La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) terminó este viernes el proceso de absorción de un total de 8.500 trabajadores de un conjunto de empresas expropiadas en mayo en virtud de una ley que otorgó al Estado el control de las actividades vinculadas al sector petrolero.
"Hemos terminado un proceso inédito. Prometimos a los trabajadores que a todos los que tuviésemos que incorporar, lo íbamos a hacer", celebró el ministro de Energía Rafael Ramírez, quien además es presidente de PDVSA.
Un total de 76 empresas de servicios petroleros, principalmente de transporte e inyección de agua y gas, fueron expropiadas por el gobierno en mayo.
Con el ingreso de estos 8.500 trabajadores, "la nueva PDVSA tiene un número cercano a los 90.000 obreros en su nómina", agregó el responsable.
Según Ramírez, muchas de estas empresas le "deben una cantidad importante" a sus trabajadores, cantidad que será descontada del pago que PDVSA estimaba realizar por la adquisición de estas firmas después de realizar una auditoría.
La petrolera venezolana obtuvo en 2008 ganancias netas de 9.413 millones de dólares, cifra un 50,06% mayor que la registrada en 2007, debido sobre todo a los altos precios del crudo, según el informe anual de la empresa.
El gobierno venezolano lleva a cabo una política de nacionalizaciones de industrias estratégicas, que se inició en 2007 con los sectores petrolero, de telecomunicaciones y eléctrico, y en los últimos meses se extendió a las empresas siderúrgicas, cementeras, bancarias y de alimentos.