Unidos lograremos la
Emancipación
Debo
comenzar la columna agradeciendo a todos los lectores que se han solidarizado
conmigo con respecto a la censura de Noticiero Digital. Asimismo, debo expresar
que aunque entiendo el difícil momento por el que atraviesa el país y la enorme
presión ejercida desde las esferas del poder en contra de los comunicadores
sociales, los medios y los diferentes foros de debate público, la autocensura
es inexcusable, como también lo es, el tratar de chantajearme a sabiendas de que
nunca se me exigió información personal para publicar mis artículos y varios columnistas
usan seudónimos harto conocidos.
Desde
el principio y en contra de mis propios colegas que me recomendaron no hacerlo,
decidí publicar con nombre y apellido mis columnas, me parecía lo más correcto
desde el punto de vista ético, profesional y ciudadano. Si a eso se le puede
llamar cobardía, entonces seré cobarde y culpable de todos los cargos. También
hay que aclarar que el vivir fuera del país no me cercena el derecho a opinar,
mucho menos si desde aquí estoy luchando por distintas vías y con gente muy
valiosa, con la única finalidad de recuperar la patria y nuestro vilipendiado
gentilicio.
El
trabajo sucio que muchos venezolanos no hacen desde adentro por comodidad, conformismo
y hasta cobardía, se hace desde aquí sin pedir nada a cambio y con un único
fin: RESCATAR
A VENEZUELA. Muchos compatriotas van y vienen entrando al país por los
caminos verdes, tratando de organizar una RESISTENCIA que se muestra esquiva y
muchas veces hasta complaciente con el régimen criminal castro-chavista. Los
antifaces se van cayendo poco a poco y cuando la página de la historia por
inercia o rebeldía sea pasada, saldrá a la luz pública mucha información
que dejará a más de uno con la quijada en el piso.
El
exilio siempre ha sido determinante a la hora de derrocar tiranos y en nuestro
caso no será diferente. Los que conocen la historia saben que no miento ni
exagero. Rómulo Betancourt y Jovito Villalba son ejemplos destellantes de esa
historia que debe ser rescatada para las nuevas y futuras generaciones. ¿Acaso
ellos eran traidores o venezolanos de segunda por haberse exiliado? El juicio
de la historia demostró que no. Los venezolanos parecen conocer más de
la historia mundialista de Italia o Brasil, que de las páginas doradas de su
propia nación.
Aquí
he tenido la oportunidad de conocer a verdaderos patriotas que hacen muchísimo
por Venezuela, trabajando con las uñas y tratando de dar a conocer al mundo lo
que ocurre en el país; a la vez que prestan su apoyo a los exiliados de la
dictadura venezolana.
Sus
nombres no son importantes en este momento, los que estamos en la lucha adentro
y fuera del terruño sabemos quiénes son. Como Dios y la gratitud infinita del
universo existen, ellos tendrán su recompensa en esta vida después del derrocamiento de
Chávez y seguramente jugarán un papel protagónico en la reconstrucción de la
nueva Venezuela.
Estoy
seguro que en el futuro me reencontraré con mis amigos moderadores de Noticiero
Digital y pasaremos la página. Un momento amargo para ambos bandos, pero nada
que el agua prístina de un manantial libre y emancipado no pueda apaciguar. Las
ramas de olivo serán necesarias para recomponer el tejido social de la patria
lo más rápido posible.
La
lucha toma diferentes matices para los que están adentro y para los que nos
encontramos afuera físicamente, tanto en el mundo civil como en el mundo
militar. Ambos roles igualmente importantes y determinantes, un binomio
necesario e imperativo que debe ser mejorado y perfeccionado hasta lograr el
cometido.
Los
uniformados patriotas que se dispongan a recuperar el honor de la institución y
el nombre de la república en el momento indicado, seguramente no actuarán
solos, un gran número de venezolanos demócratas y decentes marcharemos a su
lado. No es tiempo para la
discordia, podremos tener puntos de vistas encontrados y hasta ideologías
diferentes, pero el fin justifica los medios y la unión es un mandato.
Es
tiempo de treguas y reconciliaciones, debemos empezar a ver el gris por el bien
común, no podemos seguir actuando en blanco y negro, lo que sí es indiscutible,
es
el derrocamiento del tirano, por allí pasa todo lo demás. Formas y
maneras hay muchas, terminemos de entender que el tiempo apremia y el naufragio
de la patria sería imperdonable. Debemos unir esfuerzos, el dictador debe ser
deslegitimado y apartado del poder a la brevedad posible.
Menos
palabras y más acciones, sencillas pero contundentes, servirían de catalizador.
Vestirnos un día del mismo color, marcar los billetes con la palabra Libertad,
sentarnos en el frente de nuestras casas por un día, ejercer la presión
necesaria para rescatar a Franklin Brito a través de vigilias permanentes y
multitudinarias, cosas puntuales de fácil organización que se pueden propagar a
través de Twitter, Facebook, mensajes de texto y de boca en boca.
Debemos
marcar la pauta y ser proactivos, no reaccionarios.
La idea sería ir creando un músculo
democrático que a medida que sea ejercitado, gane adeptos y demuestre que somos
mayoría.
La
apatía debe ser superada y el engranaje de la rebelión aceitado prontamente. Que
se levante la voz de la iglesia, de los estudiantes, de los obreros, de los
empresarios, de los militares, de las amas de casa, de todo un pueblo que
anhela vivir en libertad, paz, progreso y armonía.
No
más treguas ni despechos, unidos podemos vencer. El terreno es fértil y fecundo
para la rebelión final, seamos los dueños de nuestro propio destino y echemos
el miedo a la espalda, seamos nuestros propios líderes. Yo juro por mi honor y el de mi
familia, que no descansaré hasta ver a Hugo Chávez Frías derrocado y a mi
pueblo unido de nuevo respirando el aire virtuoso de la Libertad. ¡Amén!
“Dios nos libre de pasar 20 años sin una rebelión”
Thomas Jefferson
¡Patria,
Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
24-06-10
IMAGEN PRINCIPAL: La Cantina Digital