¡Todos somos culpables!
Iván Fernández, y la memoria que no puede morir...
Publicado el 02.09.2010 13:53 // Por Iván Fernández
Como siempre, con mis crónicas pretendo divulgar mi punto de vista, mi verdad tal y como la veo, con sus errores y quizás, pocos aciertos. En este caso, quiero escribir sobre la enorme tristeza, sobre la enorme vergüenza que me carcome como hombre y como venezolano.
Sí, todos somos culpables, unos por acción y otros por omisión. Agregaría yo que todos somos culpables por indiferentes. Por habladores de paja, por permitir que las cosas lleguen hasta donde han llegado…. Desde quien ocupa miraflores por acción, hasta el último venezolano por indiferente. En el lenguaje coloquial, por no pararle bola a la situación del país. Por conformarse con marchitas, por ver cotidianamente globovision y quedarse hasta allí…..
Como podrán suponer, me refiero a la inmolación, al asesinato a mansalva de nuestro Franklin Brito. Cuyo nombre nos quedara por siempre muy grande a los venezolanos, a nuestro único héroe que fue capaz de hacer algo.
Personalmente, estoy lleno de vergüenza. Vergüenza por haber presenciado desde hace mucho tiempo, el lento asesinato de un ser humano, de un compatriota valeroso que fue capaz de dar lo único que tenia para salvaguardar su dignidad y sus derechos, los cuales son los mismos de todos los venezolanos. Siento vergüenza por tener una fiscal que sin conocimientos calificó de loco a Franklin. Siento vergüenza por un juez que ordenó la reclusión de Franklin. Siento vergüenza por un presidente que cada día es más soez y más torpe pero no por ello menos dañino. Siento vergüenza por nuestro sistema de justicia que no fue capaz de defender los derechos de Franklin. Siento vergüenza por unos militares que indiferentes, por la fuerza, recluyeron a Franklin. Siento vergüenza por un ministro adulador que dice que los derechos de Franklin fueron respetados. Siento vergüenza por mis compatriotas que observaron indiferentes la inmolación de Franklin. Siento vergüenza por la clase política, de uno y otro lado que se llenan la jeta de paja mientras una familia nos da ejemplo de valentía y pundonor. Siento vergüenza de mirar la cara de los Brito, especialmente de su hija, que sin decirlo, sabe que somos una sociedad de cómplices, de cobardes que creen que con marchas, pitos y flautas lograran parar a una nueva clase de ladrones, corruptos y asesinos que se han instalado en el poder.
asesinato de su padre José Manuel Vilas. Siento vergüenza por los miles Siento vergüenza por nuestros presos políticos que languidecen en la cárcel mientras los cobardes esperan a que alguno de ellos fallezca para vociferar su indignación. Siento vergüenza por nuestros exilados que también languidecen más allá de nuestras fronteras, en la espera interminable de un regreso que cada vez se hace más lejano. Siento vergüenza cada vez que veo a José Ramón Vilas cuya pierna amputada me recuerda el cobarde e impune de venezolanos que semana a semana pierden la vida mientras los cuerpos de quienes les antecedieron, como muñecos de cuerda desechados, unos encima de otros, algunos en el piso, se pudren en la morgue y quienes revelan la verdad, son perseguidos, acosados por un gobierno que pretende salvaguardar los derechos de los niños pero que no es capaz de salvaguardar su vida. Siento vergüenza por los venezolanos engañados por mentiras que se repiten diariamente. Siento vergüenza por los profesionales graduados que salen como chorizos, sin conocimientos pero con gríngolas, de las universidades del régimen, enseñados por activistas que como loros repiten una y otra vez las consignas de un supuesto socialismo. Siento vergüenza por los organismos internacionales que indiferentes, observan el holocausto masivo de que son víctimas mis compatriotas.
En este momento la muerte de Franklin reemplaza el escándalo de la prisión de Peña Esclusa y antes fueron los container putrefactos que los ladrones, alcahueteados por el régimen trajeron para ganarse jugosas comisiones, y antes fueron los juicios amañados de los comisarios y antes fueron los asesinatos de la plaza Altamira y así, como dice Juan Fernández, el país y su gente, nos acostumbramos como la rana del cuento, a que nos sancochen, poco a poco….. En este momento, siento vergüenza cada vez que escucho el Himno Nacional y cada vez que veo ondear a nuestra bandera mientras hipócritamente nos paramos firmes y fingimos ignorar nuestra dantesca realidad.
¿Cuál será el nuevo escándalo?. Tienen para escoger en una vasta gama, el fraude electoral, el ventajismo del gobierno, la parcialidad del canal 8, el uso y abuso de nuestros recursos, la inseguridad, la crisis eléctrica, los asesinatos, la impunidad, la corrupción, el metro, la situación de los hospitales, la descarada y cínica negación de recursos a alcaldías opositoras, los nuevos ricos y sabrá Dios cuantos más……
¿Qué hará falta para que el país reaccione? ¿Qué se necesita para que surja un liderazgo autentico? ¿Cuántos más tendrán que morir? ¿Cuántos presos más se necesitan?
Querido Franklin, por favor, perdona a un país que no te merece. Perdona a un país que no aprecia tu sacrificio. Al sitio adónde vas, no te encontraras con tascon ni con muller ni con las alimañas que les antecedieron ni con las que le sucederán…… A pesar de mi vergüenza, el próximo 26 de septiembre, asistiré a las urnas electorales para ver si el árbitro electoral le da la gana de respetar mi voluntad de rechazar al régimen. Sera Franklin, un pequeño homenaje de un buhonero por tu valentía y honor.…. Descansa en Paz y que brille para ti la luz perpetua.
¡Qué vergüenza Franklin!
Iván Fernández.
El Buhonero de La Resistencia
FUENTE: GENTIUNO
REMISION Y COMENTARIO:
Hola Ivan, recibe un saludo y verdaderamente da pena y verguenza por lo que estamos pasando y todavia no sabemos que mas nos espera.
Personalmente junto a mi familia, siento verguenza por las autoridades que nos representan, especialmente las fuerzas militares y de justicia. Como tu dices en la nota, da verguenza por algunos de nuestra clase politica que solo piensan y anhelan el poder y como ha costado llegar a una unidad.
Da verguenza y pena que muchos de los que hemos perdido nuestro trabajo por razones ilegales, seamos humillados profesionalmente por la misma clase que dice ser opositora
Un abrazo, Haydeé
Haydeé Irausquín