", que permita que la victoria sea digna, motivo de orgullo y no de vergüenza.
Esta visión caballeresca corresponde a la concepción de la guerra como una relación entre Estados caracterizada por el uso de la fuerza y la ruptura de las relaciones pacíficas, propias de naciones civilizadas. Ilusiones que naufragaron en el horror del siglo XX con las dos guerras mundiales, la emergencia del nacionalsocialismo y del comunismo, ideologías totalitarias que impusieron la guerra total: nada ni nadie puede escapar a sus confines.
La teoría de la guerra revolucionaria, formulada por Lenin, pretende la transformación de la guerra imperialista (entre Estados) en guerra civil (dentro del Estado), para tomar el poder con participación de las masas de obreros y campesinos armados bajo la dirección de un partido político disciplinado, con lo que borra el límite entre la guerra y la política, entre el mundo militar y el civil.
Esta fórmula fue codificada por Mao Tse Tung y llevada magistralmente a la práctica por el vietnamita Vo Nguyen Giap, con su concepción de la guerra popular prolongada como guerra de todo el pueblo, según la cual un campesino puede empuñar el arado en la mañana y el fusil por la tarde, mientras su mujer e hijos cavan trampas, trincheras y túneles.
Este cruce morganático del socialismo originalmente europeo occidental con el despotismo y colectivismo asiáticos, tan absolutamente ignorantes de la dignidad individual, se ha entreverado en la teoría y práctica de toda la internacional comunista y movimientos aliados de manera que no hay ni uno solo que no abreve en este manantial común.
Para ellos, la vida es política: no hay uno de sus aspectos o manifestaciones, sea familiar, afectiva, artística, espiritual, científica, que no caiga dentro de este denominador común. Luego, la política es guerra: no hay ni un solo ámbito de la acción humana que le sea ajeno.
Lo primero que hacen los comunistas es introducir la expresión "el enemigo" para referirse a quienes hasta ayer eran simples rivales, competidores, opositores, contendores, disidentes y pretender su aniquilación o incondicional sometimiento; no se trata de un juego en que se gana y se pierde sin que la lucha tenga un carácter existencial.
A partir de aquí todo se traduce a un lenguaje bélico, por ejemplo, la expresión "bloqueo" sólo tiene sentido en el contexto de una guerra naval; la "guerra económica" se refiere al trato de la población civil de la potencia enemiga, dentro y fuera de su territorio y en el propio; los frecuentes apagones son objeto de la "guerra eléctrica"; se habla de "seguridad alimentaria" y encargan a militares la distribución de alimentos; hay guerras psicológicas, de información, de propaganda, batalla de ideas y así ad nauseam.
Con motivo del levantamiento popular del 11 de julio en que los cubanos clamaron en las calles pidiendo libertad, fin de la tiranía y abajo el comunismo, la respuesta de Miguel Díaz Canel fue: "Tendrán que pasar sobre nuestros cadáveres". Y para que no queden dudas agregó: "Estamos dispuestos a todo".
Al lenguaje brutal le sigue una acción implacable, una guerra sin restricciones en la que ni siquiera se define quién es el enemigo, por lo que las acciones pueden incluir una purga ejemplarizante en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que se sabe que no quieren a Díaz Canel porque no es de esa logia; o en la policía política y cuerpos de seguridad que son los que ostentan el poder real, sobre el Partido Comunista y sus organizaciones de masas.
Los comunistas han adoptado la expresión "Lawfare" entendida como "guerra jurídica", que consiste en utilizar los procedimientos legales para atacar a oponentes políticos dando una apariencia de legalidad a procedimientos arbitrarios. Se trata de un método de guerra no convencional en que la ley se utiliza como medio para conseguir objetivos políticos.
Está a la vista como los manifestantes son sometidos a juicios sumarísimos y condenados a penas exorbitantes por delitos inexistentes; pero además son rastreados en sus casas meses después de los eventos, secuestrados durante la noche, sometidos a maltratos físicos y verbales, palizas, desnudez, rapado del cabello, insultos, humillaciones, hostigamiento de las familias, separación y aislamiento en centros de reclusión remotos, todo tipo de tratos crueles e infamantes, sin que hasta ahora ninguna organización internacional haya elevado la menor protesta, incluso los EEUU, ni la UE.
