JESUS MALDICE LA HIGUERA
Vinicio Guerrero Méndez
“Nunca jamás coma nadie frutos de ti” (Marcos 11:14)
A la mañana siguiente, mientras Jesús regresaba a Jerusalén, sintió hambre. Se acercó a una higuera que estaba cerca del camino, pero no encontrando en ella sino solo hojas, le dijo: ¡Nunca más vuelvas a dar fruto! La higuera se secó. (Mateo 21:18-19)
Para poder entender porque un día cristo maldijo a la higuera, necesitamos conocer la costumbre del crecimiento de las hojas y el fruto de la higuera. El hábito normal de las higueras es que la fruta principia a formarse en el árbol pronto como aparecen las hojas. También las hojas y el fruto desaparecen al mismo tiempo. Pero se dijo de esta higuera que sus discípulos vieron en el monte de los olivos, “porque no era tiempo de higos” (Marc. 11:13). En realidad esto no era justificación para la higuera, porque no era el tiempo para que aparecieran higos.
Jesús andaba en busca de frutos de justicia pero se encuentra con una sociedad que teniendo hojas en abundancia, no produce frutos. Solo cuenta con gobernantes incapaces que muy poco les importa hacer justicia y cumplir la Ley. Se burlan como les viene en gana. Una sociedad así no es más que reflejo de un pueblo defraudado y condenado a la esterilidad.
En suma la maldición no es más que una lección objetiva y anuncio de un final seguro e inmediato a los fariseos por su descarada hipocresía.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ
vinguerrero@hotmail.com
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