Colas en el mercado de la Productora y Distribuidora Venezolana de
Alimentos, en la ciudad de Valencia.- M. P.
Más de 100.000 toneladas de alimentos importados por una empresa
estatal para los mercados socialistas se descomponen en los muelles de
un puerto
MAYE PRIMERA - Puerto Cabello - 22/06/2010
"Hedía como 100 perros muertos", dice Dayana Reyes, segura de que no ha
exagerado lo suficiente. El olor que llegaba a su casa desde Puerto
Cabello, era el de miles de toneladas de carne podrida. Este año, en el
Estado de Carabobo, donde se halla el segundo puerto más grande de
Venezuela, han sido localizadas 103.802 toneladas de alimentos
putrefactos que el Gobierno de Hugo Chávez ha importado y abandonado
dentro de contenedores en muelles y almacenes. Son millones de kilos de
comida que debían ser vendidos a bajo precio en la red de mercados
socialistas del Estado.
Los vecinos de la parroquia de La Fraternidad, que tienen por
horizonte montañas de contenedores que sobresalen tras los muros del
puerto, fueron los primeros en olerse que había algo podrido en las
importaciones oficiales. En abril de 2009, les informaron de que el
aroma provenía de 50 contenedores con alimentos de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos
(Pdval), filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Pero
la noticia no se convirtió en escándalo nacional hasta hace pocas
semanas, cuando comenzaron a aparecer cientos de lotes de contenedores
cargados de comida descompuesta. Y el pasado día 15 el Gobierno de la
República Dominicana devolvió a Venezuela un barco cargado con 60
contenedores con latas de atún, leche y pasta caducadas, que habían sido
enviados por el Gobierno de Chávez como ayuda humanitaria para Haití.
El asunto es
grave, ha dicho el presidente-comandante, pero no demasiado
representativo. "Estas toneladas son bastantes. No quiero minimizar en
nada su gravedad, pero no representan ni el 1% del inmenso caudal de
alimentos que ahora sí les llega a ustedes [al pueblo] gracias a Mercal y
gracias a Pdval", dijo Chávez el pasado día 3, cuando salió en defensa
del presidente de Pdvsa y ministro de Energía, Rafael Ramírez. Para
Chávez, "la oligarquía" ha inflado el caso para desprestigiar la "lucha
por la soberanía alimentaria del pueblo".
Desde hace siete años,
Chávez intenta hacerse cargo de la producción, distribución y
comercialización de alimentos para resguardarse del "sabotaje" del sector privado. En
2003, comenzó por crear la empresa Mercados de Alimentos (Mercal), que
instaló puestos de venta callejeros de comida a bajo coste por todo el
país. En enero de 2008, Chávez ordenó a la gerencia de Pdvsa que
garantizara la "soberanía alimentaria" del país y creó Pdval, para que
se encargara de todo el proceso, desde las compras en el extranjero
hasta la venta en los mercados socialistas. Más del 70% de los alimentos
que se consumen en Venezuela son importados y el Gobierno hace buena
parte de estas compras en Estados Unidos, Brasil, Argentina, Uruguay y
Ecuador. El régimen reconoce tímidamente ahora que debió encargar la
misión al Ministerio de Alimentación y no a una empresa petrolera.
Parte
de la responsabilidad le corresponde también a la gestión de los
puertos, que fueron nacionalizados en 2009 y puestos bajo control de la
Empresa Bolivariana de Puertos, con 51% de capital venezolano y 49%,
cubano. Trabajadores de los muelles, que han pedido no ser identificados
por temor a ser despedidos, afirman que Puerto Cabello solo funciona a
media máquina desde que fue nacionalizado. "Por pura burocracia, la
mercancía tarda entre uno y tres meses en salir del puerto", dice uno de
ellos. En el retraso hay además un gran negocio: el alquiler de cada
contenedor le cuesta al Estado unos 150 dólares (120 euros) al día. Pero
los contenedores refrigerados que transportan pollo y carne requieren
de electricidad, y durante dos horas al día se quedaban sin energía,
expuestos al sol, a causa del plan de racionamiento del suministro que
se aplicó hasta hace un par de semanas en Venezuela.
El Gobierno
afirma que todo es culpa de "los ricachones", de las empresas privadas, y
les responsabiliza de que el país atraviese desde hace tres años
periodos de desabastecimiento o escasez de harina, leche, carne, pollo,
mantequilla y arroz, así como de que la inflación acumulada en lo que va
año sea ya de 14,2%. En los últimos dos años, el régimen ha expropiado o
intervenido 76 empresas vinculadas al sector de la alimentación. Entre
las afectadas se cuentan grandes compañías de venta de cereales, café y
tomate, como Molinos Nacionales, Cargill y Heinz, y cadenas de
hipermercados, como las franco-colombianas Éxito y Cada.
La
empresa venezolana más grande del sector, Alimentos Polar,
es la siguiente en el punto de mira de Chávez. El presidente-comandante
acusa a sus directivos de acaparar alimentos y de encabezar la huelga
que paralizó el país entre diciembre de 2003 y febrero de 2004.
"[Lorenzo] Mendoza si tú crees que no soy capaz de nacionalizar Polar,
no te equivoques, porque te tengo ahí", retó Chávez al dueño de la
compañía el pasado día 3. Las empresas del grupo Polar fueron fundadas
hace 70 años, emplean a unos 30.000 trabajadores y cuentan con 30
plantas industriales y más de 150.000 puntos de ventas, según datos de
la compañía. En marzo, el Gobierno expropió algunas de sus propiedades
en la ciudad de Barquisimeto, en el centro del país. Dos meses más
tarde, la Guardia Nacional decomisó 120 toneladas de alimentos de los
depósitos de Polar. De inmediato Chávez pidió a la fiscalía que abriera
un procedimiento contra la empresa por el delito de "acaparamiento" y
por jugar con el hambre del pueblo.
Contenedores con toneladas de comida putrefacta en Puerto Cabello, en el
Estado de Carabobo.- M. PRIMERA
FUENTE: El País