¿Quién es Eduardo José Figueroa Marchena?
Eduardo José Figueroa Marchena, o sea yo, soy venezolano de 36 años, casado con Ana y padre de Eloy, que aprendió a caminar en Ramo verde. Vengo de una familia de clase media maracayera. En 2006 me gradué como Licenciado en Ciencias y Artes Militares mención Aeronáutica. Fui comandante de escuadrilla en la Escuela de Tropas Aeronáuticas, el Liceo Militar Libertador y Jefe de Operaciones de un Grupo de Policía aérea. Mi entrenamiento como piloto militar fue cancelado en Junio de 2010, a 4 misiones de culminarlo por no ser afecto al régimen y en palabras del general comandante de Operaciones Aéreas; “no ser de confianza para pilotar un aeronave militar”. En 2012 luego de un pequeño periplo por bases y cargos de castigo para “oficiales escuálidos” solicité mi retiro por propia solicitud. A partir de allí me volqué a la deliberación pública. No hago este resumen por hobby, lo hago porque gente de musculatura moral me recomendó que lo hiciera, ya que ahora una minoría que posee muchísimos medios, comportamientos vituperables y además, como los pordioseros de Dickens, están a los pies del interinato esperando que caigan migajas para calmar el hambre, están buscando como agredirme mediáticamente. Al parecer el interinato y Leopoldo son intolerantes a la crítica, no sabiendo que esta sea suavecita o pura y dura, es la herramienta más sagrada que se le puede dar a un ser humano para reflexionar sobre sus acciones.
Sigamos pues. Soy Máster en Gobernabilidad Democrática, también en Psicología Social y participación ciudadana, ambos títulos los obtuve a distancia estando preso, el primero desde los sótanos del DGCIM, el trabajo de grado lo saqué poco a poco en papeles envueltos en la ropa sucia que mi esposa se llevaba en las visitas, la segunda maestría me costó un poco más porque en las requisas de ramo verde los funcionarios rompían mis avances o se los llevaban para saber que era ese lenguaje encriptado de “participación ciudadana”. También hice una especialización en economía y finanzas en 2012 pero como no pude asistir al acto de grado que era fuera del país nunca pude obtener el título.
Estudié Liderazgo en el American Management Association en México D.F. y Responsabilidad social en Bureau Veritas en Bogotá. Tengo algunas diplomaturas que van desde negociación y resolución de conflictos, hasta finanzas y gerencia en la Universidad de Carabobo. Fui profesor universitario de Historia Militar y Liderazgo en la UNEFA y desarrollo de equipos de alto desempeño y coaching en la extensión de estudios superiores de la Universidad Bicentenaria de Aragua.
En 2014 participé en reuniones de planificación para un movimiento político, empresarial y militar que perseguía el fin del régimen, durante las detenciones logré escapar a Panamá y desde allí un año más tarde formé parte de lo que se catalogó “el golpe azul”, que no fue golpe ni tampoco era azul, pero el marketing del régimen de verdad tiene tino al bautizar las conspiraciones con nombres pegajosos. Éramos oficiales, activos y retirados junto con jóvenes menores de 30 años que querían manifestar su descontento a las políticas dictatoriales de Maduro, también queríamos llamar al generalato al desconocimiento del régimen y el detenimiento de la represión contra los estudiantes. Después de esa segunda actuación en conspiraciones, en una Venezuela que desde el 2002 no había tenido muestras renombradas de rechazo militar, fui perseguido en Panamá, me intentaron secuestrar y asesinar en dos ocasiones, todo eso lo pueden encontrar en internet. En Junio de 2015 el régimen, en colaboración con el gobierno de panamá me deporta en 16 horas a pesar de haber sido solicitante de refugio. Mi Turismo penitenciario en Venezuela fue desde el Helicoide hasta 16 meses en un sótano del DGCIM en Boleíta. En Septiembre 2016 arribé a Ramo verde y en marzo del 2019 cumplí mi condena de 3 años y 9 meses por instigación a la rebelión, el juez de ejecución luego de dos días de haber cumplido mi condena me informó que debía irme del país inmediatamente o seria detenido de nuevo.
Después de esto viene una larga historia de limbo migratorio en Colombia, de iterativos intentos de acercamiento al interinato, de conocer la política cuatrera y la dolce vita de los políticos de oposición en Bogotá, de haber advertido una y otra vez del quiebre de una tambaleante fuerza opositora, de presentar hasta trabajos y proyectos para evitar que todo lo que pasó pasara, de insistir hasta el hastió a los “lideres” de oposición para movilizar apoyos en medicinas e insumos para los presos políticos y sus familiares sin obtener al menos una caja de Atamel, y también de advertir de los nuevos Chávez que le tocará a cualquier gobierno en un futuro enfrentar si continúan con la política de exclusión, de desdén y asunción de erudición, después de todo esto, los mismos que se sientan a tomar café con Leopoldo y Guaidó los que les lamen las botas, me llaman para decirme que me volví loco, que TODO lo que escribí en la carta es cierto pero que como ellos tendrán el poder algún día es arriesgado señalarlos. Algunos otros me mandaron mensajes de advertencia diciéndome; preparate, porque quieren tu cabeza, o sea, como si me hubiese metido con el Cártel de Sinaloa.
Para los que quieran desacreditarme, pongo a disposición mis fotos tomando ron en Cata y Cuyagua, cuando era adolescente, mis boletas de secundaria con matemática y química orgánica raspadas y cualquier prueba de carencia moral de la quieran señalarme. A diferencia de una mayoría marcada de esa nomenclatura al más puro estilo soviético que hoy defiende a Leopoldo, nunca mostré la mínima simpatía hacía el Chavismo ni tengo videos entonando loas al comandante. Entre tantas opiniones (en avalancha positivas) también se ha dicho que pude recibir pago por esa carta, ese comentario me llegó justo cuando estaba saliendo de recoger cupones de alimentos de Cáritas. Respiré profundo y seguí avanzando.
Seguramente soy el hombre con más defectos que puedan conocer, pero creo obcecadamente en la verdad, en la amistad y en la libertad de expresión. Cometo errores y espero seguir haciéndolo, “porque de ellos aprendo”.
Fraternamente suyo.
EDUARDO JOSÉ FIGUEROA MARCHENA
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía del artículo: La Operación Jericó y el calvario de un exmilitar venezolano. Eduardo Figueroa, teniente primero de la Fuerza Armada de Venezuela, se dio de baja y se mudó a Panamá. Aquí fue perseguido hasta ser extraditado en un proceso que, según su esposa, es ‘ilegal'. FUENTE: LA ESTRELLA DE PANAMÁ
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