Va sié, ni de broma. Ya
próximo a cumplirse doce años en ejercicio pleno de la presidencia, con
súper poderes al haber sometido y secuestrado todos los Poderes
Públicos, y con un realero inimaginable, ¿todavía seguimos siendo
culpables de las desgracias del país? No me la calo. Asuma
usted su barranco Presidente Chávez. Yo voy a darle mis razones, espero
de vuelta las suyas, no insolencias e insultos en los que pretende
siempre ahogar sus culpas.
Luego
de una docena de años, el régimen socialista-comunista no ha resuelto
ninguno de los problemas que Venezuela tenía en 1998, por el contrario
los ha agravado. Más aún, han surgido nuevos problemas,
producto de una administración alocada y personalista, sin planificación
alguna y con terapias que no responden a nuestra realidad, producto de
consejeros cubanos o de otras latitudes que desconocen la idiosincrasia
de lo nuestro.
En
estos días hemos visto al Presidente salir con látigo en la mano a
fustigar a presuntos culpables de duplicar en doce años la carencia de
vivienda. Mire su gobierno Presidente. Usted ha construido
menos viviendas que en cualquiera de los ocho quinquenios del período
democrático que lo precedió. Anualmente se incluye en el
Presupuesto milmillonarias sumas para la construcción de viviendas, y al
final de los doce meses, ni vivienda ni reales. ¿Se sanciona éste o
cualquiera de los otros delitos del régimen podrido y decante? Ahora no,
mañana sí, son delitos de lesa humanidad, en consecuencia
imprescriptibles.
Esta es la administración con la más pobre concreción de obras públicas. Reto
a quien quiera comparar los doce años de la decadencia, con uno
cualquiera de los ocho quinquenios anteriores. Nuevamente ineficiencia y
corrupción. Otra vez dinero que se regala afuera y se malbarata
adentro.
De los males sociales que más groseramente se han multiplicado frente a la indolencia oficial, está la delincuencia sin freno. ¿Había antes robos, asesinatos o violaciones? Por supuesto que nadie lo puede negar, como no se puede ocultar que el malandraje hoy se mueve a sus anchas. Tengo la convicción de que el gobierno tolera la delincuencia, por no afirmar que la propicia, que le saca beneficio. La
“justicia”, así en minúscula, funciona sólo por razones políticas, para
amedrentar y acallar voces disidentes. Nuestro sistema judicial da
vergüenza ¿Podría empeorar? Por supuesto que sí, con los Magistrados
ahora designados a la medida del amo, escogidos por su dedo.
¿Comparamos otros aspectos? ¿Qué tal si hablamos de economía, desempleo, inflación,
desvalorización de la moneda, restricciones económicas, irrespeto a la
propiedad, pérdida de calidad de la educación, de servicios públicos,
agua, electricidad, transporte, vialidad? Por donde lo mire, todo está
peor. El chavez-fidelismo es un desastre, es decadente. La intolerancia,
la violencia verbal y física, el cambio de valores, el debilitamiento y
aniquilamiento de las instituciones están entre los nuevos males de
este gobierno, malo con ganas, que ya comenzó a vivir sus días finales, y
patalea como todo el que va a morir. Son zancadas de ahogado.
No
aceptemos más el argumento de lo malo del pasado, de los 40 años, para
justificar el desastre de los últimos doce mal vividos. Pero en fin, el
pasado es del ayer. A las puertas del nuevo año, miremos adelante con fe. Comencemos a construir la Venezuela de todos, la que queremos, y se me antoja pensar que merecemos. Hagamos nuestra tarea, cada uno la suya, para pasar la página y abrir el futuro.
PACIANO PADRÓN
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