EL
NUEVO AMANECER DE LA PATRIA. Por: Sammy Landaeta Millán.
Llegue
a pensar, que lo había visto todo, o casi todo, y ayer, adentrado en mi mente, recorrí
mi infancia, adolescencia, época de cadete, profesional, aviador militar,
piloto de helicópteros y luego me centré en los inicios de la vejez, una etapa
donde el ser humano como CIUDADANO, nunca quiere llegar, pero en la actualidad,
unas cosas las impone la ley natural, y otras la “ley socialista” y usted puede
estar en la etapa de: viejo, calvo, solo, limpio, y a pie, pero mientras usted,
tenga SALUD, FORTALEZA y CORAJE, mantendrá su lucha y espera por: EL NUEVO
AMANECER DE LA PATRIA.
Se
dice que la ESPERANZA es lo último que se pierde, y eso me lleva a evocar que
desde muy pequeño tuve la oportunidad de viajar en avión y en el tiempo, me
hice aviador. La ruta que cubría era desde San Tomé. Estado Anzoátegui, hasta
Porlamar. Estado Nueva Esparta y de allí
iba por tierra a Tacarigua en la Isla de
Margarita, el terruño natal que me
mostró la luz, de mi primer amanecer, y luego, siempre que estaba allá, dormía,
en un chinchorro que me mostraba el
hermoso amanecer del Cerro Mureche, testigo fiel y confidente, de mis sueños, anhelos,
carencia y satisfacciones, al lado de mis abuelos maternos: Pancha Landaeta y
Marcelo Millán.
Los
viajes en Lancha desde Juan Griego, hasta costa firme, me emocionaban mucho,
porque contemplaba el amanecer, que luego lo vi infinidades de veces, a bordo
de los Ferrys Boats, que ya se cuentan casi
DESPARECIDOS, de las travesías a la Isla de Margarita, donde sus amaneceres son
indescriptibles, por las bondades que nos proporciona, al Alba, Dios nuestro Señor.
Recordé
que estando en El Tigrito. Estado Anzoátegui, conocí sus amaneceres para ir a la Escuelita
de Faña o de la Maestra Cruz, y luego fui a mi primer grado en el Grupo Escolar
José Manuel Cova Maza, donde recuerdo a mi maestra Carlota de Bouchard y luego
a Blanca de Agostini. Los amaneceres eran preciosos porque coincidían con la
llegada de los autobuses para el transporte del personal de los obreros
petroleros en la Parada de la Socony
Vacum, diagonal a nuestra casa, identificada con el N° 35, de la calle 18 de
Octubre.
Inolvidables
son los días que veíamos el amanecer, para ir al Liceo Guanipa en El Tigrito o
al Liceo Pedro Briceño Méndez en El Tigre. El señor Perucho, chofer del transporte, que trabajaba en la Empresa de Luis Boada, y
prestaba servicios para la compañía petrolera en San Tomé, se detenía para que
abordáramos el autobús junto a los
Estudiantes, que venían de campo
petrolero, sin distingos de clase, raza o religión.
De
esa etapa recordamos los amaneceres en la plaza Bolívar. Las misas de
aguinaldos. Los llamados templetes en diversos locales y calles de la localidad
y también nuestras escapadas para asistir a una que otra fiesta o graduación,
cuando mi mamá, NO daba el permiso e igualmente mi tío Vicente, lo negaba, pero más de una vez salimos de parranda y
regresábamos repuntando el día, porque teníamos que cumplir con el rol de
acompañar a mi mamá GACHA, a comprar los
productos en el Mercado libre.
Una
etapa inolvidable del amanecer, fue para ir a las campañas recolectoras de Maní
o cuando cantaba en un conjunto musical
y me sorprendía el día interpretando Señora Bonita, para las pocas parejas
enamoradas que quedaban en la sala de baile. También recordé mis amaneceres en
las zonas petroleras de Guico, San Tomé y otros, cuando fungía de ayudante de
una pluma (Grúa) que manejaba mi tío Vicente, para abastecer de aceite a los
diferentes plantas petroleras, y me regalaban el tambor de 200 litros, vacío, y una vez vendí un lote, al señor tamborero, Aguilera.
Vender
los productos Embotellados de la Pepsi-Cola con Rafael Fuentes, en Cantaura,
fue una etapa preciosa de repartidor de refrescos. Trabajar en la Comandancia
de Policía de El Tigrito, fue una Escuela y una enseñanza que perdura en un
beneficio por las cotizaciones que hice al IVSS, que en el tiempo me permitió
un pensión de vejez, al igual que trabajar con el Mayor (Ej.) Medardo Mora
Useche, quien fungía como supervisor de los comandos de Policía de todo el
Estado Anzoátegui y yo era, su secretario.
