General Padrino, hay tiempo para reflexionar y corregir el rumbo
de Venezuela.
Fernando Ochoa
Antich
Señor general:
La posición
arbitraria que ha venido sosteniendo Nicolás Maduro, intentando recuperar la
indetenible caída de su popularidad, no sólo es inconstitucional sino que
compromete aún más el destino de Venezuela. No es posible que un
presidente de la República, que moralmente debería representar a todos los venezolanos,
se atreva a decir en cadena nacional que los distintos sectores de la
oposición “no entrarán más nunca a Miraflores ni con balas ni con votos”,
sosteniendo, además, que “la oposición debe entender que la revolución es
irreversible y tienen que acostumbrarse a dejarse gobernar”, sin entender que
esas declaraciones son inaceptables tanto para los venezolanos, como para
el representante del Vaticano en la Mesa de Diálogo, monseñor Claudio María Celli, quien ha pedido se
trate de evitar las declaraciones altisonantes para no comprometer el avance de
las negociaciones. La única explicación que encuentro a tan
inconvenientes señalamientos es el interés que tiene Nicolás Maduro y el ala
radical del chavismo en impedir la realización del Referendo Revocatorio
durante este año y mucho menos aceptar una elección general en un tiempo
prudencial.
Esas inaceptables
frases, que en el fondo representan la tendencia totalitaria del chavismo,
violan flagrantemente los principios fundamentales establecidos en la
Constitución Nacional de 1999, señalados principalmente en los artículos 2 y 6.
Esos dos artículos claramente establecen que: “Venezuela se constituye en
un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida,
la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad, social y en general la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político”; “El gobierno de la República de
Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo,
descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de
mandatos revocables”. General Padrino, permítame hacerle una pregunta:
¿Usted no cree que los efectivos en actividad de la Fuerza Armada
Nacional no pueden aceptar que se viole de esa manera nuestra Carta Magna sin
que sus propias conciencias se lo recriminen, conociendo además que esas
provocaciones comprometen la paz de la República y el destino de
Venezuela? Reflexione. Es momento para hacerlo…
Esa política de radicalización busca, inútilmente, provocar a la
oposición, para que se retire de la Mesa de Diálogo y ganar el mayor tiempo
posible, imaginándose ilusamente que se puede superar la inmensa crisis
venezolana al ocurrir, como es probable, un pequeño incremento de los precios
petroleros e impulsar el absurdo plan de recuperación económica que, desde
enero de este año han venido aplicando, con la simplona idea de los trece
motores productivos, sin alcanzar ningún éxito. En realidad, el inmenso fracaso
tenía que ocurrir, ya que, en medio de la ceguera ideológica del chavismo,
se confundió el verdadero objetivo de ese Plan, el cual supuestamente buscaba
resolver la tragedia venezolana, con otro diferente: implantar en Venezuela una
economía estatista, que elimine la propiedad privada de los medios de
producción y reprima totalmente los valores que sustentan la sociedad de
mercado. Desesperado ante ese fracaso, Nicolás Maduro convocó a una reunión de
los dirigentes obreros del PSUV, con la inconstitucional presencia de numerosos
efectivos de la Milicia y algunos miembros de la Fuerza Armada
Nacional, para crear “los Consejos Productivos de Trabajadores” que
tendrán por misión: controlar la producción de las distintas empresas por
encima de lo que establezcan sus dueños. Le auguro un nuevo fracaso.
En lugar de seguir perdiendo el tiempo sin poder solucionar la inmensa
crisis nacional, hay que concluir, con sentido crítico y patriótico, que es
imposible superar sus causas sin que haya un cambio de régimen político y el
reemplazo, a través de elecciones, del presidente Maduro y su gobierno. La
mayoría de los venezolanos creen, y han creído siempre, que el camino
es el Referendo Revocatorio este año. Lamentablemente, la absurda ambición
del presidente Maduro lo impidió. Fueron muchas las triquiñuelas que se
atrevieron a utilizar para comprometer el derecho de nuestro pueblo a
revocar al presidente de la República ejerciendo su voto, como lo establece la
Constitución Nacional en su artículo 72. Ahora ha surgido una nueva tesis,
creo que propuesta por el propio Maduro, de realizar unas elecciones
generales anticipadas para que los venezolanos decidan el cambio histórico que
consideren conveniente para Venezuela. Esa posición podría ser aceptable, pero
es necesario conocer que se requiere realizar, con anterioridad y rapidez, una
enmienda constitucional. Lo más difícil de esa solución es lograr que las dos
partes se puedan poner de acuerdo en una fecha determinada. En la escogencia de
esa fecha no deben influir los intereses políticos, sino el convencimiento de
que el tiempo es fundamental para poder enfrentar la crisis
humanitaria que vive nuestro pueblo, la cual se nos presenta de manera
impactante y dolorosa al ver diariamente a numerosos compatriotas registrando
las bolsas de basura para poder comer.
Usted, general Padrino, y los miembros activos de la Fuerza
Armada Nacional tienen la obligación con Venezuela de transformarse en un
factor que facilite alcanzar una solución, siempre dentro del marco
constitucional, a la terrible tragedia que enfrenta nuestro pueblo. Ojalá
tuviera usted y el Alto Mando Militar la personalidad y la firmeza de carácter
necesarios para sugerirle al presidente Maduro, con suficiente fuerza, que
cese en su empeño de coartar la voluntad popular, violando flagrante y
permanentemente la Constitución Nacional que usted dice defender tan
fervorosamente y acepte medirse en un referendo revocatorio o en su defecto en
unas elecciones generales en los primeros meses del año 2017. Le hago esta
recomendación por estar convencido de que si ustedes no actúan como
corresponde, Venezuela y la Fuerza Armada Nacional tendrán que enfrentar un
proceso de violencia que dificultará aún más la solución de la grave crisis
política, económica y social que estamos enfrentando. Si ustedes no cumplen sus
obligaciones militares, tengo la intuición que podría ocurrir una ruptura de la
unidad interna de nuestra Institución comprometiendo aún más el destino de
Venezuela
Caracas, 13 de noviembre de 2016.
fochoaantich@gmail.com