No está claro si los esbirros de la Seguridad del Estado consignan en sus comandos los bienes que incautan en las viviendas que allanan, sobre todo celulares, computadoras, laptops, medios de trabajo de comunicadores independientes; sí está claro que sus líneas de mando saben de estas prácticas pero se ignora cómo las regulan, si es un derecho de botín o de "apropiación personal", que es como se define jurídicamente al saqueo.
La guerra de todo el pueblo se ha trastocado dialécticamente en guerra contra todo el pueblo, que se encuentra completamente inerme a merced de fuerzas que se comportan como un ejército de ocupación; pero sin las garantías y límites del régimen de ocupación.
Los partidos, organizaciones civiles y personalidades claman desesperadamente por ayuda para los opositores que se encuentran atrapados al interior de la isla, literalmente en calidad de rehenes; pero nadie escucha. La gran prensa, los medios globales, plataformas y redes sociales, censuran toda información que no esté en la corriente de la agenda progre.
Al final del día, los cubanos, como los venezolanos, nicaragüenses, bolivianos y un largo etcétera que ya abarca toda América, solo cuentan consigo mismos y sus escasos recursos.
Pero esta es la lucha y es necesario vencer, como dijo en circunstancias semejantes, abandonado por el mundo, David Ben-Gurión: No hay alternativa a la victoria.
Luis Marín
Abogado-politólogo - Profesor UCV.
02-09-21
DESPERTANDO EL ALMA
SEP 02. REFLEXIÓN DEL DÍA.
CADA VIDA ES UN REGALO DEL AMOR DE DIOS
(Padre Lucas Prados)
Este cuento nos relata la vida de un muchacho que, para el mundo era un error, pero para DIOS y para sus padres, un auténtico regalo de su amor.
Jeremías era un niño de cuerpo deforme y mente bastante lenta que nació con una enfermedad congénita degenerativa. Vino al mundo en Alconada, un pueblecito de Salamanca de no más de quinientos habitantes, hacia la segunda mitad del siglo XX. Uno de esos pueblos, que cuando los jóvenes se olvidaron de la agricultura y la ganadería, se transformaron, por la égida hacia la capital, en pueblos fantasmas; uno de tantos que todavía, detrás de alguna colina perdida se pueden encontrar en la maravillosa geografía de nuestra bendita Castilla.
De niño sufrió mucho, pues con motivo de su enfermedad no anduvo hasta los 6 años. De hecho, sus padres lo tuvieron que llevar a un traumatólogo infantil para que este le diseñara un artilugio que se ponía en las piernas y le ayudaba a mantener el equilibrio. Con el paso del tiempo aprendió a andar e incluso a correr y jugar; pero como su problema era también un grave retraso mental, los niños de su edad nunca le hicieron caso.
Cuando les fue posible, los padres matricularon a Jeremías en la única escuelita que tenía el pueblo. Una escuela donde, en una sola habitación, convivían y aprendían alrededor de 40 niños desde primer grado hasta el ingreso en el bachillerato. Una vez superada esa edad, si querían seguir estudiando, tenían que irse forzosamente a Peñaranda de Bracamonte, distante no muchos kilómetros.
Cuando cumplió 12 años todavía estaba en segundo de primaria, ya que era incapaz de aprender. Su maestra, Carmen Astudillo, -que de joven había tenido un desengaño amoroso y por ello se había dedicado en cuerpo y alma a enseñar a los niños-, perdía frecuentemente los nervios con él. Debido a su enfermedad, Jeremías, lo mismo se retorcía en su asiento y emitía sonidos guturales que desagradaban y distraían al resto de los niños, que hablaba de manera clara y precisa, como si un rayo de luz penetrara ocasionalmente en la oscuridad de su cerebro. Es por eso que la maestra estaba muy preocupada a causa de Jeremías, ya que ni avanzaba él, ni dejaba progresar al resto de la clase.
Un día, la maestra, llamó a los padres de Jeremías y les pidió que fueran a verle al colegio. Cuando los padres llegaron, pasaron al despacho de la señorita Astudillo, quien les dijo:
• Siento mucho decirles que Jeremías tendrá que abandonar este colegio. Su hijo necesita un colegio especial para niños como él. Debido a sus limitaciones, ni aprende él, ni deja progresar a los demás. Por otro lado, Jeremías ya tiene doce años y está en el aula con niños que como máximo tienen nueve años, lo cual no es bueno.
