La antigua Constitución de la República de Venezuela promulgada en 1961; la misma que al inicio de la era de la pretendida revolución, Hugo Rafael Chávez Frías desconoció en su vigencia y la catalogó de “moribunda” establece en su Capitulo VI. Derechos Políticos. Articulo 110: “el voto es un derecho y una función pública. Su ejercicio es obligatorio, dentro de los limites y condiciones que establezca la ley.” Por su parte la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, promulgada en 1999, en su Capitulo IV, Sección Primera. De los Derechos políticos. Articulo 63 establece: “El sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas. La ley garantiza en principio de la personalización del sufragio y la representación proporcional.”
Viendo el actual comportamiento del desgobierno en Venezuela, no nos queda otra alternativa sino catalogar el texto de la constitución actual, como viciado, por el alto contenido de “letra muerta”. Los hechos hablan por sí solos. Los derechos políticos se cercenan. Se detienen y enjuician a personas que colocan propaganda electoral. Se utilizan procedimiento abiertamente contrarios a la representación proporcional, como lo es el caso de la unión de dos o más tarjetas de movimientos políticos, que ha sido denominada, “morochas.” Se utiliza la ley de responsabilidad social en radio y televisión, conocida también como resorte ó mordaza, para conculcar los derechos de la propaganda electoral y el derecho de comunicación e información de los ciudadanos. No obstante a este ultimo aspecto, se transmiten cadenas televisivas de radio y televisión desde el exterior de la Nación protagonizadas por Hugo Chávez Frías, inquilino temporal del Palacio de Miraflores y para colmo, este se expresa en palabreas soeces y nos pretende dar lecciones de Socialismo y Comunismo de ocasión , al estilo de la década de los años 60s.
Vemos con estupor que el régimen gubernamental regrese a la obligatoriedad del voto en Venezuela, aplicable solo al sector que apoya al desgobierno, pero para el sector opositor se pretende aniquilar a los adversarios, en función de conservar la mayoría de los curules de la Asamblea Nacional, a cualquier precio. La recompensa esta proyectada en la supuesta consecución de 10 millones de votos de un universo de 14, para reelegir al payaso de las tiras cómicas de la política nacional, apoyado por el Comunismo internacional.
Se nos obliga a acatar la propaganda electoral sin límite de tiempo televisivo. Se nos impone respetar la imagen inmaculada de la representación política actual de "Ali Babá y los cuarenta ladrones”, aunque superan el centenar, mientras por el canal del estado, patrimonio de todos los venezolanos, en diversos programas se sataniza, se desacredita y se ofende la dignidad de los que tiene el valor de enfrentar al régimen, electoralmente.
Se nos obligó recientemente en Venezuela a ver una cadena de más de dos horas, con alto contenido político a favor de las fuerzas del gobierno, pero nos quedo de nuevo la evidencia fresca de la imagen del ilegal presidente, transmitida a todos los países del mundo. Se puede ser campesino, de origen humilde, de condición económica pobre y se puede haber crecido en su sector marginal. La mayoría de los venezolanos, incluyéndome, quizás aplicamos en una o varias de esas opciones. Lo que es imperdonable es llevar la marginalidad y el resentimiento social en la mente, el alma y el corazón. No estamos obligados a soportarlo ni mucho menos a aceptarlo dentro del marco de un evento de carácter internacional, en representación de todos los venezolanos. ¡Que vergüenza!
Tenemos el derecho de sufragar, pero no con la condiciones de desventaja, ante el actual Consejo Nacional Electoral (CNE). Exigimos ser representados por un presidente digno y no es justo que un orate, que a la par usurpa el cargo, se quede en el resentimiento y en las restricciones mentales y físicas, del encierro en el escaparate de su abuela; aflore sus sentimientos Castristas, Comunistas y exponga su lenguaje incendiario para motivar una lucha entre sus semejantes contra supuestas fuerzas imperialistas, en tierra ajena. Todo esto apoyado con el concurso de una serie de adeptos trasladados por vía marítima, aérea y terrestre, desde varios países de Latinoamérica con la subvención proporcionada por el dinero venezolano producto del petróleo. ¡Que desgracia!
Tenemos el derecho de reclamar ante la Comunidad Internacional, la apatía que demostraron los representantes de los gobiernos de América en la IV Cumbre de presidentes y jefes de estado, al observar que una vez que Hugo Chávez Frías, produjo un anti cumbre, se siente al lado de todos ellos a deliberar sobre el tema del “empleo digno,” Por lo indigno de su presencia, debió haberse quedado solo en el teatro del Hotel Hermitage en Mar del Plata, Argentina. No merecía, ni merece compartir un espacio público dentro de tantas personalidades, mientras antes incentivaba las pasiones y creaba conflictos canallescos, para enfrentar las diferentes corrientes de pensamientos en América Latina. Ese grosero Señor, debió quedarse solo o fuera de la cumbre, y el daño a Venezuela como Estado, hubiese sido mínimo, porque a una significativa mayoría de venezolanos, no nos representa. Pero pese a su actuación, tampoco conseguirá que le dejemos el campo abierto para que se adueñe totalmente de la patria e implante el Comunismo. ¡Tendrá que matarnos!
Tenemos el derecho de exigirle al usurpador de la presidencia, el hecho de lanzar al cesto de desperdicios el nombre y la imagen de un país con el nuestro, al expresar que habla en representación del asesino Fidel Castro y refiere en sus anécdotas que "Dios ayuda a Chávez y a sus amigos," según Fidel, sabiendo todos nosotros, que ese magnicida, no cree en Dios, en Cristo, ni mucho menos en la Virgen. ¡Que extraordinaria forma de manipular!
Todos los conciudadanos tenemos el deber de revisar que significa en materia de seguridad, que el usurpador de la presidencia pronuncie: ¡Viva el Socialismo del Siglo XXI! También estamos internamente obligados a pensar, que implicaciones tiene, que un ex militar golpista, sea actualmente el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional de nuestro país, y pronuncie frases tales como: ¡Viva Fidel! ¡Viva el Che! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria o muerte! Ante esto convendría preguntarnos: ¿Cuales son nuestras obligaciones y cuales son nuestros derechos? ¿Estaremos en el derecho de rechazar, en lo sucesivo, la receta obligada que nos impone el Castro Comunismo en perjuicio de nuestras libertades ciudadanas? ¡Reflexionemos hoy, para mañana es tarde!
Finalmente, tenemos el deber de exigirle a los partidos de oposición que defienden “espacios políticos,” si verdaderamente su obligación es convocar y concurrir a votar. O si por el contrario, su derecho está en no llamar a elecciones y retirar definitivamente sus candidatos, ante la perdida del estado de derecho, la paz, la seguridad y la soberanía de la Nación
Cita: “Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos”.
Simón Bolívar.
Caracas, 07 de Noviembre de 2005