inFeliz año 2010…
PORTACHUELO
Por: René Núñez (*)
17 diciembre 2010Pido perdón por este título, pero no puedo ser hipócrita para decir que este año nos fue bien como nación. Razones de sobra me asiste para decirlo de corazón porque a éste no se le puede mentir, menos cuando interiormente está muy sentido de innumerables insatisfacciones a todo nivel por el mal obrar y lo viciado de quienes desde el poder y en nombre del cristianismo se volvieron a burlar de nuestra fe y esperanza de tener una calidad de vida mejor segura, decente y en paz.
Otra gestión maula, con poco esfuerzo
serio en la lucha hermanada por una Venezuela próspera, justa, plena de
paz y amor. Otra vez no tuvieron excusas para ignorar compromisos tan
sagrados como los de la solidaridad, de la inclusión social, de la
justicia y de la unión de todos los pueblos de oriente, de occidente,
del norte y del sur del territorio nacional en una sola dirección
integrada de país. Por el contrario, se distrajeron en otras cosas
distintas a las del compromiso cristiano pero también de sus deberes y
responsabilidades constitucionales en cuanto al cumplir y hacer cumplir
las normas de derecho y de convivencia social.
Otro año, con innumerable violaciones de
derechos humanos que bajo ninguna circunstancia un cristiano debió
permitir o aplaudir o hacerse el ignorante ante el abuso de poder del
gobierno contra sus nacionales. Desde el poder los supuestos creyentes
en Dios siguieron encarcelando ciudadanos inocentes por no compartir
sus ideas, sus opiniones y mala conducta pública. 20 mil muertes por
homicidios, una inflación similar a la de los últimos años (30%), un
decrecimiento económico alrededor del 4%, un aumento del gasto publico
(40%), un endeudamiento interno y externo que raya en lo obsceno, son
entre otros indicadores macroeconómicos negativos de la gestión pública.
Se siguió con la campaña salvaje de expropiaciones y de destrucción de
la economía productiva. Dejaron de perder miles de toneladas de comida,
sin responsables. El déficit de vivienda se acercó a los 3 millones. Los
trabajadores volvieron a ser ignorados, pisoteados en sus luchas
reivindicativas, debilitaron sus sindicatos creando entes paralelos con
fines ideológicos para la defensa del régimen. Se siguió privando a los
ciudadanos de la posibilidad de escoger alimentos según sus gustos y sus
posibilidades estimulando la escasez y los altos precios por los
efectos de la economía de puertos, así como por las intervenciones de
centros distribuidores de alimentos. La regaladera de dinero a otros
países no cesó, ni tampoco la compra de armamento bélico a cambio de
petróleo, acero, aluminio y hierro. La política exterior siguió
desarrollándose alrededor de naciones que nada tienen que ver con
nuestros intereses históricos, políticos, económicos y culturales. Se
intensificó la antipatía norteamericana, nuestro mejor socio petrolero,
pagador oportuno y completo de la factura petrolera.
El año termina con una nueva tragedia
humana por las lluvias en varias regiones del país. Una tragedia cuyos
efectos devastadores pudieron minimizarse de haber el gobierno central
puesto orden en la planificación y el control de viviendas y en la
construcción de urbanizaciones dignas y seguras. Situación aprovechada
por el gobierno para hacer demagogia, populismo, y lo más inaceptable,
la reafirmación del apartheid político y social cuando se excluyó de los
planes de emergencia a gobernadores y alcaldes opositores.
El dolor, la orfandad y la miseria de
las víctimas importaron poco, pues el gobierno no tuvo empacho alguno
para aprovechar la coyuntura trágica e instar al parlamento nacional,
pronto a expirar su mandato, a aprobar leyes para la legitimación
progresiva del proyecto socialismo-comunismo del siglo XXI, rechazado
por el soberano en un referendo hace años atrás. Así impusieron “las
comunas”, una especie de estado paralelo con la finalidad de ignorar el
nuevo parlamento que tomará posesión el próximo 5 de enero con
participación de 67 diputados opositores. Impusieron 9 magistrados
principales por doce años, y 32 suplentes por cinco. Cuando salga esta
columna, habrán aprobado una reforma a la ley de responsabilidad social
para controlar el uso de Internet, y como si no tuviera dominio total
sobre los poderes del Estado también otra ley habilitante para que el
presidente de la república no tenga trabas, según el diputado Mario
Isea. Para el régimen, los ciudadanos se deben al Estado y su gobierno,
y no el Estado y su gobierno a los ciudadanos. El socialismo prima
sobre la ciudadanía.
En resumen, el 2010 resultó otra
oportunidad de país perdida, con mediocres resultados que nos hacen cada
vez más vulnerables por la alta dependencia de bienes y servicios del
extranjero. Cada vez somos más improductivo, más corrupto, más inseguro,
mas ideologizado, sometido constantemente a una prédica perversa de
odios y resentimientos provocando divisiones y desuniones familiares
como nunca antes existieron.
Empero, Dios el Todopoderoso, sigue de
nuestro lado, obligándonos con amor, y solidaridad a seguir trabajando
por la prosperidad, la igualdad, la justicia y la paz de todos nuestros
hermanos venezolanos, esperanzados de que muchos de los que nos
gobiernan mas temprano que tarde se revisarán e iniciarán su
alejamiento del camino del mal. El 2011 será la nueva oportunidad de
vida para reivindicarse con Dios, con su familia y con el prójimo,
abriendo sus corazones y construyendo espacio para la misericordia de
los excluidos, los retenidos sin delito alguno, pero también para
cumplir con las responsabilidades del cargo público que dirigen por
mandato popular.
Feliz navidad. Regresamos el 19 de enero del 2011. Con “Diplomacia
de Micrófono”, de 1 a 2 PM por La mejor FM 91.5, esta vez acompañado
con el avezado y crítico periodista Armando Gruber Bolívar
(*) Internacionalista. Edición 1136
FUENTE: La Paraulata Ilustrada