La madre de Jeremías, que sospechaba el motivo por el que la maestra les había llamado, al oír de modo tan claro hablar de las deficiencias de su hijo, no pudo por menos que llorar amargamente. Mientras tanto, su marido seguía hablando con la maestra:
• Señorita Astudillo, en este pueblo tan pequeño no hay escuelas especiales como las que usted se refiere. Tendríamos que mandarlo a la capital, pero para nosotros sería un gasto imposible de asumir; y, además, en Salamanca no tenemos ningún familiar con el que pudiera vivir. Le rogamos tenga paciencia con nuestro hijo. Ya sabe por otro lado que, por motivo de su enfermedad congénita, le queda poca vida, por lo que no nos gustaría separarnos de él.
La maestra, impresionada por la conversación con los padres, pero preocupada también por los otros niños que tenía en la escuela, se quedó pensativa no sabiendo qué responderles; por lo que les pidió unos días para pensárselo.
Una vez que los padres de Jeremías su hubieron marchado, Carmen, se quedó mirando fijamente al horizonte a través de una de las ventanas del aula; mientras que unos copos de nieve que empezaban a caer, anunciaban la cercanía de la Navidad.
Los días sucesivos, Carmen estuvo analizando la situación y buscando una salida que fuera buena para todos. Mientras ponderaba las diferentes posibilidades, un sentimiento de culpabilidad se apoderó de ella.
Aquí estoy protestando, cuando mis problemas no son nada, comparados con los de esta familia, – pensó. Por favor, Señor, ¡ayúdame a ser más paciente con Jeremías! ¡Ayúdame a quererle y a darle alegría en los últimos años que le puedan quedar de vida!
Desde ese día, intentó ignorar los ruidos de Jeremías, al tiempo que enseñó al resto de los niños a quererle y a tener paciencia con él.
Este cambio de actitud de la maestra fue rápidamente percibido por nuestro pobre Jeremías.
Una mañana, Jeremías se acercó a la mesa de la maestra, arrastrando sus piernas casi ya paralíticas. En esto que, poniéndose junto a ella se le acercó al oído y le dijo:
• ¡Te quiero mucho, Seño!
Palabras que fueron escuchadas por el resto de los niños; quienes no pudieron evitar reírse, provocando al mismo tiempo que la maestra se sonrojara y comenzara a balbucir:
• ¿Co-cómo? Eso es muy bonito Jeremías. Gracias. Pero a..a..ahora vuelve a tu sitio y continua con la tarea.
Pasaron tranquilamente los meses hasta que después de los fríos invernales, un buen día comenzó a anunciarse la primavera. Este año la Semana Santa caía a mitad de abril. Durante gran parte de la Cuaresma la profesora, que les explicaba como se hacía antiguamente todas las asignaturas, aprovechaba las primeras horas de la tarde para darles doctrina sagrada, rezar con los niños algunas oraciones y leerles historias de santos. Cuando faltaban tan solo unos días para el Domingo de Ramos, les explicó a los niños el significado de la Semana Santa: las maravillas que ocurrieron el Jueves Santo, la Pasión y Muerte de Jesús el día Viernes, y la espera gozosa hasta la llegada del Sábado de Gloria (como se decía antiguamente).
Los maestros de entonces eran realmente sabios, sabían de todo; y con un solo libro, los niños eran capaces de aprender de todo, y además de verdad.
Ese año puso especial énfasis en enseñarles la importancia que tenían la Muerte y Resurrección de Jesucristo: Les explicó que, a través de ellas, también nosotros moríamos al pecado y resucitábamos a una nueva vida. Les enseñó que el “huevo de Pascua” significaba el comienzo de una nueva vida para los cristianos. Con el fin de reforzar esta enseñanza, le dio a cada uno de los niños un huevo de plástico y les dijo:
• Quiero que os llevéis a casa este huevo y mañana lo traigáis con algo dentro que signifique una nueva vida. ¿Lo habéis entendido?
A lo que todos respondieron con un ruidoso ¡¡¡¡ SÍÍÍ !!!. Bueno todos no, pues Jeremías no dijo nada. Él le escuchó con atención, dando la impresión de que lo estaba entendiendo todo; ¿Pero habría comprendido realmente lo que ella quería decir? ¿Habría entendido lo que dijo sobre la muerte y resurrección de Jesús? La maestra se quedó pensando si no sería mejor llamar a sus padres y explicarles la tarea.
Carmen, la maestra, pasó el resto de la tarde corrigiendo deberes, yendo a la tienda para comprar comestibles y haciendo las mil y una cosas pendientes que siempre tenía en lista de espera. Era ya algo tarde, cuando de repente recordó que no había llamado a los padres de Jeremías. Se entristeció ante este olvido, y decidió confiar que Jeremías hubiese entendido algo.
