28 de octubre de 2013 21:23 
Mientras Más Tarden En Sacarlo
Peor Será El Escenario
Alberto Franceschi G.
Señores del PSUV  si
ustedes no lo sacan otros lo harán  y no
será obra de sus odiados pero convenientes adversarios electoreros,  sino de gente ya obstinada de este pésimo
gobierno que hunde el país en la anarquía. 
Si  lo sacan ustedes
mismos, tienen chance de sobrevivir políticamente y hasta pueden  auto-asignarse algunos  salvoconductos, porque si no lo hacen, solo
les quedará como alternativa la ladillosa vida en Cuba, salvo que lleven muchos
billetes verdes, que Fidel les obligue a cambiar  por ECU, para 
vivir jineteando, como aquí o en Pekin, 
que es la única diversión allá. 
Si no lo sacan a tiempo pagarán todos, 
y a más de uno le serán confiscados sus bienes y cuentas  bancarias mal habidas y pagaran cárcel.
Cuando un régimen fenece porque ya ha agotado no solo su
legitimidad  relativa, sino también la
fuerza inercial residual, por haber controlado el Poder de Estado por varios
años,  la peor de las contrariedades es
forzar el mantenerlo en sobrevida, porque es en esa etapa postrera donde  los fenómenos de descomposición  se aceleran tanto, que son capaces de dar
saltos cualitativos, hasta llegar a episodios de barbarie, dignos de
sociedades  que ya transitan el caos.
Cuando el mismo día un grupo de hampones toman un templo
importante en Valencia, para robar a todos los feligreses asistentes a la Misa
y en el oriente una turba quema patrullas y buscan  a los comisarios CICCIP para lincharlos, por
asesinar a sangre fría cuatro jóvenes, para solo escoger 2 de los mil hechos
ocurridos en el fin de semana, se descubre que el poder político está mintiendo
con pasmosa crueldad y  lo hace
descaradamente, cuando  se supone que en
esa fecha el gobierno funda ministerios para la suprema felicidad del pueblo y
el zar Ramírez pide muy orondo 50 años más para arreglar la economía.
Si Maduro y sus conmilitones del gobierno no lo saben, cosa
que dudo… pero en fin  aferrarse al poder
es su demencial opción… les recomiendo entonces que barajen los distintos
escenarios que les tocaría sortear. 
Si fuesen elementalmente astutos, los bicharracos  del alto poder,  con la misma solemnidad que acostumbran para
decir boludeces, explicarían ante el país 
que entramos en una  gravísima
emergencia  económico-social,  que requiere de un Gobierno De Unidad
Nacional, o mínimo establecer una 
coincidencia fundamental de todos los factores políticos, económicos,
sindicales etc. para un pacto de gobernabilidad. 
Eso es lo más fácil de lograr. Les tiran una alitas de pollo
a  los del sainete opositor, les cuentan
bien los votos en  50 ciudades pequeñas,
medianas y grandes,  sobre todo  donde vayan de candidatos los resabiados
opinadores y cambien el gabinete económico, 
consultando  gente seria  y no a los bolichicos, para que  por primera vez en 15  años 
sepan oír a los que realmente producen algo y pagan salarios y no
parasitismos desde el presupuesto.  
Este gran viraje—para ustedes-- no les dará gran
estabilidad, pero si  aplaza el estallido
de la crisis aguda por un semestre. Ustedes no lo harán y preferirán continuar
con esta suma de absurdos cotidianos, eso se sabe: preferirán “huir con las
botas puestas”, porque si asumieran estos retos tendrían que comportarse como
gente normal, que está dispuesta incluso a 
reconocerse como  minoría
legal,  sabiendo que físicamente lo son
desde hace años. 
Implicaría por ejemplo 
adelantar nuevas elecciones de Gobernadores y Asamblea Nacional y contar
bien los votos, con un nuevo CNE y hacer rectificaciones de fondo en el sistema
electoral fraudulento, desde el REP 
hasta modificar  la propia composición
burocrática de ese órgano ahora solo rojito. 
No olviden proclamar una ley de amnistía 
incondicional, para liberar TODOS 
los presos políticos y permitir el regreso inmediato de todos los
exiliados.
 Si quisieran
hacerlo,  mejor aún,  deberían impulsar las rectificaciones de
fondo lanzando una  propuesta de retorno
de miles de  empleados de PDVSA a sus
puestos, para permitir una reconstrucción 
de la gallina de los huevos de oro, que empezó a pujar sin ponerlos, y
en su lugar solo salen, incendios y dantescas explosiones, deudas,  zombis e incestos  como Pudreval,  y por sobre todo el más colosal saqueo de la
historia universal, a manos de la banda de cacos que administran nuestra
riqueza estratégica.   
Si Maduro no se decide a renunciar o a constituir un
gobierno de unidad nacional, para rectificar profundamente los objetivos del
Estado, entonces  empezará a ver como sus
órdenes serán desoídas por el aparato militar que le sirve de sostén.
 Las órdenes de echar
plomo no  serán ejecutadas  y en muchos sitios deberán  disparar sin orden o contra la orden de
Maduro, porque  el caos es así,
nadie  prevé nada, nadie obedece a nadie,
nadie puede asegurar nada. 
Allende  en los
últimos meses “gobernó” de esa manera y creó 
cosas muy parecidas al CESPAA  que
entregaba a los militares, y a Pinochet en particular,  el grueso de las tareas de control,
situacional. 
