"corto la baraja así"
Entrando en la recta final del primer trimestre del 2022, año que, siendo optimistas apunta al  cierre de una larga lista de incertidumbres mundiales que venimos arrastrando desde el inicio  de la pandemia, es importante prepararnos para los nuevos motivos de ansiedad. El último  lustro, en retrospectiva, podría bien ser señalado como el inicio de un nuevo orden mundial, y  es que siendo realistas ya casi nada mantiene sus modos, en nuestras caras ocurrió un quiebre,  una escisión brutal que sólo pueden percibir los que no se han entregado en cuerpo y alma a la  vanidad, a ese analgésico digital de efectos colaterales; las redes sociales. mientras organizaba  ideas para este artículo, leí un reportaje sobre la desaparición del 50% de los idiomas y  dialectos en los próximos 30 años, si eso no es una reconfiguración a velocidades vertiginosas  ¿qué lo es? La historia en todas sus líneas de tiempo no para de señalarnos hacia donde van  los tiros del hoy y el mañana, por necesidad o interés, quizá por evolución, el mundo no ha  dejado de masificarse, reduciendo o desapareciendo fronteras, polarizando lo  desfragmentado, ideologías, tendencias. Esta realidad binaria nos está llevando a épocas que  no admiten gradualidades ni criterios, sólo absolutismos en lo político, lo religioso, lo  económico y hasta en lo sexual. Incluso en los países donde se han mitigado complejos,  resentimientos y fantasmas históricos, los cuales actualmente disfrutan de sistemas saneados  social y culturalmente, están ladrando algunos de estos perros que por piedad no fueron  sacrificados cuando se pudo y se tenía como.
¿Hacia dónde vamos? Pues aquí lo esbozo, o al menos lo intentaré hacer, por partes. Como lo  que más me atañe es Latino América, principalmente Venezuela, me resulta imposible  desarrollar una visión del entorno global sin que las apreciaciones que tengo sobre mi país se  desborden. Venezuela atraviesa una sin igual burbuja, que crece a diario por efectos de la  voraz centrifuga de dinero que los capitostes del régimen han desarrollado casi por accidente,  y de la cual, como no, muchos venezolanos honrados han sacado provecho, pero a menos que  Maduro adopte unas políticas económicas calcadas del método Ruso post perestroika, no  resultará un modelo sostenible. Ruego a dios estar equivocado, porque de acertar, las  consecuencias serán catastróficas para la población. 
En cuanto a las posibles opciones de cambio de sistema y gobierno en nuestro país, mucho hay  que lamentar, pues la auto titulada dirigencia de oposición no cuenta con criterio o al menos  aceptación, ni tirios ni troyanos tienen estómago para continuar respaldando las barbaridades  de Leopoldo, Borges y sus cuarenta ladrones, y siendo realistas ninguna potencia o coalición  internacional, que es lo que se necesita para acabar con la dictadura, van a dedicar un sólo  segundo de su tiempo a otro tema que no sea la debacle del conflicto Ruso- Ucraniano o la  caída libre de la economía mundial. 
Ya pasando a Latino América, ante nosotros se posan grandes nubarrones, que de ganar Petro  en Colombia pueden convertirse en auténticas tormentas que no dejarán piedra sobre piedra,  y es que a diferencia del eje comunista que se conformó por Chávez, Lula, los Kirchner, Correa  y Morales, en esta ocasión la geopolítica impone nuevas reglas, las cuales dejarán al mundo en  dos esquinas si las potencias occidentales no rompen con la candidez de la ONU y la UE,  gradualismos que Putin y Xi Jinping han aprendido a usar de tapa rabo. 
El presidente de la mayor potencia militar del mundo, espero que por estrategia, muestra un  liderazgo débil y senil, mientras sirenas que tenían más de 70 años sin escucharse, advierten  bombardeos en zonas pobladas del corazón de Europa. Está guerra instantánea es un pulso de  Putin, un ejercicio para medir hasta donde se le es permitido avanzar. Si las acciones no van  más allá de la retórica, no sólo Rusia se impondrá a su antojo, lo harán los Chinos, los  Norcoreanos y cualquier tirano con ansias expansionistas. 