A la mañana siguiente los niños volvieron contentos a la escuela trayendo la “misión especial” que la maestra les había encargado. Conforme iban llegando depositaron los huevos en una cesta de mimbre que la maestra había preparado para tal fin. En esto que la maestra dijo:
• Bueno, como hoy es miércoles comenzaremos con las matemáticas.
Se oyó un rumor de desaprobación, pues todos los niños estaban esperando mostrar lo que habían puesto en los huevos. Cuando la maestra se percató del desencanto, hizo silencio y les dijo a los niños:
Si os portáis bien, cuando acabemos las matemáticas pasaremos a revisar lo que ha traído cada uno.
A lo que los niños aplaudieron vivamente. Acto seguido, uno de los niños más responsables chistó a los demás para que guardaran silencio.
Acabada la lección de matemáticas, llegó el momento de abrir los huevos. La maestra se dirigió al primero, lo abrió y encontró en él una flor.
• ¡Oh! Sí. La flor es ciertamente signo de una nueva vida. Cuando las plantas empiezan a crecer y se ven las primeras flores, sabemos que ha llegado la primavera. ¿Quién trajo este primer huevo?
A lo que una niña, inmensamente feliz, alzó la mano identificándose como autora del mismo. El siguiente huevo tenía una mariposa de plástico.
• Este es también un bonito ejemplo, – dijo la maestra. Ya sabéis todos que la oruga tuvo que morir y de ahí salió esta mariposa. Este es también un bello signo de nueva vida.
Y así siguieron abriendo uno a uno los huevos de Pascua hasta que llegaron al que había traído Jeremías. Cuando la maestra lo cogió, Jeremías se puso nervioso y dio un gran salto, al tiempo que levantaba las manos con regocijo.
• Bien, -dijo la maestra. Ya sabemos que este lo trajo Jeremías. Vamos a ver ahora lo que esconde dentro.
Abrió el huevo y comprobó que estaba vacío. Los niños comenzaron a reírse de él.
En ese momento la maestra se culpó de no haber llamado a sus padres. Ciertamente, Jeremías no había entendido la tarea. La maestra no quiso que Jeremías pasara vergüenza por lo que sin decir nada, puso el huevo a un lado y se dispuso a abrir el siguiente. En esto que Jeremías se incorporó y le dijo a la maestra:
• Seño, ¿No va a decir usted nada de mi huevo? – Por lo que no le quedó más remedio que responder:
• ¿Qué quieres que diga? Tu huevo no tiene nada dentro, está vacío.
Y Jeremías respondió:
Igual que la tumba de Jesús.
En ese momento la maestra se quedó sin habla. Una vez que se recuperó de la sorpresa le preguntó al niño:
• ¿Y tú sabes por qué estaba vacía?
• ¡Claro! Como usted nos enseñó, resucitó al tercer día y su Padre se lo llevó con Él.
La conversación estaba en su momento más álgido cuando de pronto sonó la campana de la torre de la Iglesia anunciando el rezo del Ángelus y el recreo de las 12. Los niños salieron al patio para disfrutar de un merecido descanso. Carmen, la maestra, se quedó en el aula disimulando unas lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos. La frialdad de su interior y sus dudas sobre Jeremías se habían desvanecido por completo.
Dos meses más tarde, cuando el colegio estaba ya a punto de concluir y los niños se disponían a gozar de unas merecidas vacaciones de verano, una mañanita, llegó el papá de Jeremías a hablar con la maestra para anunciarle que su hijo acababa de fallecer.
El velatorio se celebró en la misma casa. Los papás de Jeremías sacaron la mesa del comedor, pusieron una alfombra sobre el suelo y unas velas alrededor del ataúd. Seis o siete sillas prestadas por los vecinos, terminaban de componer esta improvisada habitación fúnebre.
Esa misma tarde, todos sus compañeros de colegio fueron a la casa de Jeremías para darle el último adiós. Cuando se hizo de noche, la maestra fue a visitar de nuevo a la familia y ya de paso preguntar si necesitaban alguna cosa. La maestra entró en la sala donde habían puesto los restos de su alumno. Se acercó al féretro y vio que sobre la tapa del ataúd los niños habían puesto numerosos huevos de Pascua. Todos ellos vacíos.
CUMANÁ, 02-09-2021