Una de las hipótesis de golpe militar en Venezuela ya empezó
de hecho a  plasmarse en la realidad  institucional, la autoridad del Estado ya va
quedando en manos de sus naturales sustitutos: los militares. Solo a Capriles y
a la MUD se les ocurre creer que los llamarán para entregarle “el coroto”  después que el Papa lo reciba  por 5 minutos para la foto.  
Si este golpe, que está en pleno desarrollo  equivale a un autogolpe,  del cual Maduro hasta puede quedar como
jarrón chino,  lo inevitable es que ese
gabinete económico  colapsará y
deberán  sacar los muebles  de emergencia, para que no los devore el
incendio.
 Maduro no tiene la
menor idea sobre que las intenciones de quienes le  convencieron de  los últimos disparates, que ahora simboliza
Ramírez,  son apenas  los que buscan y permiten el raspado de olla
final, a menos que también él  mismo
cargue  con las culpas por ser su máximo
ejecutor y “primer combatiente” de esta batalla épica,  a nombre del eterno gigante,  lo que le obliga a guardarle algo a la
familia llanera, si es que el primer yerno no garantizó ya suficiente
rasguñada.
Si el autogolpe en curso no implica un viraje de 180 grados
en la economía y en el trato hacia el país, empezando por la oposición
conciliadora y alcahuete, si no hay gestos 
de primerísima importancia para hacer prevalecer un clima de
diálogo,  como es la libertad de los
presos políticos civiles y militares y el retorno para navidad de los exilados,
ese proceso  lo veremos naufragar  más pronto que tarde, aunque  el  “dojo-dojito”   crea que le darán  50 años de gracia  para que sus nietos también estafen a lo que
quede para entonces de PDVSA, que me imagino serian escombros de esa industria
en  total desuso, y ya superado el uso de
los hidrocarburos que serían hasta ilegales.
Pero si se verifica en otro escenario una de las otras dos
hipótesis, de final militar abrupto de este gobiernito, y opera la llamada
“salida en seco” o “institucional” desde el conjunto de los altos mandos de las
FFAA, unos  cien Generales y Almirantes,
sin narcos,  para poner orden, incluso
contra sus  actuales beneficiarios
ministros y enchufados, las sorpresas serán bastante desagradables para no
pocos del malandraje rojo y del malandraje común, también rojo, de los amigos
de la fosforito, porque el viraje  deberá
empezar por garantizar la propiedad y seguridad de  personas, familias y bienes, como primer
paso, para hablar de restablecer confianza en la economía, que nos
devuelva  el abastecimiento y la
moneda  convertible, a rescatar de los
escombros en  que la deja Maduro.
Pero si los llamados de la “solución institucional” no
apuran el paso,  no crean que esta espera
eterna les reserve el bronce  de estatuas
de agradecimientos. Porque se está abriendo paso  la solución más drástica, pero con otra
dirección. Ese otro golpe, el duro, el del gran viraje, como llamó CAP a sus  medidas 
de restitución del libre mercado, que pusieron el país de pie, pero
entre sipotazos,  deberá sortear el
contraataque del parasitaje izquierdista irredento, que dice querer pelear para
defender su  Estado malandro.  
Esa solución  donde me
imagino están los que no recibieron carros chinos  por ser jaladores eméritos, ni menos aún
gruesas sumas en efectivo  para  repartir con tajada de león sobreentendida
para el recipiendario, esa, la solución castrense que descabezaría a  tirios y troyanos,  la que 
elimina las cúpulas  de todo el
que tenga más  de un sol en las caponas,  y si se descuidan dejarán sin oficio a los
que  tengan  más de dos estrellitas doradas, como lo
intentó Chávez el 4 de febrero de 1992, 
solo que esta vez no sería contra un gobierno legítimo y sustentado en
un régimen de libertades, aunque menguadas de entonces,  sino que sería el “madrugonazo”  contra esta morisqueta de gobierno, ultra
sectario, corrompido hasta los tuétanos y prohijador del caos nacional. 
  A los impacientes
por ver el final de Maduro les alerto que 
estos días  serán recordados como
apacibles, casi bucólicos, mientras se pueda coger vuelo con  American Airlanes, Coppa, Air-Insel, Santa
Bárbara o no se cual otra línea aérea que quede operando para el vecindario. 
A los que harán uso del aeropuerto de Caracas y de sus yates
anclados, como Aristóbulo, les deseo por ahora, de una vez, feliz viaje, no
vaya  a ser que  tengan un amargo regreso,  al ser localizados, con alijos y haberes
incluidos, por lista roja de Interpol.   
Dicho esto déjenme aclarar el título. Mientras más tarden en
sacarlo, peor será el escenario, sobre todo para las propias FFAA, sin contar
los niveles  de represión que habría que
consentir, cada vez más alto, a la medida de la pudrición social en escalada,  para detener el caos  o la anarquía que amenaza. 
Por otro lado alertamos que de todas las hipótesis la única
que no quiero ni siquiera imaginar es que 
se caigan a tiros entre las 
distintas facciones militares… y la mejor  es por supuesto  la llamada propuesta de
“pronunciamiento”  institucional que
permita, para empezar, una depuración a fondo del Estado, comenzando por los
altos mandos,  obviando los
irracionales  pleitos de hegemonías, para
emprender las grandes rectificaciones que requiere el  país, en todos los órdenes, empezando por
garantizar la independencia nacional.
REMISIÓN:  
Alberto Franceschi G.  

 
 

 
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