Hugo y la clase media
José Vicente Carrasquero A.
Algunas
de las últimas intervenciones del candidato a la reelección Hugo Chávez han
estado dirigidas a la clase media. Es un reconocimiento tácito de que no goza
de la simpatía de amplios sectores de esta franja de la población que es la que
más ha sufrido los rigores de un plan político que tiene como objetivo central
conculcar las libertades individuales de los venezolanos.
Este
llamado al voto que hace el candidato del gobierno suena más como una especie
de chantaje que a una verdadera invitación. Destaca el aspirante a la
reelección las consecuencias que tendría que enfrentar ese votante si él
saliera del poder. Quiere llamar la atención sobre algunos pocos aspectos que
sin duda han beneficiado a estos sectores. Pero, lo hace con tono de perdona
vidas. No como un político al servicio del pueblo sino como un monarca que
concede favores y por lo tanto espera que se le haga especial reconocimiento.
Sin
embargo, olvida Hugo que esta clase media sufre los embates de un hampa
desbordada que no le da cuartel. Estas personas son víctimas de secuestros, son
los que ven sus casas tomadas por bandas que los someten y roban sus
pertenencias. Es este sector del pueblo el que se ve viviendo en una especie de
toque de queda para evitar horarios que pudieran resultar más peligrosos. En
fin, la clase media venezolana no puede decir que el gobierno se ha preocupado por su seguridad y la de los
suyos.
La
inflación es otro flagelo que castiga inclementemente a unas personas que en la
mayoría de los casos viven de ingresos fijos. Y ven como el dinero cada vez le
alcanza menos para los pocos productos que hay. La política de controles ha
resultado perniciosa para la calidad, variedad y precios para bienes de consumo
que ahora ni siquiera se consiguen en el mercado.
La
clase media es también, como el resto del pueblo, sufriente de los frecuentes
apagones que controlados o no se constituyen en un ingrediente adicional en el
deterioro de la calidad de vida de los venezolanos. Sometidos además a un
consumo máximo de energía eléctrica se ven obligados a pagar multas bochornosas.
Todo porque los burócratas dirigidos por el candidato del gobierno no tomaron
las medidas adecuadas ante el aumento del consumo eléctrico.
Se
dirige el presidente candidato a una clase media que pierde horas del día y de
la vida en trancas del tráfico en las cuales, además, vuelven a ser presas
fáciles del hampa que no les da cuartel. No se construyeron vías para mejorar
el tráfico de las ciudades venezolanas y se descuidaron las pocas que había.
Le
habla Hugo Chávez a unos venezolanos que ven a sus hijos partir de un país que
no les ofrece oportunidad alguna. Un país en el que se le hace imposible
comprar un apartamento, en el cual un vehículo cuesta hasta cuatro veces lo que
cuesta en otras latitudes, un país donde el disfrute del esparcimiento está
limitado por la otra clase gobernante en Venezuela: el hampa.
Tomaría
mucho espacio mostrar como la clase media ha sufrido a un gobierno que no ha
hecho otra cosa que someterla a privaciones, limitaciones y trabas. Lo cierto
es que la clase media venezolana se ha visto gravemente afecta por las acciones
y omisiones del gobierno de Hugo Chávez.
Que
el presidente candidato pida el voto de la clase media es un claro indicio de
que no quiere asumir que sus prácticas políticas no han hecho otra cosa que
impedir que Venezuela entre el siglo XXI. Sabemos que el nuevamente aspirante a
la presidencia tiene una muy buena opinión de su gestión. El problema es que la
clase media y la inmensa mayoría de los venezolanos no coincide con esa
percepción de Chávez.
El
presidente demuestra con estos llamados que perdió la conexión con los
venezolanos. Queda en evidencia que no tiene visión de país. Quedó demostrado
lo que siempre dijimos desde esta tribuna: Chávez no tiene lo que se necesita
para ser presidente de un país que se quiera desarrollar.
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