DESPERTANDO EL ALMA
NOV 20. REFLEXIÓN DEL DÍA
LA HISTORIA 333
(Bob Proctor)
Ese fin de semana, hacía un seminario en la Posada Deerhust, al norte de Toronto. El Viernes en la noche, un tornado asoló una localidad llamada Barrie, al norte de donde estábamos, y provocó la muerte de docenas de personas y causó daños por millones de dólares. El domingo por la noche, cuando volvía de regreso a casa, al llegar a Barrie detuve el auto. Bajé a la orilla de la autopista y miré en derredor. Era un desastre. Todo lo que se veía eran casas desechas y autos volcados.
Esa misma noche, Bob Templeton iba por la misma autopista. Se detuvo para mirar el desastre igual que yo, sólo que sus pensamientos fueron distintos de los míos. Bob era vicepresidente de Telemedia Communications, empresa dueña de una cadena de emisoras de radio en Ontario y Quebec. Él pensó que seguramente algo podría hacer por esa gente con las radios que tenían en la empresa.
A la noche siguiente, yo tenía otro seminario en Toronto. Bob Templeton y Bob Johnson, otro vicepresidente de Telemedia, vinieron y se quedaron de pie al fondo de la sala. Los dos estaban convencidos de que tenía que haber algo que pudieran hacer por la gente de Barrie. Después del seminario, fuimos todos a la oficina de Bob. A esa altura, ya estaba empeñado en la idea de ayudar a la gente que había sido afectada por el tornado.
El viernes siguiente, reunió a todos los ejecutivos de Telemedia en su oficina. En la parte superior de una hoja apoyada en un caballete escribió tres 3. Les dijo entonces a sus ejecutivos:
-¿Les gustaría reunir 3 millones de dólares, en 3 días a partir de ahora, en apenas 3 horas y darle el dinero al pueblo de Barrie?. En la sala sólo se hizo un gran silencio.
Al final, alguien dijo:
-Templeton, estás loco. No hay manera de hacerlo.
-Espera un momento -dijo Bob-. No pregunté si podíamos, ni siquiera si debíamos. Simplemente les pregunté si les gustaría.
-Por supuesto que sí -dijeron todos-. Entonces, dibujó una gran T debajo de los 333. De un lado escribió: "Por qué no podemos", del otro: "Cómo podemos".
-Pondré una X grande del lado de "Por qué no podemos". No vamos a perder tiempo en esto. No tiene ningún sentido. Del otro lado, vamos a escribir todas las ideas que se nos ocurran sobre la manera en que podemos hacerlo. Y no nos iremos de aquí hasta que salga una buena idea.
Volvió a hacerse un silencio. Finalmente, alguien dijo:
-Podríamos hacer un programa de radio en todo Canadá.
-Es una gran idea -dijo Bob-, y la escribió. No había terminado de escribirla cuando alguien dijo:
-No puedes hacer un programa para todo Canadá. No tenemos emisoras en todo Canadá.
Era una objeción absolutamente válida. Sólo tenían estaciones de radio en Ontario y Quebec.
Templeton respondió:
-Eso es lo que podemos. Pero en realidad era una objeción sólida porque las radios son muy competitivas. Normalmente no trabajan juntas y lograr que lo hagan es virtualmente imposible, dados los criterios en vigor. De repente, alguien sugirió:
-Podríamos pedirle a Harvey kirk y Lloyd Robertson que hagan el programa. Son los principales nombres de la radiodifusión canadiense.
Al llegar a ese punto ya era increíblemente asombroso con qué rapidez y entusiasmo empezaban a fluir ideas creativas.
Eso fue un Viernes. Para el Martes siguiente, habían conseguido que cincuenta emisoras de radio de todo el país emitieran el programa. No importaba de quién era el mérito en tanto la gente de Barrie obtuvieron el dinero.
Harvey Kirk y Lloyd Robertson presentaron el programa y lograron reunir 3 millones de dólares en 3 horas durante 3 días laborales.
Como vemos, podemos hacer cualquier cosa si nos concentramos en cómo hacerla y no en por qué no podemos hacerla.
CUMANÁ, 20-11-2021
Twitter: @aragonzal