Foto: Radio Angulo
El ministro de Exteriores cubano afirma que Obama ha adoptado algunas medidas positivas, como la eliminación de las restricciones de viajes de los cubanoamericanos y el envío de dinero a sus familiares, pero tal flexibilización es "claramente insuficiente"
MAURICIO VICENT La Habana 16/09/2009
El Gobierno de Raúl Castro no ve cambios significativos en la aplicación de la política estadounidense de embargo económico contra su país desde que el presidente Barack Obama llegó a la Casa Blanca. Según el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, Obama ha adoptado algunas medidas positivas, como la eliminación de las restricciones para que los cubanoamericanos viajen a la isla y envíen dinero a sus familiares, pero tal flexibilización, opinó, es "claramente insuficiente". "Obama fue un presidente electo sobre la base del cambio", pero "no ha habido cambio en el bloqueo a Cuba" , dijo Rodríguez.
El ministro cubano fue extremadamente cuidadoso al hablar del presidente de EE UU y evitó juzgar su reciente decisión de prorrogar un año más la ley que sostiene el embargo a la isla. Según Rodríguez, Obama es un "político moderno" y un hombre "inteligente y bienintencionado", que ha hecho gala de una "retórica menos agresiva" hacia Cuba. Aseguró, sin embargo, que el presidente de Estados Unidos ha tenido "la oportunidad histórica de usar sus facultades ejecutivas o de liderar la eliminación del bloqueo a Cuba", y de momento no lo ha hecho.
Rodríguez dio a conocer el miércoles en La Habana el proyecto de resolución que su país presentará el mes próximo en la Asamblea General de la ONU y que pide el fin del embargo -el año pasado una resolución similar fue aprobada con el apoyo de 185 y solo tres votos en contra-. El canciller cubano calificó el embargo norteamericano de "genocidio" y "violación masiva de los derechos humanos" y consideró que su aplicación, que dura ya casi medio siglo, ha costado a la isla 236.000 millones de dólares.
"Es el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de Cuba", afirmó, tras señalar que Estados Unidos debe levantar el embargo de forma unilateral, y no esperar de Cuba ningún gesto o medida.
Desde que llegó a la presidencia, Obama ha rebajado la presión sobre Cuba y ha dado marcha atrás a la política aplicada por su predecesor, George W. Bush, en lo relativo a las restricciones a los viajes de los cubanoamericanos y las remesas que pueden enviar. También ha dado luz verde para que empresas norteamericanas negocien acuerdos sobre telecomunicaciones con las autoridades de la isla y acaba de dar un nuevo paso hacia el relajamiento del embargo al autorizar el envío de una amplia gama de productos electrónicos que incluyen módems, software, ordenadores personales, impresoras y memorias, entre otros artículos.
Pese a ello, como se esperaba, Obama prorrogó el lunes por un año más la denominada Ley de Comercio con el Enemigo, vigentes desde 1917, que prohíbe cualquier intercambio con los países considerados una amenaza y que actualmente sólo afecta a Cuba. Esta ley dio origen en 1963 al embargo contra la isla. Corea del Norte estaba también afectada por esta ley hasta junio de 2008, cuando el presidente George W. Bush borró a dicho país de la lista, después de que el régimen de Pyongyang se comprometiera a diversos pasos para desmantelar su programa nuclear.
Todos los presidentes estadounidenses han cumplido el trámite de la prórroga anual del embargo, pero es con Obama que la firma se convierte en noticia. Mientras en la calle los cubanos criticaban mayoritariamente la medida, en la disidencia había posiciones diferentes.
Para el opositor socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa, Obama ha cometido un "error". A su juicio, debiera ser "valiente en su política exterior y promover un cambio total en las relaciones con Cuba, eliminando el embargo y abriendo todas las puertas y compuertas que favorezcan el intercambio entre ambos países". Otros disidentes, como Elizardo Sánchez, Marta Beatriz Roque o Vladimiro Roca, opinaron que "hay que quitarle argumentos al régimen", entre ellos el del embargo, pero dijeron que "el verdadero problema de Cuba es el embargo que tiene el Gobierno sobre los derechos civiles, políticos y económicos de los ciudadanos".
Rodríguez dio a conocer el miércoles en La Habana el proyecto de resolución que su país presentará el mes próximo en la Asamblea General de la ONU y que pide el fin del embargo -el año pasado una resolución similar fue aprobada con el apoyo de 185 y solo tres votos en contra-. El canciller cubano calificó el embargo norteamericano de "genocidio" y "violación masiva de los derechos humanos" y consideró que su aplicación, que dura ya casi medio siglo, ha costado a la isla 236.000 millones de dólares.
"Es el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de Cuba", afirmó, tras señalar que Estados Unidos debe levantar el embargo de forma unilateral, y no esperar de Cuba ningún gesto o medida.
Desde que llegó a la presidencia, Obama ha rebajado la presión sobre Cuba y ha dado marcha atrás a la política aplicada por su predecesor, George W. Bush, en lo relativo a las restricciones a los viajes de los cubanoamericanos y las remesas que pueden enviar. También ha dado luz verde para que empresas norteamericanas negocien acuerdos sobre telecomunicaciones con las autoridades de la isla y acaba de dar un nuevo paso hacia el relajamiento del embargo al autorizar el envío de una amplia gama de productos electrónicos que incluyen módems, software, ordenadores personales, impresoras y memorias, entre otros artículos.
Pese a ello, como se esperaba, Obama prorrogó el lunes por un año más la denominada Ley de Comercio con el Enemigo, vigentes desde 1917, que prohíbe cualquier intercambio con los países considerados una amenaza y que actualmente sólo afecta a Cuba. Esta ley dio origen en 1963 al embargo contra la isla. Corea del Norte estaba también afectada por esta ley hasta junio de 2008, cuando el presidente George W. Bush borró a dicho país de la lista, después de que el régimen de Pyongyang se comprometiera a diversos pasos para desmantelar su programa nuclear.
Todos los presidentes estadounidenses han cumplido el trámite de la prórroga anual del embargo, pero es con Obama que la firma se convierte en noticia. Mientras en la calle los cubanos criticaban mayoritariamente la medida, en la disidencia había posiciones diferentes.
Para el opositor socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa, Obama ha cometido un "error". A su juicio, debiera ser "valiente en su política exterior y promover un cambio total en las relaciones con Cuba, eliminando el embargo y abriendo todas las puertas y compuertas que favorezcan el intercambio entre ambos países". Otros disidentes, como Elizardo Sánchez, Marta Beatriz Roque o Vladimiro Roca, opinaron que "hay que quitarle argumentos al régimen", entre ellos el del embargo, pero dijeron que "el verdadero problema de Cuba es el embargo que tiene el Gobierno sobre los derechos civiles, políticos y económicos de los ciudadanos".