La masacre del
“Rodeo”
Fernando Ochoa
Antich.
Hugo
Chávez es el gran responsable de esta masacre. Esta es una verdad como un
templo. No se puede dudar de ella, por más que la propaganda oficial busque,
por todos los medios, desviar la atención hacia otros factores para impedir que
los venezolanos, principalmente los más humildes, perciban la incapacidad que
ha tenido la “Revolución Bolivariana” en resolver los ingentes problemas que
enfrenta Venezuela. No sólo es responsable por ser jefe del Estado, sino por
haber establecido un régimen que ha violentado todos los principios de una sana
administración y que, además, ha despilfarrado los inmensos recursos fiscales recibidos
en fortalecer su liderazgo en la América Latina en lugar de solucionar los grandes
problemas nacionales.
Es
difícil conocer con exactitud lo que ha ocurrido en la toma de dicha cárcel. La
arbitrariedad del régimen, al no permitir a los medios de comunicación
independientes acceder a dichas instalaciones para poder entrevistar a la población
penal que logro salir de ese infierno,
ha limitado totalmente las informaciones. El canal 8, lo único que ha hecho es
hacer propaganda a favor del gobierno. De todas maneras, la valiente actitud de
los medios de comunicación independientes, en particular Globovisión, y la
prensa escrita ha permitido presentar el desespero de los familiares ante
tantos abusos. No soy ni mucho menos especialista en el tema carcelario, pero
he escuchado con detenimiento los muy acertados razonamientos de distintos
expertos en esa área.
Lo
primero a resaltar es el absurdo hacinamiento que existe en todos los penales
venezolanos. Las cifras son tan sorprendentes que al escucharlas parece una
exageración. En penales construidos para albergar 800 detenidos pueden encontrarse
más de 4000 presos. El desorden es tal que se encuentran mezclados detenidos
que todavía no han sido presentados a los jueces con sentenciados por delitos
realmente graves. En ese ambiente tienen que imperar las mafias. Además,
cualquier observador medianamente acucioso percibe que la administración de los
penales no está suficientemente tecnificada. Allí no hay funcionarios expertos
en el campo, ni siquiera han recibido el menor entrenamiento. La única verdad,
es que son fichas del partido.
En
medio de la angustia que los venezolanos han vivido en estos días, me impactó
profundamente el clamor de una madre que acusaba con razón de ineficiente al
sistema judicial al afirmar que allí podían haber detenidos acusados por haber
tenido una pequeña riña con un vecino y que sólo eran conducidos a la audiencia
preliminar varios años después de haber sido detenidos. Eso es lógico que
ocurra. No hay relación entre los delitos que se cometen y el número de
fiscales y jueces que existen La
proporción, sostenida por los expertos, es tan impresionante que uno tiene que
rogar a Dios de no verse envuelto en un problema de orden penal. Además, del
insuficiente número está la notoria politización del sistema judicial. No se
reconocen los méritos profesionales.
Es
casi imposible describir la situación de un detenido en nuestras cárceles. No
es sólo su problema personal, sino la tragedia que tiene que vivir su familia.
Los vejámenes sobrepasan todos los límites. Las requisas son realmente
inaceptables. Nadie se preocupa por adquirir equipos modernos para evitar ese
tipo de problema. El colmo es cuando usted empieza a escuchar los negociados
que allí existen. Todo tiene precio. Una pobre madre, para poder lograr que su
hijo reciba la comida tiene que pagar a los funcionarios de esos penales. Es
verdad, que dentro de la cárcel hay mafias que controlan el penal, pero
entre los funcionarios existe tal nivel
de corrupción, que exige plantearse una real e inmediata reorganización de todo
el sistema carcelario venezolano.
El
problema de la Guardia Nacional
es muy complejo. Sin duda tienen grandes responsabilidades en lo que ocurre en
las cárceles venezolanas. No es posible el ingreso de ese armamento sin su
complicidad. La solución exige plantearse una reorganización de sus funciones.
No es posible que la
Guardia Nacional pueda cumplir tan variadas tareas como las
que tiene que realizar con tan pocos efectivos. No me atrevo a opinar sobre la
operación realizada en la cárcel del Rodeo. No tengo suficiente información
para hacerlo. De todas maneras, debo
decir responsablemente que el número
de muertos exige una detallada investigación de las propias Fuerzas
Armadas, del poder judicial y de la Asamblea Nacional. Sería conveniente nombrar una “Comisión de la Verdad ”.
Caracas, 26 de junio
de 2011.
fochoaantich@gmail.com