Viernes, 13 de
Julio de 2012
PORTACHUELO/René
Núñez
Recuerdos de Sidor…
A propósito de la
celebración de la primera colada de Sidor hace 50 años, como ex sidorista
capacitado y empleado durante 25 años por esta factoría, no puedo dejar de
expresar mi desagrado y descontento por el estado actual de descomposición
técnica, administrativa, moral y ética en que se encuentra sumida la otrora
segunda empresa más productiva e importante del país después de Pdvsa, no sólo
en cuanto a generación de empleos y dinero sino también en materia de fuente de
desarrollo regional.
Nuestra siderúrgica
fue siempre considerada como fuente alternativa al desarrollo petrolero; si
bien no logró un desarrollo “aguas abajo” sostenido en el tiempo, no es menos
cierto propició la construcción del sector metalmecánico y de comercios
privados en la zona para satisfacer parte de la demanda de bienes y servicios
requeridos.
No hay duda, que la
construcción del Plan IV de Sidor fue una de las obras más importantes
construidas en América Latina durante la década de los años 70. La demanda de
profesionales, técnicos, artesanos y trabajadores en general para emprender
semejante proyecto superó la oferta del mercado nacional; razón por la cual
hubo que desarrollar una estrategia de captación de recursos humanos por
toda Latinoamérica, muy exitosa. Oleadas
de trabajadores de: Colombia, Perú, Argentina, Brasil, México, Chile, entre
otros países, contribuyeron hacer realidad esta majestuosa obra construida casi
a tiempo programado. A esta mano de obra calificada de latinos, se le sumó la
suministrada -vía contratación- por compañías multinacionales de: Estados
Unidos, Alemania, Francia, Italia, España, Suiza, India, Japón, Bélgica,
Inglaterra, Polonia, quienes prestaron servicios en todas las etapas del
proyecto: diseño, asistencia y consultoría técnica, construcción, ejecución,
montaje, inspección, pruebas, hasta la recepción provisional y definitiva de
las plantas del moderno complejo ampliado siderúrgico.
Quienes tuvimos la
suerte de trabajar todo ese tiempo en la Gerencia de Construcción del Plan IV,
tuvimos la suerte de aprovechar esa extraordinaria experiencia de trabajo junto
a tanta gente preparada, con culturas, hábitos, costumbres, idiomas,
nacionalidades diferentes. Un aprendizaje único
e irrepetible.
De esa experiencia
siderúrgica, sería mezquino sino reconociera los méritos de dos personas claves
en toda esta historia: la primera, la del ex presidente, ya fallecido, Carlos
Andrés Pérez, por la valiente y oportuna decisión tomada para ordenar la
ampliación y modernización de Sidor. La segunda, la del ingeniero, Edgar
Marshall, aragüeño, escogido por CAP como responsable para gerenciar este macro
proyecto. Edgar, estuvo a la altura del compromiso, su mentalidad retadora y
moderna, convencido del trabajo en equipo, su mente abierta para oír las
mejores ideas, exigente en el control del plan maestro general, facilitó para
que CAP antes de irse de la presidencia inaugurara el Plan IV de Sidor como se
había prometido.
Otra distinción
especial, que merece consideración y respeto fue la valiente decisión de Rafael
Caldera de privatizar a Sidor por la situación financiera comprometida de la
República generada por la baja de precio del barril del petróleo -ese entonces-
el cual llegó a $ 8 por barril. No tenía otra opción y se hizo por el bien y
para el bien del estado y de los venezolanos. Los resultados posteriores lo
confirmaron, cuando los propietarios mayoritarios privados la reflotaron y la
pusieron a ganar a los dos años de recibirla en resultados en rojo. Con la
llegada de la revolución chavista Sidor fue estatizada de nuevo. Desde
entonces, ha estado dando pérdidas. Su anterior misión de “producir acero a
precios competitivos, en oportunidad y con calidad a satisfacción de los
clientes”, se cambió a“empresa social, a satisfacción de la revolución
socialista comunista del siglo XXI”. Esa es la cruda realidad.
Internacionalista.
@renenunezr
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Diplomacia de Micrófono de 7:00 a 8:00 am por Skandalo 106.9FM.
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