Enrique Prieto Silva
Viernes, 17 de enero de 2020
Antes publicamos “El mantra de Guaidó”, ratificando
nuestra posición asumida, cuando referimos que “…hay que celebrar para
disfrutar el gobierno de transición que tenemos, preparar el nuevo proceso
electoral para poder declarar definitivamente el cese de la usurpación”, cuando
alguien preguntó: ¿Cuándo ocurrió el cese de la usurpación, que no la vimos?
Respondimos entonces, que si pudiéramos ir más allá de
los deseos, lo interponemos como bases de un paradigma, que más allá del
mantra, lo entendemos en su lato sentido, como dice Thomas Kuhn, quien describe el paradigma como un esquema de
interpretación básico, que comprende supuestos teóricos generales, leyes y
técnicas que adopta una comunidad concreta de científicos; no podemos verlo
como mantra religioso que solo se recita, sino que lo vemos vamos más allá,
tres supuestos, como se incluyen en un paradigma de investigación humanística, planteado
como complementariedad de una orientación pronostica o hipotética.
En fin, vuelve a relucir, que los hechos del 5ENE en el
Capitolio Nacional, debemos verlos como un estado síquico que desnuda una
verdad insoslayable: ¡el karma de Maduro!, esa energía trascendente que se deriva
de los actos, palabras y pensamientos díscolos y estúpidos que explaya Nicolás,
muchas veces sin cumplir con el
descifrado del karma, la acción que un individuo realiza para lograr una
reacción diferente; todo lo contrario a lo pensado, como diría el llamado
filósofo de Rubio, “ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario”, que si las
enervamos a lo religioso, entenderemos que son palabras específicas que pueden
tener connotaciones de acciones específicas y consecuencias diferentes, aunque
en verdad se relacionan solo con lo que pudiera ser, si fueran pensadas con
claros criterios y buen sentido.
Sin dudas, lo que expusimos como predicción, y más que eso, cuando lo
expresamos como hipotético en el mantra de Guaidó, no tenemos dudas a
equivocarnos, los postulados planteados: “cese de la usurpación, gobierno de
transición y elecciones libres”, dejan de ser mantra, para convertirse como lo
vemos en “el karma de Maduro”.
Sabemos que muchos no lo creen, y llegan al titubeo vacilante, creyendo
aprovecharse de la debacle de los Gs. Políticos, olvidando que una cosa en la
politiquería como hobbies, que ha dominado a los partidos de la oposición en un
intento de sobrevivencia y otra la política como ciencia, que al final es la
que decide el que hacer y cuando hacerlo en todo proceso administrativo.
No hay otra, y que debe ser entendido por quienes creen que apoderándose
del liderazgo asambleísta con actos de “viveza criolla”, pueden arropar los
actos del desespero del pueblo, que no soporta más a los malos, ni del chavismo
ni de la oposición; por eso decimos, que el mantra de Guaidó se superpone con osada ventaja inteligente a los “sabios tontos”, que creen
que el poder está en las armas revolucionarias de la nación y no en la
conciencia democrática del venezolano consciente, que entendió que no podemos
presumir más “chavistas” ni entuertos opositores, que solo sirven para
descubrirnos y pensar en el karma de Maduro.