La doctora Rocío San Miguel , nuestra valiente
colaboradora, formalizó ante la Fiscalía la denuncia sobre la militancia
de varios altos oficiales de la FAN en el PSUV. Ella había hecho del
conocimiento público tan ilegal e inconstitucional conducta, presentando
los nombres y grados de tres de esos oficiales.
Los medios de comunicación
se hicieron eco de la noticia. No obstante, el señor José Vicente
Rangel, embustero contumaz, sostuvo en su programa dominical que se
trataba de una calumnia, y retomando el argumento de Carlos Escarrá,
declaró que tal cosa era imposible “porque la Constitución lo prohíbe”.
De seguidas, con cara de
piedra, dijo, con la mayor tranquilidad, que no se habían presentado
pruebas de tal irregularidad.
Pero, precisamente, pruebas
es lo que había dado Rocío San Miguel. Pruebas irrefutables y
archipúblicas, nada menos que en un programa de televisión. Introdujo en la página
web del Consejo Nacional Electoral, sección del Registro Electoral para
las elecciones primarias del PSUV, los números de cédula de identidad de
los generales de división Luis Alfonso Bohórquez Soto y Francisco José
Ortega Castillo, comandantes del CORE 4 y el CORE 7 respectivamente, y
del contralmirante Gilberto Pinto Blanco, de la Milicia Nacional
Bolivariana. Y, ¡oh sorpresa!, estos caballeros aparecieron inscritos en
el partido de gobierno, contrariamente a la estúpida conseja de que
“eso no podía ser porque la Constitución lo prohíbe”.
Sí, la Constitución prohíbe
muchas cosas, pero, ¿de cuándo acá eso ha sido un obstáculo para
Chacumbele? Adicionalmente, la doctora San Miguel dijo haber encontrado
evidencias de la inscripción en el PSUV de unos 30 militares
activos, de todo tipo de grados y jerarquías. Por si fuera necesaria una
prueba más, el CNE retiró de su página web el listado de inscritos en
el PSUV, de manera que nadie más pudiera verificar la denuncia.
Desaparecido el cuerpo del delito, Rangel puede continuar mintiendo a
placer sobre la supuesta “falta de pruebas”.
Por supuesto que ya no las hay, porque los
violadores de la Constitución y sus cómplices las borraron. ¿Tiene el
CNE una explicación plausible para esta conducta tan obvia y crudamente
cómplice de una actuación inconstitucional por parte de militares
activos? ¿Abrirá la Fiscalía la averiguación solicitada por la doctora
San Miguel? ¿Saldrán algún día esos dos generales y el contralmirante a
dar la cara ante el país? ¿El minpopoDefensa no se siente
obligado a dar una explicación ante tamaña irregularidad? La
desnaturalización del rol fáctico y constitucional de la FAN marcha a
paso redoblado. A la FAN se la pretende amoldar al modelo
castrense soviético y, por ende, cubano, de la institución militar como
fuerza armada de partido, con sus oficiales mandatoriamente obligados a
formar parte del partido de gobierno.
Sin embargo,
involuntariamente, tanto Escarrá como Rangel, empeñados en negar los
hechos, han reafirmado que a los militares les está prohibida por la
Constitución la militancia partidista. Es necesario, pues, hacer
valer la norma constitucional.
Militares Militantes
Teodoro Petkoff
TalCual
Teodoro Petkoff
TalCual
Fuente: Noticias Candela