Por la difícil faena del
distinguido Magistrado del TSJ, en su papel justiciero, investido de amplios
poderes, no se conoce a ciencia cierta a que grandes intereses tocó o hasta
donde llegaron sus conocimientos e investigaciones, para que cayera en desgracia.
Él consiente de que los hombres, cual torero, cuando muerde la arena, se
levantó y caminó con paso firme hacia lo que consideró justo, verdadero, legal,
honroso, para su defensa legitima; trató de hacerlo, pero no tuvo eco. Se quedó
esperando una tabla salvavidas o la imagen de un ser interventor que actuara
con justicia, pero nunca llegó, o quizás Hugo Chávez le hizo llegar una señal
de fe, con base metafórica: “Luis, la justicia también es de Dios”
Del árbol caído todo el mundo
hace leña, reza un viejo adagio, y eso es lo que se pretende hacer dentro del
seno del proceso revolucionario con las denuncias del Magistrado del Tribunal
Supremo. A Luis Velásquez Alvaray, se le imputa la responsabilidad total de la
adquisición, sin licitación de un terreno destinado a la construcción de una
comunidad, judicial, conocida como “Ciudad Lebrum.” Hemos visto con estupor que
sus señalamientos constituyen apenas la punta del iceberg, porque debajo de la
superficie pastosa de las aguas nauseabundas del proceso, se esconden mafias,
bandas, tribus, inversionistas del siglo XXI y él implica directamente en sus
denuncias a José Vicente Rangel, Vicepresidente Ejecutivo, Jesse Chacón
Escamillo, Ministro del Interior y Justicia y Nicolás Maduro, presidente de la
Asamblea Nacional.
Parece una lucha entre
miembros de poderes del Estado, pero las cosas se agravan más; Velásquez
denuncia la intención de una nefasta sustitución de Hugo Chávez. Refiere que
los precitados miembros del alto gobierno, le quieren dar al Presidente Chávez
el mismo tratamiento que les adjudicó a los militares retirados después de los
sucesos del 11 de Abril de 2002, cuando los llamo “condones.” (Por la supuesta
utilización que de ellos hizo, el Imperio Norteamericano.) Ahora, según el
Magistrado Velásquez, sus propios partidarios reviven una tesis del “chavismo
sin Chávez” y al iluminado líder del proyecto revolucionario después de usarlo,
lo pasarán a la categoría de preservativo.
Entendemos la angustia, la
preocupación, el desvelo y hasta el temor que este momento pueda tener el
Magistrado Luis Velásquez Alvaray, así asuma la valiente posición de decir que
no le tiene miedo a nadie y quien quiera matarlo que lo haga. Él sabe que no lo
van a hacer, conoce que en los predios de la revolución existen diferentes
métodos y medios para causarle algún tipo de agresión que parezca un accidente.
Dios interceda por la vida del Magistrado y sus familiares, porque los que
hemos probado del sabor amargo de la amenaza, la agresión, el atropello;
sabemos del pensamiento y la semblanza de los familiares de los presos,
perseguidos, secuestrados y muertos, por causa del desgobierno, podemos dar fe,
con conocimiento de causa, como actúa el G-2 Cubano, la Guerrilla Colombiana,
los Círculos Bolivarianos, los cuerpos de seguridad del Estado, la FAN y hasta
la mafia Rusa, para preservar el bandidaje revolucionario.
Señor Magistrado. Da lástima y
pena ajena ver a tres señores integrantes de un supuesto poder moral actuar en
descargo de su persona. Aunque ellos no lo quieran reconocer, sus atributos son
mayores en defensa del proceso revolucionario. Quizás como Ud. afirma, que en
compañía de tres o cuatro diputados defendía lo que era justo para Ud. el día
11 de Abril del 2002, ya esos mismos moralistas, que han mancillado la credibilidad
del pueblo, estaban escondidos en cualquier guarida o camino a una Embajada de
un país de otro continente, por miedo. Sin duda Ud. está convencido de haber
sido un baluarte en la defensa de las políticas y la implantación del proceso
revolucionarios en el país, pero ante ellos hoy solo significa un elemento de
sanción ejemplarizante. El proceso electoral que se avecina necesita una
muestra contundente de sanción moral, política y publica para oxigenar al
régimen y Ud. encarna perfectamente en ese perfil. Mas aún, si le comprobasen
alguna responsabilidad penal. Lo llevarán a la cárcel.
