Progreso con transparencia
Por: René Núñez. PORTACHUELO
El actual gobernador del Estado Miranda, candidato a la presidencia de
la Unidad Democrática: Henrique Capriles Radonski, dijo hace unos días atrás
“los que no están con la transparencia, se deben apartar a un lado”. La
convicción más contundente y esperanzadora que le oído de quien uno espera sea
el futuro líder de la república en los próximos 6 años para ponerse al frente
del restablecimiento del orden, la disciplina, la productividad, la moral y la
ética en la gestión pública. “Un mensaje a García” contundente a los enemigos
de lo ajeno. Contra la corrupción, la traba de mayor peso político por el cual
nuestro país no ha alcanzado los niveles de prosperidad, seguridad y justicia
social que otros pueblos han logrado,
sin contar con la inmensa y variedad de
recursos naturales estratégicos que hemos tenido nosotros.
La declaración nos satisface plenamente porque estamos hartos del mal
uso de los recursos públicos, de la improvisación, de la ineficiencia, de la
discrecionalidad, y del abuso de los gobiernos en el ejercicio de la función pública, en especial los de estos
últimos 13 años tanto a nivel nacional, regional y municipal en la mayoría de
los estados. Gobiernos enemigos de los controles, de la información veraz y
oportuna del funcionamiento de la Economía, de las Finanzas, de la
Administración del gasto público, etc...
Pareciera ser una política de estado revolucionaria para que el
ciudadano común ignore las bondades del sistema democrático; creando
desasosiego, inseguridad y desconfianza de sus instituciones.
Por esa escasez de transparencia la inversión privada se ha ido reduciendo por los riesgos que ello implica,
así como la generación del empleo productivo; en fin se está ante un
manejo de una Administración Pública cada vez más ineficiente, incontrolable y
poco transparente.
Según entes internacionales especializados, Venezuela no solo en estos
últimos años es uno de los países menos productivos de la región sino también
el menos transparente y el de mayor inflación. Las cuentas del Estado no están
claras ni cuadran por ningún lado, si se toma en cuenta que por renta petrolera
la nación o el gobierno ha recibido más de un billón de dólares; mientras el
país se debate entre conflictos de todo tipo por falta de pagos oportunos y el
incremento de los pasivos laborales; amén de la desinversión en las empresas
del Estado técnicamente quebradas y anarquizadas por los contradictorios
intereses de poder entre grupos oficialistas en juego. Decía estos días el economista Orlando Ochoa
que el gobierno maneja cuentas en el exterior por el orden de los cien mil
millones de dólares como una chequera privada sin control alguno. Entretanto,
la dependencia económica, comercial, científica y tecnológica ha llegado a
cifras inimaginables que con las actuales reservas internacionales, de los
cuales en efectivo existe solo 4 mil millones de dólares solo se cubriría un mes de importación de alimentos, bienes, y
servicios en caso de un crisis mayor.
Afortunadamente en el 2013 contaremos con un Capriles en la presidencia,
un Andrés Velásquez en la gobernación del estado Bolívar y un Wilson Castro al
frente del municipio Caroni, para revertir semejante drama económico-social;
pues los tres están unidos y comprometidos en la lucha sin cuartel contra ese
cáncer social como lo es la corrupción; ello requiere de funcionarios íntegros
no solo con vocación de servicio, sino de sistema de incentivos (meritocracia)
para dejar de lado esa perversa forma de hacer política y de gobierno. Pero
también de una conciencia ciudadana capaz de exigir oportunamente la renuncia
del cargo al que se atreva a infringir las normas para enriquecerse
independientemente del cargo o rango que ostenta.
Internacionalista.
Edición 1192. @renenunezr
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FUENTE: Portachuelo