Lavar
carros en la Funeraria la Protectora, en la avenida Urdaneta en Caracas y
asistir a las salas velatorios por ser empleado ocasional, también me mostró
los amaneceres y los sentimientos de gente desconocida. Vivir en el bloque 1 de
Monte Piedad, en el 23 de Enero y en una calle en Lídice, en la ciudad de
Caracas, avivaban mis amaneceres, cuando
asistía al básico de Medicina, Bioanalisis, Odontología y Dietética de
la UCV, etapa de duras pruebas y limitaciones económicas, que por situaciones
de la política nacional, me hicieron
retornar a El Tigrito.
De
ahí en adelante volví a fijar mi meta en la Escuela de Aviación Militar (EAM) donde
las condiciones adversas de negación del permiso se aclaraban, porque insistía
en abrazar la carrera militar. Recuerdo que presente mis exámenes y me comunicaron
por radiograma que había aprobado, como también recordé que el 8 de Septiembre
de 1971, día de la virgen del valle, se me mostró el duro amanecer de los NUEVOS en la Segunda Patrulla
de la Sección B de la Escuadrilla C, en Boca de Rio. Maracay. Estado Aragua.
Luego
de pasar 3 años en la escuela vieja y el 4to año en la nueva sede, la vida, me mostró los amaneceres del servicio nocturno, la
responsabilidad del militar, el Amor a la Patria y el Espíritu de Cuerpo, hasta
que llegó el día que amanecí en la EFOFAC
para graduarme de subteniente un 7 de Julio de 1975.
Con
el trascurrir de 25 años como profesional se muestran también los amaneceres en la Base Aérea El Libertador. En la Base Sucre.
En la Escuela Superior FAV. En la base aérea Manuel Ríos en el Sombrero. Estado
Guárico. En la base aérea Buenaventura Vivas
Guerrero en Santo Domingo. Estado Táchira, en la base aérea Vicente Landaeta
Gil en Barquisimeto. Estado Lara. En la Base Aérea Rafael Urdaneta, en
Maracaibo. Estado Zulia y así sucesivamente en La Carlota, Barcelona y otras.
Pero
también la Fuerza Aérea Venezolana me mostró
los amaneceres en Buenos Aires, Argentina. Bogotá, Cartagena, Colombia. Boa
Vista, Brasil. San Juan, Puerto Rico. Paris y Marsella en Francia. Miami, Orlando, Winston Salen, Texas o Las
Vegas en Estados Unidos, en comisiones de servicios, de muy poca duración.
La
etapa de FRONTERAS, como ya he referido en otros textos, es inolvidable así
como trabajar con el Ministerio del Ambiente
(MARNR) o las Fuerzas hermanas, que nos mostraron un amanecer abordo de
la Fragata misilística F-21 en una
operación con los helicópteros de la Armada, además de las maniobras en diferentes partes incluyendo
misiones conjuntas con las fuerzas amigas y combinadas con las Repúblicas de
Colombia, Brasil o países bajos de Holanda.
El
SAR Venezuela, fue una escuela de relaciones civil - militar, allí puede poner
en práctica mis conocimientos de Oficial SAR egresado del CIPE de la Fuerza
Aérea Argentina, donde a veces digo que con ese trabajo complete una
estadística de asistir a incidentes de ver al menos 500 muertos, que NO me
enorgullece, pero tuve esa experiencia. Amanecer en cualquier misión de
búsqueda de un avión, una embarcación o una
persona extraviada en Venezuela, nos permitía
aumentar la destreza en el cargo, así como el reír, tomar café, echar
chistes con los familiares y luego tener que tomar el rol de la representación
oficial, y dar el pésame, a nombre del Estado.
En
días recientes manifestaba que mi profesión, me llevó a conocer 87 puestos fronterizos,
cuarteles y poblaciones de Venezuela, desde Punta Playa hasta Castilletes y desde
Castilletes, hasta Punta Playa, donde
puedo humildemente referir lo hermoso
del amanecer en el Cerro Roraima. En la Gran Sabana. En Luepa. En Parima B. En
San Vicente de la Revancha. En Carrasquero. En Paraguachón. En la Sierra de
Perija. En San José de Amacuro. En San Carlos de Río Negro. En San Simón de Cucuy.
En el Cerro Delgado Chalbaud. En la Sierra de Sol. En la Sierra de Untarán. En la
Sierra Pacaraima o en el cerro Autana
sin dejar por fuera a San Juan de Manapiare.
La sierra de la Neblina. Icabarú o cualquier campamento fronterizo en la
amplia geografía nacional, compartiendo con los servicios geodésicos de Brasil
o Colombia respectivamente.
