DESPERTANDO EL ALMA
NOV 02. REFLEXIÓN DEL DÍA
‘EL PAÍS DONDE TODOS ERAN LADRONES’
(Ítalo Calvino)
Existió un país donde todos eran ladrones. Por la noche, cada uno de los habitantes de este país salía con una ganzúa y una linterna. Cada noche iban a saquear la casa de un vecino. Al regresar cada vecino, cargado de objetos robados, encontraba su propia casa desvalijada, porque recordemos, todos se robaban unos a otros.
De esta forma, todos vivían tranquilos: un vecino robaba al otro, y éste a otro diferente, y así sucesivamente, hasta llegar al último que robaba al primero. Se cerraba de esta forma el círculo. ¿Qué conseguían? no había ricos ni pobres. Sólo había ladrones.
Un día, apareció en este país un hombre honrado, que desestabilizó todo por completo. Este hombre, cada noche, en lugar de salir a robar, se quedaba en su casa. Así que al llegar el ladrón al que le tocaba robar en esa casa, se tenía que dar media vuelta al comprobar que había luz dentro.
Todos los habitantes del país estaban enfadados. De hecho, era bastante preocupante, porque cada vez que el hombre honrado se quedaba en su casa, un vecino se quedaba sin robar, y al día siguiente no tenía para comer.
Entre todos consiguieron convencer al hombre honrado para que saliera por las noches de su casa. De esta forma, el ladrón podría entrar en su casa. Pero aunque él accedió, el problema no estaba resuelto. Al fin el ladrón podía entrar en su casa, pero había una casa que se quedaba sin robar, ya que el hombre honrado no robaba.
El país se sumió en un gran caos por culpa del hombre honrado. Los que no eran robados durante la noche, eran un poco más ricos en comparación con aquellos a los que les robaban, por lo que decidieron no seguir robando. Pero los que iban a robar a casa de los que no robaban, se empobrecían más, ya que al estar ellos en casa, no podían entrar…
Pasaron unos cuantos años, y los ricos se dieron cuenta de que si no seguían robando, al final se volverían pobres. Así que decidieron pagar a los pobres para que robaran por ellos. Así no tendrían que salir de casa y nadie robaría en su vivienda, pero ellos sí recibirían beneficios de lo que robaran para ellos. Se firmaron contratos y se establecieron salarios…
Y los ricos se hicieron cada vez más ricos y los pobres más pobres. Y el único hombre honrado que llegó a aquel país, no tardó en morir de hambre.
CUMANÁ, 02-11-2021
Twitter: @aragonzal