Otro tema que es necesario desarrollar sin miedo a ser señalado de intolerante, es el de los  progresistas y su fanatismo incesante por ofenderse ante cualquier tema, pues dirigen al  mundo a nuevas épocas de convulsión. Tiempos de paz y holgura en el 1er mundo crearon  generaciones de cristal, las que ahora empujan a tiempos duros, lamentablemente, sólo con  las dosis de realidad que inyectan épocas turbias, volveremos a ver sociedades sin miedo a  aceptar públicamente que Dios o la evolución, hasta ahora, únicamente han creado dos  géneros sexuales (las tendencias e intereses ya son otra cosa). Es tan complejo el escenario y  tan segura la crisis, que nuestra única esperanza es que, de los venideros tiempos duros, surjan  también personas duras. Porque horno abierto, querido lector, no cuece pan. 
Abordando el tema migratorio, toca aceptar que no es para nada alentador, lo que viene  ocurriendo, cada vez en mayores proporciones en Latinoamérica, sobre todo en Venezuela,  Argentina y Colombia, es alarmante, pues pasados tantos matorrales y revueltas entre  lateralidades, corrida tanta sangre por aquellas calles y cansados de exigir gobiernos capaces,  millones han colgado los guantes para salir en busca de sociedades medianamente lógicas,  donde se pueda tener una familia sin terrores sociales que vayan mutando a la misma  velocidad el Covid. 
Las miserias de los totalitarismos y la pobreza de algunas regiones en Asia occidental y el África  subsahariana están llevando, sobre todo en Europa, a que se formulen restricciones  migratorias sin precedente, porque las imbricaciones, principalmente sociales y religiosas, que  sobre los países receptores están causando los fanatismos, y las impertinentes costumbres que  algunos desean arrastrar a sociedades donde nadie está en el deber de asimilar, proyectan  escenarios nada prometedores.
Pasando al ámbito económico, no hay que ser Friedman o Keynes para saber que se avecina un  crack de niveles épicos, la emisión al garete de dinero sin soporte, las inversiones y bonos  prepagados con la expectativa de futuros promisorios y la burbuja inmobiliaria, que nadie  entiende como volvió a llenarse, apuntan a un desfiladero del cual pocos podrán caer sin  fracturas. La desconfianza reinante ante el sistema bancario tradicional es tal, que las mismas  entidades financieras están invirtiendo, mientras escribo estas líneas, en cadenas de bloques y  criptomonedas. La guerra que hoy se cierne sobre el mundo es más comercial que militar, y  tristemente las batallas de los próximos 20 años ya fueron ganadas por China sin movilizar un  soldado, ellos han yugulado marítimamente a occidente cumpliendo silenciosa, pero  eficazmente la teoría del almirante Alfred Majan, quien irónicamente fue norteamericano. 
Son tantos ámbitos que explorar en estas breves líneas de proyección, que es imposible, al  menos rasgar las superficies de sus corazas. Seguiré, al menos por letras, intentándolo, porque  las verdades, aunque ya dichas, siempre deben ser repetidas.   
REMISIÓN: 
De: Eduardo Figueroa eduardofigueroamarchena@gmail.com
Date: dom, 27 feb 2022 a la(s) 12:30
Saludos mi coronel, cómo siempre un honor comunicarme con usted, le adjunto mí artículo; corto la baraja así, para que pueda publicarlo, cómo se ha hecho costumbre, en su página. Un abrazo fraterno y mis eternas deferencias.
Eduardo José Figueroa Marchena. Lcdo. Cs. y artes militares.
Msc. Participación ciudadana y psicología social, columnista @TheFreedomPost @Eduardoeam (Twitter) @Eduardo_jfm (Instagram) 