Recordé
también, que mis superiores, me enviaron
de Coronel al Teatro de Operaciones N°1 en Guasdualito. Estado Apure, donde vi de
nuevo los amaneceres del Harto Bolívar. Cutufí. La Charca. Isla Vapor. Guafitas,
Y de Daico. San Carlos de Meta. Buena Vista del Meta. Cararabo, y demás puestos
o unidades del Ejército, Guardia Nacional
e Infantería de Marina, que conocía como la palma de mi mano, y algunos
superiores quizás vieron algunos puestos, mediante una navegación de aviones de caza, a 450 Nudos de velocidad.
En
esa oportunidad también amanecí compartiendo con un hermosa familia, en una
calle de la población de Guasdualito,
luego de asistir a una misa oficiada por
el Sr obispo de la Diócesis de San Cristóbal un 24 de diciembre a la 12:00 donde
esperé a mi hija, quien NO pudo viajar, y por bondad de una señora y su sobrina, NO
asistí solo, en esa lejana comunidad, donde el amanecer nos dice, donde NACE la PATRIA.
Pero
luego también vi el amanecer forzado del
descontento, por la dignidad y el respeto que brotaba de lo más profundo
de mi ser, para con mis subalternos y familiares, y eso me orientó a tomar la
decisión de RECHAZAR el quebrantar mi
juramento de defender la Patria porque ya se me imponía, defender una “revolución” y yo NO me gradué
en la FAV para eso, y eso motivó que solicitase mi pase a RETIRO, un 26 de
Junio de 2000, porque en ese amanecer, me negué a ser instrumento subordinado
de los INCAPACES.
Hoy
pasados 19 años de RETIRO de las Fuerzas Armadas Nacionales, y viviendo las
perores vicisitudes en las necesidad de transporte, alimentos y medicinas,
cambiaron mis amaneceres, para asistir a las COLAS que día a día, nos impuso la
INVASION CASTRO COMUNISTA y la TRAICION A LA PATRIA de civiles y militares, donde
la data reciente nos ubica en Unicasa. Central
Madeirense. Kromi. Bio. FarmAhorro.
Locatel. Farmatodo, Súper Mercado San Diego o Makro, para procurar obtener los alimentos del
sustento diario, que en tiempos actuales,
ya se consiguen, pero por la nueva denominación
bolivariana de: PRECIOS SUSTOS.
En
esos amaneceres, llegue a llamar PENDEJO a
un subteniente recién graduado del
Ejército que atropellaba “civiles” porque había estudiado 5 años en la
academia militar, a él le lance el carnet de retirado de la FAN, para
que viera que yo era un CORONEL pendejo, sentado en el suelo, esperando que me
dieran un ticket para comparar algunos alimentos en EcoMarket y le repetí que si Usted estudió en 5 años en una academia para cuidar una cola, de
racionamiento de alimentos a toda una Nación. Usted es un pendejo, porque con
la debacle de seguridad social militar y la reducción del sueldo a RETIRADOS de
la FAN, yo también soy un: PENDEJO. Luego
de eso retiraron a los Militares, y comisionaron: MILICIAS.
Cobrar
la pensión de vejez, o la de retiro de la FAN
en los bancos como Banesco, Bicentenario o del Tesoro, para lograr obtener
un poco de efectivo y poder sorterar las vicitudes que nos ha impuesto el CASTRO
COMUNISMO en VENEZUELA, nos llevó a una nueva modalidad de los amaneceres de
PERSONAS VIEJAS en las colas custodiadas por militares activos por orden de un “general en jefe” que dice que “Chávez vive y la patria sigue
o independencia y patria socialista.
Viviremos y venceremos.” Y esto NO tiene
nombre.
Al
final pensé que relatando viejos y nuevos amaneceres, podría
estar escribiendo, un Historia de vida, donde también comprobé, una vez más, que
la INDEPENDENCIA en Venezuela, NO EXISTE
porque la INVASIÓN CUBANA, China, Rusa,
Bielorrusia, Irani. ELN. FARC, Hamás y Hezbolá, dicen lo contrario, y así los
MILITARES ACTIVOS permanezcan hasta hoy,
en GUERRA contra la CIUDADANÍA y digan que: VENCERÁN. Nos preguntaríamos ¿A quién? NO lo sabemos,
pero lo que sí sabemos es que así los MILITARES individualmente o en conjunto, con
los POLÍTICOS de OPERETA, sigan TRAICIONANDO, a la CIUDADANÍA, los demás VENEZOLANOS,
seguimos luchando y esperando: EL NUEVO AMANECER DE LA PATRIA.
Cita:
“Juro por Dios, juro por mis padres y juro por mi honor que no descansaré
mientras viva hasta que haya liberado a mi patria”.
Simón
Bolívar
Sammy
Landaeta Millán
Naguanagua,
28 de septiembre de 2019
IMAGEN SUPERIOR: UN AMANECER VENEZOLANO