Los Heladeros Que Chávez Acusa De Espías
ENVIADA ESPECIAL DE EL TIEMPO En Barinitas, el pueblo donde viven los ocho colombianos señalados de espías, aún no creen que cinco miembros de la familia Giraldo estén tras las rejas, acusados de espionaje, cuando en la pequeña población son precisamente reconocidos por ser chavistas, apoyar el ‘ proceso revolucionario’ y, sobre todo, por tener una amistad con uno de los hermanos del presidente Hugo Chávez.
Ellos, el médico militar (r.) Luis Cossio y otros dos colombianos que al parecer estaban casualmente en el sitio son los ocho colombianos que fueron capturados hace dos semanas por autoridades venezolanas, que dicen que estaban juntando información sobre instalaciones estratégicas. Incluso, el presidente Chávez sugirió esta semana que algunos de los apagones en el vecino país, que han puesto a su Gobierno en una complicada situación política, podrían haber sido producto de un plan de sabotaje en el que habrían intervenido los detenidos.
Los vecinos de los Giraldo, por el contrario, dicen que la relación de esta familia con Narciso Chávez es tan cercana que incluso lo ayudaron con la promoción de la candidatura de la actual alcaldesa de Barinitas, Ana Lucía de Cartier, del partido de gobierno. Ella vive justo al lado de ‘Maky Helados’ , la fábrica que pertenece a los Giraldo y que las autoridades venezolanas han calificado como una empresa “fachada” para actividades mucho más peligrosas que batir crema y frutas.
Allí la única fachada que se divisa es una pared blanca adornada con un conejo cachetón que degusta una paleta, al lado de una reja azul. Adentro hay un laberinto de ollas y neveras donde se cuecen leches y almíbares. “Imagínese las cosas que se llegan a decir. Yo voté por ellos (por el chavismo) pero hasta ayer, que regresé del campo, supe la noticia. Tanto esfuerzo y así es como pagan”, dice Bolivia, otra vecina que vocifera su descontento al pasar por la heladería.
“De ellos nadie tiene algo malo que decir”, se apresura a comentar Eduardo Torres. Los que los conocen están tan convencidos que fueron en grupo hasta la Policía para declarar en favor de los colombianos.
Hasta hace pocos días Ángel Giraldo, padre de los tres jóvenes detenidos (Santiago, Nelson e Isabel Giraldo) y hermano de la señora Cruz Elva, también detenida, no había querido hablar con la prensa por temor a ser apresado como el resto de su familia. “Yo pensé que se iba a resolver en cuestión de días sin llegar a estos niveles”, dijo a EL TIEMPO.
Con un rosario en las manos, relata sin respiro que todo comenzó el 25 de marzo cuando el novio de su hermana, Luis Cossio (colombo-canadiense que tenía 7 meses viviendo con ella en Barinitas) regresaba con su hijo Santiago tras hacer una entrega de helados a la tienda de Río Caribe, al oriente del país. Según cuenta, cuando pasaban por la zona de Camatagua, estado Aragua –donde hay un importante complejo eléctrico y una represa– tomaron fotos, con el carro en marcha, de un atardecer sobre las torres eléctricas. A los minutos fueron interceptados y apresados.
Las autoridades venezolanas dicen que en esas fotos no hay paisajes sino “ pilotajes de puentes, depósitos de combustible, uniformes y funcionarios uniformados como la Guardia Nacional, instalaciones eléctricas y torres de telecomunicaciones”. Hasta ahora, esas fotos no han sido reveladas a la opinión.
Dos días después de revelar sus lugares de residencia ante la comandancia policial en Aragua, la heladería, la fábrica y las casas fueron allanadas y sus otros hijos y su hermana fueron requeridos por la policía en Barinas. Al principio fueron llamados “a declarar, pero quedaron detenidos. “Ellos fueron y no volvían, hasta que supimos que los detuvieron y los llevaron a Caracas”, explicó Giraldo.
Con los otros hijos se llevaron a un empleado de la tienda, también colombiano. Entre las casas y el negocio se llevaron 8 computadoras y varios celulares. El caso está ahora en manos de un juez militar venezolano, y el Gobierno de Colombia ya le pidió a la OEA y a la ONU que garanticen que sus derechos van a ser respetados.
LOS OTROS CASOS DE COLOMBIANOS .
Las esposas de los seis comerciantes que desaparecieron el 31 de julio pasado en Ureña y un mes después aparecieron sin vida en Barinas, aún no reciben los restos de sus parejas. Repatriación no se ha dado porque autoridades venezolanas aún no confirman identificación de tres de las víctimas.
Una semana después de la captura del detective Tocora, las autoridades venezolanas capturaron en un hotel de Maracay, a una hora de Caracas, a los comerciantes de esmeraldas Eduardo González Muñoz (foto) y a Ángel Jacinto Carrero. Este último, según el DAS, había intentado ser informante del organismo pero nunca dio información para operativos. Ambos esperan inicio de juicio por espionaje.
El detective Julio Enrique Tocora está preso en Venezuela desde hace siete meses. Su caso ya está en una instancia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) que analiza episodios de tortura. Él fue deteni- do en el hotel las Delicias de Mara- caibo, ciudad a donde viajó por in- vitación de un funcionario del ser- vicio de migración de ese país. Ya le imputaron cargos de espionaje