Zelaya se pronunció a favor del diálogo, pero expresó su desconfianza sobre las intenciones de Micheletti.
El diálogo se pone a prueba en Honduras
Última actualización: miércoles, 7 de octubre de 2009 - 05:45 GMT
A más de 100 días del golpe de Estado en Honduras, representantes del mandatario depuesto, Manuel Zelaya, y del presidente interino, Roberto Micheletti, se aprestan a iniciar el diálogo a instancias de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Una misión del organismo llegará este miércoles a Tegucigalpa para abrir a media mañana (hora hondureña) una negociación, cuyo punto más álgido es la restitución del jefe de Estado, depuesto el pasado 28 de junio.
"Hay una agenda para el diálogo", sostuvo John Biehl, el funcionario de la OEA encargado de preparar el encuentro entre las partes.
"Todo, como en una novela de suspenso, va marchando bien, se están definiendo nombres autorizados de ambas partes para sentarse a la mesa de diálogo", afirmó Biehl, según declaraciones citadas por la agencia de noticias española EFE
Mensajes Cruzados
Micheletti emitió un mensaje por cadena nacional de radio y televisión en el que expresó su disposición "para abordar con nuevo espíritu los temas que de alguna manera ya han sido objeto de consideración en documentos de trabajo en el diálogo de San José", en alusión al acuerdo impulsado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
LA MISIÓN DE LA OEA
La comitiva está integrada por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas Shannon; los cancilleres de Costa Rica, Ecuador y México; el secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, y los representantes permanentes de Argentina y Brasil ante el organismo americano.
El secretario adjunto para Asuntos Políticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Oscar Fernández Taranco, acompañará a la misión.
Zelaya también se pronunció a favor del diálogo, pero expresó su desconfianza acerca de las verdaderas intenciones del gobierno interino, a quien criticó por "la gran obstinación de no querer entregar el poder".
Desde la Embajada de Brasil, donde se encuentra alojado desde su regreso al país el pasado 21 de septiembre, el mandatario depuesto le reclamó a la OEA que aclare su posición ya que considera que "está mostrando mucha suavidad con el régimen".
Mientras unos apuestan a lograr la restitución del presidente, los otros pretenden que la comunidad internacional reconozca la legitimidad de las elecciones generales convocadas para el 29 de noviembre.
A juicio de sector que responde al mandatario depuesto, la transparencia de los comicios no podrán garantizarse si el gobierno interino sigue en el poder.
"El problema es que si el proceso continúa no hay ni en la comunidad nacional ni en la comunidad internacional quién pueda confiar ni en los resultados ni en quien los emite, porque si la autoridad de facto que los emite no goza de legalidad ni legitimidad, ninguno de sus actos son legales", le dijo a BBC Mundo Patricia Rodas, canciller del gabinete de Zelaya.
Visitas y fin del estado de excepción
Micheletti emitió un mensaje en cadena de radio y televisión expresando su disposición al diálogo.
En los días previos a la apertura del diálogo, dos grupos de congresistas estadounidenses del Partido Republicano, visitaron Tegucigalpa y pusieron en evidencia las diferencias existentes en Washington en torno a la crisis de Honduras.
En la antesala a la llegada de la misión de la OEA, el presidente interino derogó el decreto que restringía las libertades de expresión, circulación y reunión, en virtud del cual salieron del aire Radio Globo y Canal 36, ambos medios con posturas contrarias al golpe.
En las calles, en tanto, cientos de personas marcharon con velas para exigir la restitución de Zelaya, en lo que fue la primera marcha tras el levantamiento del estado de excepción.
Durante la tarde de este martes, un grupo de 12 indígenas de la etnia lenca pidió asilo en la Embajada de Guatemala, denunciando persecuciones de parte del gobierno interino.
Las cartas estarán nuevamente sobre la mesa y la OEA enfrentará el desafío de encontrar los modos de superar una crisis que se dilata, mientras corren los tiempos para unas elecciones cuya legitimidad, en buena parte, depende de las negociaciones que comenzarán este miércoles.