Colombia a lo Berlín occidental.
Para nadie es un secreto que en las dos décadas de chavismo y auge de la izquierda latinoamericana Colombia ha sido una piedra de tranca en el tablero del foro de sao paulo, con Uribe fue casi bastión del liberalismo y el progreso en el continente mientras en Venezuela se jugaba a la piñata y al despilfarro. Pero más allá de tensiones y bravuconerias de Chávez, nunca se cruzaron los umbrales que hoy por hoy en marcado crescendo se han cruzado con apetito retador por parte del régimen de Maduro.
Si en algo no ha escatimado la dictadura chavista ha sido en perfeccionar y engranar con disciplina japonesa el aparato de inteligencia y contra inteligencia, no en vano se tiene el tutelazgo cubano. En los últimos cuatro años las redes de espionaje venezolano han penetrado hasta en los más profundo de organismos de seguridad colombianos, han realizado extracciones de militares exiliados y hasta de funcionarios del hermano país con un desparpajo que aterra. Desapariciones, acoso, espionaje, extorsiones, sobornos, reclutamiento de informantes e incontables violaciones de soberanía. Pero eso también tiene sus orígenes en el exilio opositor del g4, que con una torpeza y vulgaridad apoteósica desde su llegada al referido país no ha hecho más que seguir practicando la política de cohabitación y del fify fifty, creyendo que con la faena clásica del te odio pero me siento a comer contigo se puede solucionar un genocidio, lo que arrastró hasta una Colombia de por si bien agitada en lo social, lo económico y lo político este desastre que degeneró en guerra fría, una que ya va subiendo de temperatura.
En Colombia, por lógica geográfica y estratégica se ha refugiado la disidencia política, militar, empresarial y ciudadana venezolana, hasta los flamantes chavistas acaudalados que ahora hablan de democracia y deploran a Maduro, como Luisa Ortega y sus sicarios de corbata que hasta asesoría legal prestan a la embajada interina. En los últimos años con una itinerancia cada vez menor son referidos por todos los medios de comunicación las incursiones y grupos de tarea que al más puro estilo de espionaje soviético recorren desde el norte de Santander hasta la selva del Darién ejecutando un abanico de misiones que solo persiguen el blindaje y pervivencia de la revolución.
Lo que nos atañe en estas líneas es el peligro latente que pesa sobre los verdaderos perseguidos políticos venezolanos, los militares, los objetores de conciencia, aquellos que estuvieron en las mazmorras del régimen y lograron escapar, los que sin castas ni partidos permanecen en Colombia por falta de recursos para avanzar. Estamos a las puertas de una cacería cómplice sin precedentes en el mundo, pues si se corona el comunismo colombiano con Petro como emperador, no quedará esquina o rincón en el cual puedan resguardarse los reductos morales y éticos que hoy peregrinan en la hermana tierra. ¿oh y ahora quien podrá ayudarnos?
EDUARDO JOSÉ FIGUEROA MARCHENA
IMAGEN SUPERIOR: Fotografía REFERENCIAL del artículo de INFOBAE: Un teniente venezolano fue capturado en Colombia por el ELN: lo entregó al régimen de Nicolás Maduro y ahora está desaparecido / Un teniente venezolano fue capturado en Colombia por el ELN: lo entregó al régimen de Nicolás Maduro y ahora está desaparecido - Infobae
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