Simón Bolívar
Caracas, 31 de julio de 2006
Se afirma que los sueños constituyen una representación en la fantasía, de sucesos ó cosas, mientras dormimos. A veces se interpretan como una especie de anuncio, presagio, pronóstico, señal, vaticinio, presentimiento, augurio, agüero, profecía o auspicio de la realidad. Tal vez ellos, están dirigidos a buscar la salida de algo o alguien, que nos incomoda, nos acosa o nos oprime. Es un acontecimiento que por su existencia efectiva, lo apreciamos como un signo de “verdad” en nuestro quehacer diario.
Los venezolanos y Extranjeros que participan del pretendido proceso revolucionario por implantar el Comunismo en la Nación, advierten que la posible transformación de la Patria de Simón Bolívar, en una República Socialista, les permitirá vivir la realización de sus sueños de lucha. En cada paso que da el bochinche revolucionario, los partidarios del Usurpador de la Presidencia de la República, Hugo Chávez Frías, consolidan la razón de sus anhelos. Se sienten honrados, halagados y hasta tocados por la providencia divina.
Si en su descanso, se les muestra, la figura del “iluminado,” rebosan de alegría; experimentan en sí, los cambios del Bolivarianismo desenfrenado y acentúan sus creencias, en la mezcolanza de nacionalismo, izquierdismo, militarismo e indigenismo que pregonan. Se transforman en fanáticos y no quieren ingerir alimentos, porque se sienten llamados por el Ser Supremo. Si a otros, por el contrario, en su regazo, se les muestra la imagen representativa de quien los atormenta a diario, por obra, acción u opinión, les embarga la tristeza, les advierte la existencia de una premonición, que preocupa, aterra, y abriga temor, por sus nefastos resultados.
Para la colectividad en general, la aparente lucha por la pobreza, el hambre, la miseria y la exclusión social que en otras latitudes, adelanta el personaje revolucionario, Hugo Chávez, deja atrás dos cosas. Primero, las necesidades que vive su pueblo y segundo, las esperanzas que cifraron en él, algunos que en el presente ven desvanecerse las esperanzas de transformación y desarrollo, por los beneficios que se dan a nacionales de otros Estados.
Los necesitados, abogan ante Dios porque a la mente de su Líder retorne la época de su infancia, cuando vendía dulces denominados “arañas.” Hoy prodigiosamente, el “arañero,” eso se le olvidó, la causa principal de su amnesia, lo constituye el manejo indiscriminado e ilegal del dinero del Tesoro Publico Nacional, transformándose en un prestigioso modelo de trajes, perfumes, relojes, bolígrafos, calzados y atuendos a los estilos, de prestigiosas casas del mundo, en la búsqueda acelerada por consolidar su Reino particular.
Los pobres le importan muy poco, los hambrientos menos, los desamparados y los niños de la calle van al cesto de desperdicios. A él le interesa solo su imagen, su prestigio, su proyección su ascenso final al trono. Mucho pensamos que quizás en el plano internacional, pueda lograrlo, a fuerza de dinero, mientras tenga a disposición recursos. Pero en el nacional lo dudamos. Allí esté la base de nuestros sueños por la regeneración del país.
Aunque a diario, Hugo Chávez, nos muestre su poderío y la subordinación de la Fuerza Armada, a sus designios, pensamos que los movimientos de masas, telúricos y climatológicos, de comienzos de siglo, están a punto de alcanzar su estabilización y saldremos de la satrapía. Pero hay un detalle; faltan los muertos para consolidar el destierro de las pretensiones de esa revolución nefasta. Quizás Dios interceda y aplique con equidad, un sismo que estandarice las víctimas ó por el contrario, estalle la Guerra Civil.
Dentro de nuestros sueños y los de muchas personas que transmiten sus testimonios, se ven tanques, tropas, aviones, helicópteros, grupos anárquicos, muertes, militares venezolanos dirigiendo y muchas personalidades actuando en una batalla campal para de nuevo libertar la patria, del Imperio del Comunismo. En la representación que experimentamos al dormir, hay cosas que llaman la atención; muchos integrantes de la FAN, se ven reivindicados y regenerados con el destino del País, por demás incierto.
Tropas extranjeras asisten, no por efectos de invasión, concurren a mitigar la situación donde muchos voluntarios contribuyen. No alcanzamos a definir, si es por efectos de una Guerra o un Desastre Natural, pero algo positivo sucede; la voz estridente del locutor dominical, no se impone en el espectro electromagnético. Las imágenes repulsivas de los aplauden efusivamente las locuras del bufón, tampoco se ven. Las intervenciones del amo, Fidel Castro y sus vasallos Hugo Chávez y Evo Morales se han desvanecido de la pantalla. Para los impulsores del Comunismo sucede algo inesperado. Les parece increíble que su proyecto se desmorone. Para ellos no hay 2021, ni mucho menos 2031, para nosotros Sí.
Ante la posibilidad y la probabilidad de ocurrencia de estos sucesos, los adversarios se preparan. Los políticos de oposición y miembros de la resistencia concretan puntos de encuentros para combatir y no para competir con Hugo Chávez. El pueblo venezolano, no tiene dudas, ve la posibilidad definitiva de sacar al usurpador, en beneficio del país. Hoy muchos venezolanos, refieren la similitud de eventos y las señales de sus representaciones, son idénticas. Están soñando igual.
Al materializarse lo inevitable, los estamentos políticos, sociales y económicos del país se asentarán y vendrá una época de reconstrucción, de justicia, de reflexión y hasta de “suicidios” de aquellos que hoy amenazan, amedrentan y atropellan sobre la base militar protectora de fusiles, helicópteros, barcos, aviones y tanques, porque no tendrá el valor para afrontar la justicia terrenal.
A todos los Traidores a la Patria les garantizamos, que como empeño más grande de nuestros Sueños de Regeneración. En la Venezuela post Chávez, tendremos innumerables condenados por sus actos, comparables en número, con los granos que componen un kilogramo de arroz.
Cita: “Seguramente, la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”
Simón Bolívar.
Cnel. (Av.) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 07 de Julio de 2006.