PORTACHUELO
Por: René Núñez (*)
Mi Monólogo
“Indignados con revoluciones maulas”
René, siempre te he oído hablar mal de las revoluciones ¿a que se debe esa posición tan retrógrada?
-A mi me tocó vivir la dialéctica revolucionaria de los años 71-75 cuando estudiaba Diplomacia en la UCV. En ese entonces el movimiento universitario revolucionario de moda lo lideraba el MAS, bajo la presidencia de la FCU de Alexis Ortiz. Un grupo de estudiantes amigos: Jesús González (ex guerrillero urbano), Claudio Osorio (primo de Claudio Fermín), José González (sobrino de Simón Alberto Consalvi), Mario Gulielmeli, Alberto Molina, Domingo Landaeta, entre otros, nos pusimos de acuerdo en crear el primer centro de estudiantes de la Escuela de Estudios Internacionales, mediante la convocatoria de unas elecciones previas; a pesar de la resistencia y las presiones ejercidas por los influyentes profesores Luis Cabaña y Carlos Guerón, quienes consideraron la idea desproporcionada y anti ética por lo de la carrera. No obstante, como la mayoría de los integrantes de la plancha eran estudiantes de primeras notas, de pensamiento plural, nos resteamos y decidimos seguir adelante convenciendo a la mayoría de la población estudiantil internacionalista de ir a elecciones; cuando faltaba un día para el acto de las votaciones recibimos un inesperado e inconcebible veto de Alexis Ortiz, en defensa de la posición asumida por los directivos de nuestra Escuela; a quien obviamente, hicimos caso omiso e impusimos la voluntad de las mayorías resultando nuestra plancha ganadora. Este recuerdo lo traigo a colación, porque la postura asumida por los ideólogos del marxismo-leninismo universitario marcó mi vida política para siempre, pues a partir de ese momento iniciaron mis dudas acerca de la sinceridad de este movimiento como opción política para hacer de los problemas soluciones en condiciones de igualdad y de justicia. Todos los presidentes de la FCU, excluyendo a Héctor Mujica del PCV; después de graduados se enrolaron en los partidos del status de la época. Ortiz, llegó a ser alcalde en Anzoátegui y no pudo terminar la gestión por denuncia de actos de corrupción que lo obligó a escapar del país. Luego vino el derrumbe del muro de Berlín, la disolución de la URSS, hasta el final cobarde de uno de los últimos revolucionarios del mundo: Muammar Gadafi, el hombre de los disfraces quien en nombre de una supuesta revolución “verde” aisló a Libia del progreso y del desarrollo para someterla a sus designios por 42 años. El mismo que ordenó a sus milicias armadas a limpiar casa por casa para sacar a las ratas libias de su revolución; que cosa no, acaba de morir como una rata escondido en un ducto preso de miedo y de terror por la muerte en manos de los indignados libios rebeldes.
-Ahora bien, la revolución bien entendida no es más que un cambio brusco de un sistema, en el caso del político, los resultados pueden ser buenos o malos. Los llamados izquierdistas siempre se han autocalificado como los auténticos revolucionarios del mundo, a sabiendas de que en la práctica cuando han tenido el poder bajo control se han comportado como unos vulgares reaccionarios. Hoy en día, en el mundo democrático moderno la clasificación de derecha, centro e izquierda está en desuso; los pueblos cada vez entienden que no se trata de un problema de ideología sino de soluciones eficientes y transparentes, en otras palabras de gerencia y de equipos capacitados, con conocimiento y con voluntad de logro, con reglas de convivencia muy claras, bajo la preservación y defensa de 5 principios claves: libertad, igualdad ante la ley, pluralidad, solidaridad y participación. La única revolución buena y práctica en que creo es la que transforma las cosas o procesos para facilitar y garantizar mejores resultados, la Cibernética, una de ellas.
-¿Cómo cataloga la revolución de Chávez?
