Por: CÉSAR GUILLEN
CITTERIO.
Un paro
nacional o generalizado tal como se ha convocado, es innecesario y puede
resultar desfavorable en estos momentos,
pues el país está estructuralmente paralizado y avanza hacia un indetenible
colapso final. Actualmente el pueblo en todos sus estratos, percibe ya
directamente la crisis de desabastecimiento en todos los órdenes de la vida
nacional, siendo los más significativos los de alimentos y medicinas,
esenciales en la vida cotidiana de cualquier sociedad.
Los recientes acontecimientos
ocurridos a todo lo largo del país: largas colas; hechos de violencia;
agresiones y saqueos, así como la evidencia inocultable de los anaqueles vacíos,
son el mejor ejemplo de esta paralización. Un hecho contundente que nos lo
confirma es que la misma red de distribución del estado (MERCAL-PDVAL), no
tienen en absoluto los alimentos y productos básicos de la dieta diaria. Solo los Cínicos manipuladores del alto
gobierno se niegan a reconocerlo y emiten declaraciones difusas, afirmando el
completo y total abastecimiento y exhortan a no realizar compras nerviosas. Una
actitud detestable que demuestra la gravedad de la situación interna que
confrontan, y del pánico que ya sabemos ronda a su alrededor.
Es por ello que
un paro nacional, en las actuales circunstancias, sin conexidad con eventos
posteriores, podría más bien beneficiarlos y darles un respiro dentro de su ya
inexorable agonía. Primero porque le permitiría sacar a los escasos esbirros
que le quedan para salir a reprimir y enfriar la ola creciente de descontento anteriormente
señalados. En segundo lugar, podrían denunciar, que el plan de guerra económica
y de rumores de la derecha fascista, tal como ellos lo han venido denunciando tenía como objetivo desembocar en actos de
desestabilización, sabotajes y guarimbas.
Además con las
fuerzas en las calle y con el abuso de autoridad que les caracteriza, podrían
allanar cualquier establecimiento, tomar algunas cajas de víveres de aquí y de allá,
y presentarlas como evidencia de acaparamiento, denunciar ante el mundo que eso
es una prueba concreta de la guerra económica y del sabotaje fascista como ahora infelizmente lo llaman y luego
montar un show mediático para repartir tal decomiso al pueblo, que no es otro
que los mendigos itinerantes del PSUV, que siempre vemos en los actos, las
rumbas y toda clase de montajes populistas que le son propias y que fueron heredadas del payaso eterno.
Así mismo EL
PARO desviaría la atención de la
gravedad de la crisis que ya la gente común empieza a percibir, del fracaso de
la gira de mendigo realizada en el exterior, de la señal de costumbre que le
hicieron los chinos y los rusos y de la irremediable crisis del precio del
petróleo.
Por último, el
pueblo que está en la calle diariamente observando y protestando, tendría que retirarse
a sus hogares. No podemos permanecer en las casas, no debemos darle ningún tipo
de excusas para ENFRIAR lo que es evidente: Todo el país está protestando, viviendo en carne propia el
desastre en que nos han metido y observando en primera fila como avanza progresivamente
hacia su total paralización. No hace falta convocatorias. No los ayudemos una vez
más como la infeliz estrategia de la mesa de dialogo o las convocatoria a
elecciones. No podemos seguir cometiendo errores como los del reciente pasado. Estamos
en la fase final, todo apunta hacia ello.
Tenemos por el
contrario que obligarlos a dar la cara diariamente por todo lo que falta que
deba ocurrir, no le ofrezcamos excusas para evadir y afrontar el colapso de su
gobierno, que hasta ahora se derrumba solo. Tendrán que declarar de día y de
noche, hacer cadenas cada hora, darán noticias como la muerte de Fidel y otras
noticias improcedentes para nuestra realidad nacional. No lo olviden, Lo
harán para desviar la atención, y trataran por cualquier medio de justificar
lo que ya es inevitable.
La única
convocatoria es llegar hasta el final, sin distracciones, presionando
diariamente por todos los lados. Nuestro único y noble objetivo es el de derrumbar
toda esta estructura podrida y malsana, ya llegamos al fondo no hay más donde
bajar. ¡NO LE DEMOS UN SEGUNDO AIRE!
IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de SOS Venezuela
IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de SOS Venezuela