Sarkozy, Obama y Brown dieron a conocer los nuevos datos sobre Irán en una rueda de prensa en Pittsburgh antes de la cumbre del G-20.Autor de la imagen: M. REYNOLDS /EFE
La instalación está camuflada en una montaña y su diseño no obedece a fines civiles, sino militares
Teherán se vio obligada a reconocer su existencia tras las presiones de París, Londres y Washington
Autor: Tatiana López | Enviada especial/Fecha de publicación: 25/9/2009.
Los jefes de Gobierno de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido revelaron ayer que Irán posee una planta nuclear secreta, tras lo cual exigieron al régimen de los ayatolás una inspección inmediata.
«La comunidad internacional ha ofrecido un camino para la paz a Irán. Ahora le corresponde al Gobierno iraní demostrar que es capaz de cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU», sentenció Obama. El presidente estadounidense no pronunció la palabra sanciones, pero los dirigentes francés y británico no dudaron en evocar la amenaza. «Si para diciembre no hay un cambio profundo por parte de los líderes iraníes, habrá que adoptar sanciones», afirmó Sarkozy. «No hay que dejar que Irán se pase de la raya», añadió Brown.
Según un documento filtrado a The New York Times, los servicios de inteligencia de EE. UU. llevan años investigando posibles plantas secretas iraníes. Obama decidió sacar a la luz los resultados esta semana, después de que Irán descubriese una brecha de información en su sistema.
El lunes, el régimen de Teherán se vio obligado a enviar una carta al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) reconociendo la existencia de la planta. Antes, París, Londres y Washington habían informado de los datos recogidos por sus servicios secretos sobre la instalación a la OIEA para hacer confesar al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
Las tres capitales también informaron de su hallazgo a los dirigentes de Alemania, Rusia y China. El giro que dio Rusia -admitiendo la posibilidad de ampliar las sanciones a Teherán- parece desprenderse de estos acontecimientos. Ayer, el Gobierno chino exigió a Irán que «coopere plenamente».
La instalación de Quom
La nueva planta nuclear estaría camuflada en una montaña cerca de la ciudad sagrada de Quom, a unos 160 kilómetros de Teherán, y su construcción comenzó hace más de cuatro años. Posee una estructura similar a la de Natanz, la única conocida hasta ahora y bajo supervisión de la OIEA. Según un alto cargo que habló bajo la condición del anonimato, la planta cuenta con unas 3.000 centrifugadoras, una cantidad insuficiente para el uso civil de uranio, pero sí suficiente para fabricar una o dos bombas atómicas al año. Le faltan unos cuantos meses para poder estar operativa.
El descubrimiento deja a Teherán en una situación delicada, al quedar patente que la planta no posee ni el tamaño ni la estructura necesaria para producir energía para uso civil y que se diseñó para mantenerse en secreto.
Obama, que siempre ha ofrecido un diálogo abierto a Irán, aseguró ayer que la puerta sigue abierta, pero para ello «debe entender que no puede operar al margen del mundo».
La noticia pilló al presidente Ahmadineyad en Nueva York. Ayer decidió suspender a última hora una rueda de prensa que tenía prevista. Sus únicas declaraciones fueron a la la revista Time , en la que niega que su país haya ocultado aspectos de su programa nuclear.
Según un documento filtrado a The New York Times, los servicios de inteligencia de EE. UU. llevan años investigando posibles plantas secretas iraníes. Obama decidió sacar a la luz los resultados esta semana, después de que Irán descubriese una brecha de información en su sistema.
El lunes, el régimen de Teherán se vio obligado a enviar una carta al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) reconociendo la existencia de la planta. Antes, París, Londres y Washington habían informado de los datos recogidos por sus servicios secretos sobre la instalación a la OIEA para hacer confesar al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
Las tres capitales también informaron de su hallazgo a los dirigentes de Alemania, Rusia y China. El giro que dio Rusia -admitiendo la posibilidad de ampliar las sanciones a Teherán- parece desprenderse de estos acontecimientos. Ayer, el Gobierno chino exigió a Irán que «coopere plenamente».
La instalación de Quom
La nueva planta nuclear estaría camuflada en una montaña cerca de la ciudad sagrada de Quom, a unos 160 kilómetros de Teherán, y su construcción comenzó hace más de cuatro años. Posee una estructura similar a la de Natanz, la única conocida hasta ahora y bajo supervisión de la OIEA. Según un alto cargo que habló bajo la condición del anonimato, la planta cuenta con unas 3.000 centrifugadoras, una cantidad insuficiente para el uso civil de uranio, pero sí suficiente para fabricar una o dos bombas atómicas al año. Le faltan unos cuantos meses para poder estar operativa.
El descubrimiento deja a Teherán en una situación delicada, al quedar patente que la planta no posee ni el tamaño ni la estructura necesaria para producir energía para uso civil y que se diseñó para mantenerse en secreto.
Obama, que siempre ha ofrecido un diálogo abierto a Irán, aseguró ayer que la puerta sigue abierta, pero para ello «debe entender que no puede operar al margen del mundo».
La noticia pilló al presidente Ahmadineyad en Nueva York. Ayer decidió suspender a última hora una rueda de prensa que tenía prevista. Sus únicas declaraciones fueron a la la revista Time , en la que niega que su país haya ocultado aspectos de su programa nuclear.