General
Padrino, si hay una conspiración, presente las pruebas
Fernando
Ochoa Antich
La entrevista que usted concedió el
domingo pasado a José Vicente Rangel, ese
oportunista de la política, me obliga a continuar polemizando con usted, ya que realmente
considero que muchos de sus conceptos sobre nuestra historia son absolutamente equivocados
y muestran una visión parcial y fanatizada sobre los acontecimientos que
ocurrieron en el siglo XX venezolano. También creo que usted debería tener, por
su experiencia profesional, grado y funciones que ejerce, un balance más
objetivo de la tragedia nacional que han significado los años de desgobierno
chavista y madurista. De igual manera, refutaré con argumentos, algunos de sus
equivocados conceptos militares. Lamentablemente, la entrevista fue conducida por el panfletista, con un
marcado interés por satisfacer sus conocidos y, ahora parece que desleales
intereses personales y políticos, limitándole a usted ampliamente la
posibilidad de lograr desarrollar con mayor libertad sus propias ideas ante la
muy compleja situación política, social y económica que vive Venezuela.
Usted planteó durante la entrevista su
concepto sobre el apoliticismo militar y rechazó los términos de “apolítica,
obediente y no deliberante” pautados en el artículo 132 de la Constitución de
1961 para definir a la Fuerza Armada. Coincido con usted en que la palabra
apolítica no fue bien empleada, ya que al ser la Institución Armada parte del
Estado es imposible que no tenga vinculaciones con la política. En su lugar
debió utilizarse el término apartidista. En lo que creo usted está equivocado,
es en su rechazo a los conceptos de “obediente y no deliberante”. La Fuerza
Armada, en una sociedad democrática, debe ser esencialmente obediente al poder
civil. Es verdad que “la deliberancia es una condición humana”, como usted
afirma, pero el asunto es más complejo. Una decisión del poder civil debe ser acatada
por la Fuerza Armada sin que exista el derecho a deliberar. Diferente es que se
opine libremente a objeto de asesorar al poder civil durante el estudio para la
toma de esa decisión. Así siempre se hizo. Eso sí, después de que se toma la
decisión no hay posibilidad de discusión y lo que resta es obedecer. Sin
embargo, pareciera que su concepto de deliberar
es que la FAN pueda opinar de manera pública a favor de una tendencia político
partidista.
Usted sostiene que la Fuerza Armada
Nacional está siendo atacada, por ser una institución esencialmente profesional al
servicio exclusivo de la Nación y haberse caracterizado
siempre por tener grandes valores y principios. Nuevamente
se equivoca. No la atacan por eso, al contrario la admiran. La verdadera razón
de los ataques son los numerosos errores cometidos por los Mandos de la Fuerza
Armada Nacional para satisfacer las ambiciones políticas de los presidentes
Chávez y Maduro durante estos 18 años. Entre esos errores se destacan:
comprometer el prestigio institucional con la corrupta y desastrosa gestión de
un gobierno que ha conducido a Venezuela a una de las mayores tragedias de
nuestra historia; emplear en altos cargos de gobierno a numerosos militares en
situación de actividad; ignorar las innumerables denuncias de delitos contra la
cosa pública; y obligar al personal militar activo a manifestar adhesión al
partido de gobierno, sosteniendo públicamente que la Fuerza Armada es chavista,
socialista y revolucionaria.
Al mantener usted, como también lo hizo
Nicolás Maduro, que “hay un golpe en desarrollo” organizado desde el exterior
con amplias conexiones internas, crea un ambiente de angustia y desasosiego en
nuestra sociedad poco conveniente para enfrentar un momento histórico tan
complejo como el que actualmente vive Venezuela. Estoy convencido, que esa
maniobra lo que busca es crear una matriz de opinión que responsabilice a la
oposición democrática venezolana de esas acciones ilegales para debilitar su
actual estrategia electoral que, como usted debe conocer, lo único que busca es
impulsar un cambio de gobierno dentro del marco constitucional. Esa acusación,
acompañada del constante señalamiento que sostiene Nicolás Maduro de que se está
planificando un posible magnicidio en su contra, podría ser utilizada para
decretar un estado de excepción con la finalidad de limitar ampliamente los
derechos políticos de los venezolanos. Es, por decir lo menos irresponsable,
que el ministro de la Defensa emita estas declaraciones, sin presentar a la
opinión pública prueba alguna de lo que afirma,
ni las medidas que ha tomado para desactivar ese posible golpe de
Estado.
Uno
de los aspectos que más me impactó negativamente de su entrevista fue escuchar
los denigrantes conceptos que José Vicente Rangel mantuvo calumniosamente en
contra de nuestra Institución y no escuchar de usted ni una sola palabra en su
defensa. Es absolutamente falso, como mantiene Rangel, que “a la Fuerza Armada, durante el período
democrático, se le asignó un rol de represores, de instrumento utilizado para
apuntalar políticas que afectaban la soberanía nacional y lesionaban derechos
ciudadanos”, ya que durante ese período histórico, la Fuerza Armada fue factor
fundamental en la consolidación de la democracia y sus gobiernos, los cuales
mantuvieron siempre una política nacionalista,
y del principio de la alternancia republicana; en la derrota militar de
la subversión comunista y de la invasión cubana
y en la defensa de nuestra
soberanía nacional ante la pretensión colombiana en el golfo de Venezuela. La
mejor demostración de esta realidad fue siempre el sólido prestigio, reconocido
en todas las encuestas de opinión, que mantuvo la Institución Armada durante
todos esos años. ¿Se puede decir hoy lo mismo, después de haber permitido la
toma por los cubanos de sectores sensibles de nuestra seguridad y de haber
prácticamente perdido el territorio Esequibo?
Caracas,
1 de mayo de 2016.
@FOchoaAntich