Y
EL ALMA LLANERA PA’ CUANDO
El festín de la
triste Venezuela, está por cumplir sus 20 largos años. Dos generaciones desde
el punto de vista sociológico. Actores activos, destructores de cualquier
vestigio de decencia ciudadana y patriota y actores pasivos, que hemos mirado
impávidos como se ha ido el país, el futuro y la decencia, hemos tenido cabida
en ese escenario.
Escritos, opiniones,
artículos, tratados, mensajes, tuits, y cualquier plataforma válida para
expresar y plasmar opiniones ha sido utilizado por personas muy disímiles,
desde el más simple y sencillo “opinador”, hasta reconocidas figuras de elevada
talla moral, intelectual y ciudadana. Todos, con diferentes matices y criterios
han analizado las causas y el por qué estamos en Venezuela en la encrucijada
donde el país se encuentra. Casi todas esas opiniones son acertadas, inclusive,
las de páginas del sistema, como “Aporrea” emiten sus criterios acusadores.
Calificamos esta
orgía de derroche nefasto, de corrupción, de pérdida de valores y destrucción
sistemática de la Institucionalidad como festín, porque todo vestigio de
decencia ha sido apartado por los asaltantes del poder en el país. Su actuación
raya en lo más obscuro de la obscenidad administrativa. La bajeza de sus principios
es imposible que llegue más al fondo de donde se encuentra hoy día. Todo ello
avalado y en complicidad con el estamento militar de cualquiera de sus
componentes. Pareciera que la competencia entre los “gobierneros” es ver quien
es más cínico o quien lo puede hacer peor. Todo eso ha sido sesuda y fríamente
analizado y estudiado durante todo este lapso. Causas y consecuencias. Sin duda
alguna, que el G2 cubano, con 60 largos años de experiencia, ha aplicado su
maquiavélica receta en nuestra tierra, mire usted, con éxito.
Por allá en los años
70, alguien con esa creatividad propia y característica del Venezolano, decidió
que en vez de decirle a sus invitados que la reunión, fiesta o sarao que
brindaba, había llegado a su fin, era mejor colocar nuestro segundo Himno
Nacional, el Alma Llanera. Esa idea se hizo costumbre en todo el país. Chocante
tal vez, por el uso que se da a esa hermosa pieza musical que nos identifica,
pero al fin y al cabo, una manera de decir: La fiesta terminó.
Ante lo impredecible
e inestable del futuro venezolano, donde nos acostamos sin vislumbrar la
certeza de un amanecer mejor, y ante esa diversidad de criterio y opiniones
analizadas, nos podríamos preguntar: será posible
ponernos de acuerdo para colocarle el Alma Llanera a este festín de oprobio.
Será para el 10 de
enero del 2019, o pa’ cuando será el Alma Llanera?
T/Cnel. (GNV) Stanislaw Dubis Castillo
26/12/2018
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía del DIARIO AVANCE