EL COMUNISMO, RAICES DE UN FRACASO.
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Las revoluciones jamás han
sido un producto del convencimiento por los postulados de Marx o de Lenin,
mucho menos los del Che Guevara o Fidel Castro. Sin la democracia y una
política económica racional, la social se diluye en el caos económico. Lo
demuestra el caso cubano, absurdo modelo que imita la sumisa y degenerada política
del gobierno venezolano, donde la dictadura es el mecanismo del control social
del poder y que se recrudece mientras
más fracasa la economía.
La revolución rusa y la china no existen. La
URSS se esfumó en el cielo y China se llenó de quincalleros. Cuba y Corea,
son testimonios de una supervivencia
miserable. En Pekín cada aniversario la revolución desfila por Tiananmen. Donde los
disparos ocurridos hacen años, mataron la esperanza joven.
El caso de URSS es patético, 70 años de
sacrificios sin límites no habían nivelado la calidad de vida reinante en Europa occidental. La URSS tuvo
una mafia roja cuya moral se demuestra cuando a Rusia la dirige el Putin, jefe del KGB ruso. Un
sistema que necesita a un esbirro, está más que podrido.
China y Rusia produjeron un caos económico, que
ahora tratan de superar con recetas del capitalismo salvaje y el neo-
colonialismo en Asia, África y Latinoamérica. Con ventas de armas y la
expoliación de materia prima al tercer mundo, tratan de resarcir todo el daño
que les infligieron a sus pueblos.
Por principio la democracia está ocupada
en el mejoramiento realista de la vida en sociedad. El neo-comunismo y el
Islamismo radical por el contrario se orientan por necesidad, hacia el exterior
porque constituyen un fracaso social, son incapaces de generar
una sociedad viable.
El
radicalismo ideológico y el religioso no han evolucionado como si lo hizo su
tenaz adversario el capitalismo, que lejos de ser perfecto y en la actualidad
objeto de críticas razonables y ataques criminales, se adapta y cambia al ritmo
que lo hacen las complejas sociedades humanas.
"Adhuc Stantes"
Cesar Guillen Citterio
Caracas - Venezuela