Llego la hora de su defensa
integral a través de cualquier tribunal, fiscalía, medio, radioeléctrico,
televisivo o escrito. Inicie sus consecuentes denuncias internacionales para
proteger no tanto su imagen o su honor, sino su vida y la de su distinguida
familia. Ud. sabe con quién se enfrenta. Al final el líder del proceso lo
dejará que lo destruyan, que le enloden la imagen. Convénzase que hasta los más
imberbes Diputados de la Asamblea Nacional levantarán su mano derecha para
sancionarlo y reducirlo. Posteriormente Ud. será difamado, vilipendiado y
humillado en el programa revolucionario que trasmite diariamente, el canal de
todos los venezolanos, próximo a la medianoche.
Por experiencia propia, puedo
referirle, que a partir de Agosto de 1999, cuando comandaba la Base Aérea de
Barcelona, Estado Anzoátegui. Pese a conocer a Hugo Chávez, desde que era
Cadete de 2do Año en 1972, bastó y sobró que involuntariamente, vulnerara los
intereses particulares de hombres identificados con el “proceso” como el G/B
(GN) Julio Rafael Lara Guzmán, Jefe de la Guarnición, el Coronel (GN) Alex
Faria, Jefe de Estado Mayor del Regional N° 7 y el Ministro de Relaciones
Interiores, Cnel. (Ej.) Luis Alfonso Dávila García, por no permitir intromisión
política en mi Comando y porque mandé a sacar de la Base Aérea la camioneta
4×4, que trasladaba a Chávez en gira política. Sin estar incurso o denunciar
ningún problema de corrupción. Por defender la institucionalidad, caí en
desgracia; desdibujaron mi imagen, ante la opinión pública, ante la FAN y el 16
de Enero de 2000, me atropelló un carro en extrañas circunstancias y la Fuerza
Aérea Venezolana me dio la espalda y fui excluido de los ascensos en Julio
2000. Además, Hugo Chávez me había concedido una audiencia el 27 de Junio de
2000 y por manipulaciones de su entorno me atendió el 8 de Diciembre de 2000,
ya tenía seis meses de baja. El presidente, me puso la mano en el hombro
derecho y me dijo: “Sammy tienes que irte, por haber adoptado una actitud
pública.” ¡Aparentó no saber que estaba fuera de la FAN! A Ud. le está pasando
lo mismo, él está fingiendo, no haciéndose participe de sus graves denuncias.
Con mi pase al retiro, por propia solicitud, formalicé “una protesta.” Con alta
dignidad, sigo actuando en contra los desmanes de Hugo Chávez en la FAN y el
bandidaje revolucionario, a los cuales combato día a día. Hoy Ud. Magistrado
Velásquez, por su actitud en señalar, ese mismo bandidaje, pasa a la historia
por afrontar su verdad, su responsabilidad y su denuncia dentro del seno
político de las fuerzas del nefasto gobierno, en contra de los intereses de la
Patria. ¡Manténgala y Resista!
No se preocupe por saber por quién
doblan las campanas hoy, Sr. Magistrado. Es por Ud. La suspensión de su cargo
hace presumir su inminente destitución. Respetuosamente, Ud. está muerto
políticamente, por voluntad de algunos partidarios del proceso que lo
identifican como antes me catalogaron: “Inconveniente para el proceso
revolucionario.”
Insisto finalmente, Sr.
Magistrado, preocúpese por salir ileso físicamente, en compañía de sus seres
queridos y por favor no invoque más la intervención del usurpador de la
Presidencia de la República Hugo Chávez Frías, para que tenga conocimiento de
su caso. No es necesario. Mediante la actuación del poder moral y su próxima
asistencia a la Asamblea Nacional, ya lo dio por concluido. Él se lavó las
manos.
Cita: “Por mi parte, he cumplido todo lo que he podido y si no quisieren continuar, bien, me lavaré las manos como Pilatos”.
Simón Bolívar.
Sammy Jesús Landaeta Millán.
Coronel Aviación.
CIV-3.441.697
Email: sammylan@yahoo.es
Twitter: @ProtestaMilitar
Caracas, 26 de Mayo de 2006