-La está imponiendo progresivamente a su manera, desmantelando la institucionalidad democrática, destruyendo la economía privada, confiscando derechos de propiedad privada, centralizando todo el poder del Estado bajo su mando; cuyo objetivo es controlar al ciudadano, desde su pensamiento hasta su accionar, a fin de convertirlo en un parásito del Estado sin posibilidades de libertad alguna. En resumen, una revolución para vivir peor, pobre, explotado y alienado. INVOLUCIÖN.
-¿En el mundo han despertado algunos movimientos civiles rebelándose frente a sus gobiernos, son estas expresiones revolucionarias?
-Este incipiente y marginal movimiento calificado como “Los indignados” se inició en España después del 15 de mayo. De clase media, integrado por sindicalistas, ancianos, jubilados, excomunistas, ecológicos y gays, exigiendo respeto y consolidación de sus beneficios y derechos adquiridos del sistema estatal de bienestar social, cuya desmejora se ha sentido marcadamente en el pueblo español por la crisis financiera que atraviesa el país ibérico junto el resto de los de la UE, la cual no ha escapado de los efectos recesivos de la economía mundial. Son reclamos para no desmejorar la calidad de vida. En otros países ha habido manifestaciones similares pero las causas son diferentes; aunque las críticas están orientadas a la exigencia de una mejor distribución de las riquezas, en contra de la ineficiencia y de la corrupción de los gobiernos. En el fondo, estos grupos tampoco plantean alternativa para superar la realidad económica y social. Hay que seguir monitoreándolos, pudieran correr el riesgo que intereses populosos y anárquicos en sus países de origen se aprovechen del descontento para “pescar en río revuelto”
-La verdadera indignación es la que viene exteriorizando los pueblos del norte de África, hartos de gobiernos personalistas, totalitarios, enemigos de los derechos humanos y de los derechos democráticos, del progreso y del desarrollo. La primavera árabe comenzó en Túnez hace 9 meses obligando la salida del poder monárquico de Zine El Abidine Ben Ali después de 23 años de dictadura. Luego se llevó por delante al tirano de Egipto: Hosni Mubarak con 28 años de opresión total al pueblo egipcio, y esta semana, el hombre de los disfraces, Muammar Gadafi, después de 42 años de mandato genocida. Queda por liberar Siria, donde otra dinastía familiar hace del genocidio una política de estado barbarie.
-En Venezuela, por lo que se ve no hay indignados…
-En nuestro país la indignación crece silenciosamente. Cada día los sectores excluidos, maltratados y engañados por la revolución chavista van venciendo el miedo y el terror impuesto desde las altas esferas del gobierno y están saliendo a las calles a protestar por las deplorables condiciones sociales en que se encuentran. Estoy convencido que por la mente de las mayorías nacionales ha comenzado a pasearse la idea de la necesidad ineludible e impostergable de cambio de gobierno. Son 13 años de mandato donde las promesas no se han cumplido. La de los empleos estables y duraderos, la de la seguridad natural y jurídica por igual y equilibrada, la de la salud, la de bajar la inflación y detener la merma del poder adquisitivo, la de mayores libertades, la del respeto de los derechos humanos, la de los derechos democráticos, la de la igualdad en el trato ante la ley, la del combate a la corrupción, la de la abundancia, la de las viviendas, la de la paz laboral y social, la de la productividad, la de la felicidad social.
-Más allá del abuso de poder, ventajismo electoral, complacencia y control ideológico de los poderes públicos, los venezolanos harán del próximo 7 de octubre del 2012 el invierno democrático más preclaro de la historia republicana con una votación imposible de ignorar y de desconocer. Se agotó “el por ahora”. Tiempo, ingresos petroleros, control político de todos los poderes públicos, y apoyo popular suficiente tuvieron para haber hecho realidad una quinta república diferente en prosperidad, en paz, en justicia y más democracia que la cuarta. Siendo objetivo con mi conciencia, el balance general está a favor de esta última. “A la Cuarta lo que es de la Cuarta”
Internacionalista.
Edición 1179. @renenunezr