"La complicidad de España legitima a Hugo Chávez"
MARÍA JOSÉ GONZÁLEZ RIVAS - Madrid - 09/06/2010
El opositor venezolano Diego Arria tiene miedo. Pero eso no le ha
impedido hacer una gira por Europa para denunciar lo que ha calificado
"el secuestro de los poderes en Venezuela" por parte del Gobierno de
Hugo Chávez. El pasado 30 de abril se ejecutó la expropiación de la
finca que tenía Arria, ex embajador de Venezuela ante la ONU (1991-
1994), en el Estado occidental de Yaracuy, de la que sustrajeron obras
de arte y objetos personales. "Yo debería estar en Venezuela frente a
los tribunales, como muchos venezolanos, denunciándolo, pero en un país
en donde el Estado tiene secuestrados todos los poderes, esta instancia
es superflua", afirma.
Son más de tres millones de hectáreas de bienes y activos que ha
expropiado hasta ahora el presidente venezolano a empresarios y
particulares, entre los que hay unas 300 familias españolas a las que
han despojado de su patrimonio. "Me ha sorprendido que el señor [Miguel
Ángel] Moratinos diga que las relaciones con Venezuela son excelentes,
ni siquiera normales, sino excelentes, cuando tienes este cuadro de
familias españolas en la calle", dice Arria, quien también fue
gobernador de Caracas en la década de los setenta.
Lo que extraña
al opositor es la inacción del Gobierno español ante lo que está pasando
en Venezuela. "Siempre he pensado que el interés fundamental del Estado
es su gente; por supuesto, hay otros intereses, pero el fundamental es
la protección de sus ciudadanos". En su periplo europeo, Arria visitó
París para hablar sobre el colapso de la democracia en Venezuela, luego
Ginebra, para denunciar la situación de las cárceles y la manipulación
de los niños a través de "guerrillas comunicacionales" para combatir a
los opositores. También visitó la OIT para denunciar la situación de
amedrentamiento de los trabajadores, y posteriormente fue a La Haya,
donde visitó al juez Baltasar Garzón.
Reuniones con González y
Aznar
En España ha sostenido reuniones con los ex presidentes
Felipe González y José María Aznar, y ayer se reunió con el senador del
PP Dionisio García Carnero. "Cuando España se devalúa nos devaluamos
nosotros, porque el mejor intermediario de América Latina en el
escenario mundial es España, y eso se perdió, y se perdió ahora". Arria
critica que "la indiferencia de España ha sido más bien complicidad
porque ha legitimado a Chávez", quien, afirma, es el "campeón olímpico
en todo lo que significa la violación de los derechos fundamentales".
"La devaluación internacional del Gobierno español es algo que sufrimos
los latinoamericanos que creemos en la democracia, en la libertad, en
las oportunidades".
Mientras habla, Arria muestra un vídeo de una
edición del Aló, presidente de mediados de mayo donde se ve a más
de un centenar de niños bañándose en la piscina de 25 metros de su
finca. El presidente aplaudía y celebraba. "Considero a Chávez el Mugabe
del trópico, pero sin su preparación académica", afirma. Arria se
muestra indignado de que el jefe del Instituto de Tierras que realiza
las expropiaciones sea el presunto etarra Arturo Cubillas, buscado por
la Interpol. "España no le ha prestado suficiente atención al hecho de
que las inversiones españolas en Venezuela, yo diría casi sin excepción,
son ilegales".
Sobre el futuro del país, el diplomático cuenta:
"Hace unos días, cuando me preguntaron qué va a pasar en Venezuela, dije
que veía un enfrentamiento, y ya el presidente ordenó que me
investigaran. Quiero decir que me equivoqué, no es que nos vamos a
enfrentar, ya estamos enfrentados. Chávez es el que está enfrentando a
la sociedad. Yo digo que hay un golpe de Estado en proceso que es
indetenible para acabar con el Gobierno de Venezuela y está encabezado
por Hugo Chávez". A su juicio, se trata de un enfrentamiento unilateral
porque "Chávez quiere secuestrar la voluntad de los venezolanos". Al ser
consultado sobre si no teme ser encarcelado como ya ha sucedido a otros
opositores, dice: "La verdad es que debería temer, porque en este
Gobierno hay mucha gente con las manos ensangrentadas".
A pesar de
mostrarse optimista y predicar la tesis de la reunificación del país,
sabe que Venezuela se enfrenta a un duro proceso de reconciliación. "La
parte más compleja de la reconstrucción de Venezuela no es económica ni
financiera, el problema es reparar el alma venezolana, que ha sido
retorcida".
Fuente: El PAIS