ADIOS MUCHACHOS.
No es preciso buscar coincidencias entre las personalidades de Fidel Castro, Saddam Hussein y Hugo Chávez. Ni mucho menos establecer paralelismo entre la vida y la muerte. El fin es indicar que nos somos infalibles a los designios del Supremo y al final después de una vida suntuosa, pobre, feliz o triste, de hambre, de poder, de manjares y placeres, somos llamados por el creador e irremediablemente conducidos al sepulcro.
Recientemente, el mundo observó que por el deterioro de la salud de Fidel Castro se titulaba en un diario norteamericano: “Tensa calma en La Habana y fiesta en Miami.” Que cosa tan triste, que se celebre la muerte de una persona. Pero no era para menos. Innumerables creyentes, que así tengan la fe y el temor ante Dios, durante casi diez lustros o cinco décadas, han esperado pacientemente la manifestación de la justicia terrenal o divina para Fidel Castro Ruz, por sus atrocidades y asesinatos en el ámbito mundial. Las opiniones generan mucha controversia y los calificativos del personaje se debaten entre: dictador, revolucionario, político, asesino y humano. Con relación a este último, vimos a través de la televisión internacional que su hermana Juanita Castro recordaba que al final él es un ser humano. ¿Cómo se puede calificar la conducta de ese individuo que ordenaba extraer la sangre a los que llevaban al paredón, para no desperdiciarla, porque servia para la revolución? ¡No hay respuestas, Juanita¡
El día domingo 05-11-06 el mundo se conmocionó nuevamente al conocerse la noticia de la posible ejecución de Saddam Husseín. Muchos se regocijaban y otros lo repudiaban. Este individuo junto a su primo, fue sentenciado por un tribunal internacional, a morir en la horca, la corte consiguió suficientes pruebas para condenarlo por crímenes de lessa humanidad. Aceptamos que ningún humano es el dueño de la vida de otro, pero los convencionalismos sociales nos llevan a tratar de corregir las desviaciones de conducta en contra de sus semejantes, mediante una virtud universal que denominamos “justicia.” El asesinato de más de dos centenares de Kurdos y Chiítas que se le imputan, prevalecen en la mente de tantas personas en el mundo que exigen una castigo ejemplar y en este caso el tribunal en cuestión emitió el fallo, recurriendo a la ejecución física, mediante la horca.
Haciendo contraste con la situación actual que se vive en Venezuela nos preguntamos: ¿Qué sentirá Hugo Chávez al ver a Fidel y a Saddam en la antesala de la muerte? Quizás en el plano electoral encontramos algunas respuestas: Hugo Chávez se empeña en demostrar una gestión transparente, de “amor” que satisface a cabalidad las necesidades del pueblo obviando los atropellos y el irrespeto a lo Derechos Humanos. Se percata que en su tierra natal, no es lo mismo el trato de “camarada,” que el de “ciudadano.” Pero ya es tarde. El otrora candidato presidencial “humanista” de 1998 abandonó el camino y echo mano de los procesos excluyentes de sus seguidores, que degeneró en una extraña forma de apartheid venezolano. Los mejores estilos del fundamentalismo revolucionario se encuentran presentes en individuos tales como el inefable ministro de energía y petróleo, Rafael Ramírez, él enfatiza: “Nadie nos puede criticar” “Nadie nos puede sancionar” “Nadie puede frenar o congelar el apoyo que desde una Empresa del Estado, que es bolivariana roja, rojita y esta restada con Hugo Chávez”; mientras amenaza a los opositores con “liquidarlos contundentemente,” aduciendo que anteriormente no tuvieron reparos en despedir 19.500 “enemigos del país.” ¡Menos mal, no los mataron!
Hasta hoy, no sabemos si las elecciones se realizarán. Eso lo comprobaremos cuando se instalen las mesas y se ejecute el ejercicio del sufragio cívicamente. Mientras tanto, los opresores recurren a otra estrategia. Los operadores políticos de Hugo Chávez insisten en que el candidato de la unidad nacional Manuel Rosales se comprometa a “aceptar el resultado electoral” ¿Cual es el apuro? Lo que verdaderamente pasa es que no pueden justificar electoralmente que la situación actual permita que un pueblo mancillado, atropellado, humillado y sufrido pueda incurrir otra vez en el error de sufragar por Hugo Chávez Frías. A ellos, no le satisface que solamente lo hagan los acólitos del voto duro, los beneficiarios del chanchullo, la corrupción, el chantaje y la dilapidación de los dineros del Estado, pero no lo utilizados como instrumento del proceso revolucionario, para satisfacer sus oscuros propósitos, para la consolidación del socialismo del siglo XXI e implantar el comunismo en Venezuela. ¡Saben que el resultado electoral no les favorece!
Para ello hay una solución, el FRAUDE. Este está diseñado, preparado y montado, pero faltan dos fases por cumplir para materializarlo. La “autorización” de su implementación y la “ejecución” de la maniobra. Se hace preciso recalcar, que mientras al régimen no se le otorguen garantías para proporcionales un futuro argumento, “el cual aceptó, ” el fraude electoral no será autorizado ni mucho menos procesado. Hugo Chávez, esta nervioso, comete disparates y prepara sus maletas. En su arrogancia revolucionaria y en la forma de conducir su proceso opresor, nunca se preparó para que en su intento por demostrar una “actitud democrática,” concurriendo a las elecciones presidenciales, se consiguiera con el contraste y el eco de un pueblo que mayoritariamente respalda la opción de la candidatura de un humilde aguerrido y excelente luchador, que tiene las bolas bien puestas, para enfrentarse con un Usurpador. ¡El gran valor de Manuel Rosales sorprendió al ilegítimo!
En síntesis, Fidel Castro agoniza lentamente. Saddam Husseín es condenado a morir en la horca y Hugo Chávez Frías se ve amenazado contundentemente por la avalancha electoral opositora, que predice su derrota y su inminente muerte política. El desespero por el revés democrático electoral, no le permiten percatarse que en el ambiente internacional saturado por él por el hedor a AZUFRE, se percibe otro olor característico que impregna a los asesinos, comunistas y violadores de DD.HH, donde casualmente él despide ese olor. Los tres huelen a FORMOL.
Al final en la inquieta espera por la llegada del día indicado, a Hugo Rafael Chávez Frías solamente le queda entonar la melodía del famoso tango “adiós muchachos,” porque indudablemente, le toca emprender su retirada y más temprano que tarde tendrá que enfrentarse a los tribunales de justicia, nacional ó internacional.
Cita: ¿Qué es esto? ¿Estaré tan malo para que se hable de testamento y de confesarme?...¡Cómo saldré yo de este laberinto!
Simón Bolívar
Coronel (AV) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 14 de Noviembre de 2006